Cerca del 14% de los costarricenses mayores de 19 años tiene diabetes; en 2012, el porcentaje era cercano al 10%.
La cifra incluye los casos con diagnóstico, pero hay una gran cantidad de pacientes que ya desarrollaron el padecimiento y aún no lo saben.
De acuerdo con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), esta enfermedad se ha convertido en la tercera causa de mortalidad prematura (antes de los 70 años) en el país, con un incremento del 65,9% en la década de 2009 a 2019.
En Siéntase Pura Vida queremos ayudar a prevenir y combatir este problema de salud. Para ello se contó con la ayuda del endocrinólogo Berny Roldán Abellán, del nefrólogo Jorge Rico, además de información de diversas asociaciones relacionadas con la enfermedad.
“Cuando hablamos de diabetes hablamos de una condición en la que tenemos el azúcar en la sangre más alto de lo que debería estar. Esta azúcar, si la enfermedad no se controla, va a diferentes órganos y genera un montón de problemas en los ojos, riñones, vasos vasculares, en los nervios. Y pueden ocasionar pérdida de visión, insuficiencia renal y problemas en las piernas, incluso amputaciones”, expresó Roldán.
La buena noticia es que hay formas de prevenir el tipo de diabetes más común, incluso en las personas que por factores genéticos pueden tener una predisposición. Un estilo de vida saludable y controles médicos son necesarios.
“La carga genética sí es fuerte. Si se tiene un padre o madre diabético el riesgo aumenta; si son los dos, se duplican, pero sí hay personas que con su estilo de vida lo evitan”, afirmó el especialista.
Diabetes: una palabra que engloba varios tipos
Antes de ahondar en la prevención, es bueno hacer un repaso sobre cómo es esta enfermedad y sus diferentes tipos.
Lo primero que debe entenderse al hablar de diabetes es que no hay solo un tipo de enfermedad, sino varios con causas y manifestaciones distintas. Sin embargo, todos tienen algo en común: la forma como el cuerpo –específicamente el páncreas– procesa los niveles de azúcar en la sangre.
En la relación de nuestro cuerpo con el azúcar hay una hormona medular llamada insulina. El páncreas produce la insulina y esta se encarga de que la glucosa o azúcar que proviene de los alimentos entre a las células y pueda proveernos energía. También controla la velocidad a la cual la glucosa se consume dentro de las células.
“El páncreas produce ciertas hormonas relacionadas con la digestión, pero la producción de insulina es trascendental”, manifestó el endocrinólogo.
Hay tres tipos principales de diabetes: la tipo 1, la tipo 2 y la gestacional (también conocida como tipo 3). Hay un cuarto grupo en el que, explicó Roldán, se incluyen otros tipos con otras causas, como medicamentos, otras enfermedades, cirugías o problemas en el páncreas.
En términos generales, un individuo debería estar en niveles de 80 y 90 ml/dl en ayunas y no superar los 130 ml/dl. Dos horas después del desayuno no debe superar los 180.
En el caso de la diabetes gestacional, los valores en ayunas deben ser de 95 ml/dl o menos, una hora después debe estar en 140 ml/dl o menos y dos horas después en 120 o menos.
La diabetes tipo 1 usualmente comienza a presentarse en la niñez, aunque hay algunas personas que la sufren más tarde. En este tipo, el páncreas no produce insulina. Sin la insulina, la glucosa permanece en la sangre y se acumula.
“El páncreas está inflamado, empieza a perder células productoras de insulina y con el paso de los años los pacientes se quedan sin células que producen insulina, entonces se la debemos dar. Por eso estos pacientes se inyectan insulina”, dijo Roldán.
Es una enfermedad calificada como autoinmune (el cuerpo se ataca a sí mismo), pues el sistema inmunitario ataca al páncreas y destruye las células que producen insulina. Si esto no se controla, puede causar problemas serios en el corazón, ojos, riñones y otros órganos.
Los síntomas incluyen sed excesiva, hambre extrema, aumento inusual de ganas de orinar, pérdida de peso inexplicable y fatiga.
Entre el 10% y el 15% de los diabéticos presentan este tipo.
La diabetes tipo 2 tiene características diferentes y, por lo general, se asocia a malos hábitos de salud mantenidos por años.
En este caso, el cuerpo genera resistencia a la insulina. El páncreas sí produce esta hormona, pero en menor cantidad o simplemente “no sabe cómo usarla”. El organismo impone una barrera para que esta sustancia no funcione o las células no responden correctamente a ella. Como resultado, el azúcar no entra a las células para ser utilizada como fuente de energía, y se acumula en la sangre.
