El acceso a una vacuna contra el coronavirus es crucial para muchos países, cuyos gobiernos optan por financiar parte del desarrollo de la misma o hacer encargos previos a los grupos farmacéuticos.
¿En qué punto están los principales proyectos?
A fecha de 9 de junio, había 10 proyectos de vacuna en fase clínica, y 126 en fase preclínica, según la OMS. Resulta difícil saber qué proyecto está más avanzado, pero algunas compañías han informado mucho sobre el suyo, como la estadounidense Moderna. Su vacuna experimental entrará en su tercera (y última) fase de ensayos clínicos en julio, anunció la empresa recientemente.
El gigante británico AstraZeneca y la Universidad de Oxford, que trabajan juntos en una vacuna, lanzarán un ensayo con 50.000 voluntarios y afirman que esperan resultados para este otoño.
La estadounidense Johnson & Johnson prevé poder distribuir un millar de dosis el año próximo. En Francia, Sanofi desarrolla dos tipos de vacunas, que en principio iniciarán dentro de poco los tests preclínicos (experimentación animal). El primero, en colaboración con el británico GSK, podría estar a disposición del público dentro de 18 meses. Para el segundo, Sanofi espera tener una vacuna "disponible a gran escala" para finales de 2021.
En cualquier caso, se trataría de la primera vez que la industria farmacéutica logra comercializar una vacuna tan rápidamente. "Es algo inédito. Esto se explica por el hecho de que ya existía un cierto conocimiento por las epidemias anteriores de SRAS y Mers [coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio]. Y se movilizó una financiación excepcional", explicó la economista Nathalie Coutinet.
¿Cómo producir todas las dosis necesarias?
Frente a una movilización tal, "es probable que más de un candidato a vacuna llegue al mercado", señalaron en una nota los expertos de UBS. Esto permitiría satisfacer mejor la demanda. Pues hacer que las dosis lleguen a todo el mundo puede convertirse en un verdadero rompecabezas, recordó el director de la Federación Internacional de la Industria del Medicamento (IFPMA), Thomas Cueni, a finales de mayo.
Según Pascal Soriot, director general de AstraZeneca, la distribución en frascos plantea un problema importante. Su laboratorio, como otros, estudia la posibilidad de almacenar varias dosis por frasco. Además, los grandes grupos indicaron que empezarían a adaptar sus líneas de producción para poder producir esas vacunas. Asimismo, podrán recurrir a empresas subcontratadas, recordó UBS.
¿Qué hacen los gobiernos?
Para garantizar el acceso a la vacuna, los gobiernos financian parte de su desarrollo o encargan pedidos, a menudo a varios laboratorios a la vez. Esos acuerdos limitan los riesgos para las empresas, que no tienen que hacer frente en solitario al desafío financiero de un eventual fracaso, al tiempo que los Estados se aseguran una cierta visibilidad.
Estados Unidos lanzó la "Operación Warp Speed", una asociación pública-privada que persigue garantizar una cantidad suficiente de vacunas para los estadounidenses para 2021, a través de programas de financiación y de apoyo a los laboratorios. El país también ha financiado a Sanofi con 30 millones de dólares. Su director general, Paul Hudson, mencionó que podría distribuir la vacuna en Estados Unidos en primer lugar, lo cual generó una fuerte polémica en Francia.
En varios países de Europa, los gobiernos tratan de garantizarse su aprovisionamiento. Es el objetivo del acuerdo que firmaron AstraZeneca y Alemania, Francia, Holanda e Italia. Según este, todos los países de la Unión Europa, junto con otros Estados voluntarios, podrían recibir hasta 400 millones de dosis de la vacuna.
¿Cuánto costará la vacuna?
Los grupos farmacéuticos han indicado que desean que el precio de la vacuna sea razonable, o incluso venderla a precio de coste.
AstraZeneca se comprometió a "no ganar beneficios con la vacuna", según declaró su presidente para Francia, Olivier Nataf, en la emisora France Info, quien precisó que la dosis podría facturarse a unos 2 euros (2,25 dólares).
Habida cuenta de la presión internacional, será difícil sacar el precio por lo alto, especialmente para una campaña de vacunación única. Sin embargo, "si se necesita una vacuna de forma continua, parece más probable que sus proveedores empiecen a tratarla como un ejercicio comercial", advirtió UBS.
En cuanto a los países en vías de desarrollo, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, consideró a principios de junio que la futura vacuna debería considerarse un “bien público mundial” accesible a todos, durante una cumbre virtual de la Alianza por la vacuna, en base al principio de solidaridad entre países ricos y pobres.