Una partícula que ya había demostrado servir para un posible tratamiento contra el cáncer de páncreas y de hígado ahora también demostró ser eficaz para reducir tumores de ovario.
Este hallazgo se produjo gracias a tres científicos costarricenses: un biólogo con un doctorado en virología molecular, una especialista en biología y genética del cáncer y un ingeniero en biotecnología.
Christian Marín, Marianne Hütt y Osvaldo Vega, respectivamente, consiguieron la patente para trabajar esta partícula por parte de la oficina encargada de estos permisos en Estados Unidos. Ellos laboran en la empresa privada Speratum, en las instalaciones del Centro Nacional de Alta Tecnología (CENAT).
La molécula se llama MIR198 y es un micro ARN (molécula que regula la expresión genética). Su labor es controlar otras moléculas de micro ARN.
Fue descubierta por Marín mientras realizaba su investigación en cáncer de páncreas en el Baylor College of Medicine en Texas (EE. UU.).
En 2013 Marín recibió luz verde para investigarla en el tratamiento del cáncer de páncreas. Al poco tiempo, logró demostrar que la molécula también servía para el cáncer de hígado, e igualmente recibió el permiso, pero le hacía falta demostrar su efectividad en tumores de ovario.
Así que, al regresar a Costa Rica, Marín conoció a Hütt y a Vega y se alió con ellos. “Teníamos dos años para demostrar que también servía para cáncer de ovario y así patentarlo. Regresé al país. Hubo gente que creyó y nos financió y pusimos manos a la obra. Lo maravilloso es que esta patente se logró en Costa Rica con talento 100% tico”, destacó Marín.
Ellos concluyeron su experimento un día antes de que el plazo se cerrara y lo enviaron a los abogados para que hicieran el trámite correspondiente.
“En lo que uno escribía conclusiones, otro montaba gráficos, otro corroboraba todo, fue muy intenso”, recuerda Hütt.
La respuesta de la oficina de patentes puede durar años en llegar, pero para estos jóvenes, la espera fue solo de un mes, aproximadamente.
Similitudes. ¿Cómo puede una misma molécula servir para tres tipos de cáncer en zonas tan distantes y con comportamientos tan diferentes? Vega explica que estos “enemigos” tienen más en común de lo que parece.
“Generalmente pensamos en el cáncer como una ubicación, pero no es algo de la zona donde está, es una enfermedad de sistemas. Son tipos de cáncer con similitudes a nivel celular. Hay procesos en las proteínas que pueden llevar a las células perder en control.
"Puede ser que haya dos zonas muy diferentes del cuerpo que funcionen de manera muy diferente, pero que el proceso de descontrol de la célula para llegar al cáncer sí sea muy similar. Por eso es que esta molécula sí es válida para tipos tan diversos de cáncer”, argumentó el biotecnólogo, quien además está cursando una maestría en ciencias biométicas con énfasis en genómica.
Hütt agrega: “por eso comenzamos a trabajarlo sobre la base de lo que ya se había estudiado para cáncer de páncreas, por las similitudes que comparten”.
De esta forma, la molécula va dirigida a regular ese descontrol celular y así tratar el cáncer.
El trabajo. Para comprobar la eficacia de la MIR198 contra el cáncer de ovario, primero se hicieron pruebas en un laboratorio con células de cáncer ovárico a las que se les aplicó la molécula.
Posteriormente, los investigadores tomaron ratones especialmente diseñados para investigación científica, con un sistema inmunitario deprimido y les inyectaron un tumor ovárico.
Se les dividió en tres grupos: a dos de ellos se les dio un placebo y a uno se le inyectó la MIR198.
En esta ocasión hicieron algo diferente: la MIR198 “viajó” junto con una nanopartícula (partícula diminuta) que la protegía y ayudaba a dosificar la cantidad de molécula a aplicar y el sitio para hacerlo.
Al poco tiempo, vieron que en el grupo al que se le había inyectado la MIR198 no solo tuvo una reducción de cerca del 80% del tamaño del tumor, si no que también disminuyó el riesgo de metástasis (cáncer en otras zonas).
Después, se revisó la estructura molecular de los tumores y se vio que la MIR198 sí fue la causante de la reducción de los tumores.
“Solo esto nos da esperanzas de, en un futuro, tener estos tratamientos”, concluyó Marín.
Cáncer de ovario: enemigo frecuente en el país
Los tumores de ovarios son de los ocho más comunes entre las mujeres costarricenses. En el 2012 (último año del que hay datos) se presentaron 3,88 casos por cada 100.000 mujeres (cerca de 100 casos). Cartago y Limón son las provincias con mayor incidencia del mal.
Este cáncer es el décimo más mortal entre las ticas. En el 2012 se dieron 2,85 muertes por cada 100.000 mujeres (unas 75).
La cirugía es la principal forma de de combatirlo.
El propósito es realizar ensayos con humanos en el país
El objetivo de los investigadores es probar estos tratamientos contra el cáncer en pacientes nacionales lo más pronto posible.
“La idea es que los costarricenses puedan beneficiarse desde un inicio con estas terapias. Que no tengamos que recurrir a comenzar el estudio en otros países. Son tipos de cáncer para los que los tratamientos no son muchos, y nuestra esperanza es ayudar con eso”, manifestó Christian Marín, uno de los investigadores de estas posibles terapias.
Tras ese fin, Costa Rica debe tener protocolos para realizar investigaciones en fase I de ensayo clínico (la fase inicial, donde se prueba cuán seguro es un medicamento y sus efectos secundarios). Hasta el momento en el país solo se han realizado ensayos en fases II (donde se prueba la eficacia)y III (donde se busca reafirmar, con un número mayor de personas, cuán eficaz es un tratamiento). Por ello, se necesita de un protocolo para comenzar a trabajar con la fase I.
Marín es miembro de un comité científico que trabaja junto con el Ministerio de Salud para estudiar el tema y que así se elaboren los lineamientos para realizar esta fase inicial de estudios.
“Ya en Costa Rica hemos hecho la fase preclínica (en laboratorio y con ratones), la idea es que personas que tienen pocas opciones de tratamiento puedan beneficiarse de estos medicamentos, pero para eso debemos hacer todo al pie de la letra”, manifestó Marianne Hütt, una de las investigadoras.
Los científicos primero deben continuar su estudio de las moléculas antes de someterse a estudio en seres humanos, para así determinar mejor las dosis, frecuencias y condiciones en las que se aplicaría el ensayo.
Científicos: 'Trabajaremos lo más rápido posible'
¿Cuánto tiempo pasará para que se tengan medicamentos contra cáncer de ovario, páncreas e hígado?
Los investigadores aseguran que no hay forma de determinar una fecha, pues esta dependerá de los resultados que arrojen los ensayos clínicos.
“Sabemos que hay muchas personas que están pendientes, muchas familias están enfrentando esta enfermedad. Personas que nos han dicho que se probarían cualquier cosa. Por ahora no podemos hacer eso porque todo lleva un proceso. Solo podemos decirles que trabajaremos lo más rápido posible para que esto sea una solución”, aseguró el investigador Christian Marín.
La científica Marianne Hütt agregó: “esto que hacemos todos los días lo hacemos pensando en que puede ayudar a la salud de muchísima gente, de muchísimas familias. Es nuestra motivación permanente”.
Los investigadores señalan que este proceso previo puede ser largo, pero es necesario para que las personas realmente tengan un beneficio mayor al que se tiene con las terapias actuales y que no sufran con efectos secundarios muy fuertes.