“Son pacientes que su páncreas empieza sano, pero conforme pasa el tiempo, asociado a años de sobrepeso, colesterol alto e hipertensión, va ocasionando que el páncreas se inflame y vaya a requerir producir más insulina, porque la insulina que está produciendo no la está logrando. Entonces, en un momento determinado produce una cantidad, pero esa cantidad no es suficiente para bajar los niveles de azúcar, tiene que producir más y más, y al cabo de los años llega un momento en el que el páncreas dice ‘ya no puedo más’”, señaló Roldán.
Cerca del 85% de los diabéticos tienen este segundo tipo. Un diabético que recibe el diagnóstico hoy ya estaba enfermo hace cinco años, señaló el especialista.
El principal problema es que, si este tipo de diabetes no se controla, vendrán complicaciones mayores. Rico señaló que el 40% de estos pacientes podrían desarrollar enfermedad renal crónica.
“El problema es que, así como la diabetes es silenciosa, el daño renal también lo es. Hay señales ya cuando el problema está más avanzado, como cara, párpados o manos hinchadas, dificultades para orinar, fatiga, náuseas, vómitos, picazón constante en la piel”, precisó.
En este sentido, exámenes de orina al menos una vez al año ayudarán a monitorear la situación y evitar que se salga de control. Si los riñones llegan a afectarse, hay medicamentos que pueden aminorar el riesgo de que eventualmente se requiera un trasplante.
Para Roldán, el principal problema de esta enfermedad se ve cada vez más en personas jóvenes.
“Estamos viendo niños de 11, 12, 13 años con diabetes tipo 2. Ese es un problemón. No estamos preparados como sistema de salud para lidiar con eso. Estos chicos podrían tener complicaciones a los 30 años”, expuso.
Finalmente, la diabetes gestacional se diagnostica en el segundo semestre del embarazo. El cuerpo no puede producir ni utilizar toda la insulina que necesita para la gestación. Sin suficiente insulina, la glucosa no puede salir de la sangre y convertirse en energía. El nivel de glucosa sube porque se acumula en la sangre. El embarazo en sí mismo es una prueba de esfuerzo para el páncreas y no todos logran con ella.
Quienes sufren este tipo de diabetes tienen un mayor riesgo de presentar a futuro diabetes tipo 2. Por ello, debe realizarse pruebas de laboratorio al menos una vez al año.
Estos cuadros resumen los tres tipos principales y los factores de riesgo para la diabetes tipo 2:
Tipos de diabetes
FUENTE: Asociación estadounidense de diabetes || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
¿Y la prediabetes?
En esta condición, los niveles de glucosa o azúcar en la sangre son más altos de lo normal pero no lo suficientemente altos como para ser diabetes. La Asociación Internacional de Diabetes lo describe como tener de 100 a 125 mg/dl en ayunas.
La llamada “antesala” a la diabetes no necesariamente debe ser así, porque hay formas de que un paciente que tiene niveles irregulares de glucosa en sangre evite la enfermedad. Un 50% de los prediabéticos serán diabéticos en dos o tres años, un 30% adicional lo harán a los 10 años del diagnóstico de prediabetes. Sin embargo, hay un 20% de personas que nunca llegarán a serlo.
De acuerdo con Roldán, ningún medicamento puede hacer lo que ya cambios en los estilos de vida pueden lograr. Son los mismos consejos que se le dan a personas sin prediabetes, pero los prediabéticos deben tenerlos de forma más rigurosa.
Prevención
- Mantenga un peso adecuado.
- Actividad física. Al menos 150 minutos a la semana, repartidos en al menos 30 minutos cinco veces por semana.
- Ojalá que nunca fume ni ingiera licor.
- No coma “comida chatarra”.
- Por lo menos, una vez al año revise su presión arterial y su nivel de glucosa.
- Dormir satisfactoriamente al menos siete horas diarias.
En el caso de los niños, la prevención del sobrepeso y la obesidad es necesaria.
“Todo lo que se recomienda hacer en el adulto se les aconseja también a los niños. Pero también es necesario hacer esas consultas médicas una vez al año, para ver que el peso vaya adecuado con el crecimiento. También debemos vigilar que no pasen mucho tiempo sentados”, dijo Roldán.
¿Y si ya tengo diabetes?
Importancia de monitoreo
FUENTE: Giancarlo Fornieri, médico y educador en diabetes || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
Si usted ya tiene la enfermedad, lo mejor es mantener un control adecuado de su enfermedad, para bajar al máximo las probabilidades de complicaciones.
Esto se hace con el monitoreo de los niveles de azúcar en sangre, seguir una alimentación balanceada y evitar grandes consumos de grasas y azúcares, hacer ejercicio, pero, especialmente, si la persona ya está medicada, debe seguir el tratamiento al pie de la letra.
Siéntase Pura Vida y prevenga la diabetes, estos consejos también lo mantendrán lejos de otras enfermedades, como hipertensión o niveles altos de colesterol.
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