Cuando escuchamos la palabra “vértigo” lo primero que se nos viene a la mente es “mareo”, y aunque lo más usual del vértigo es marearse, es mucho más complejo y aborda más síntomas. En otras palabras, todo vértigo trae mareos, pero no todo mareo es vértigo. Es común confundirlos.
Sea cual sea el caso, son ratos molestos que pueden afectar la calidad de vida de las personas. Por eso en Siéntase Pura Vida vamos a repasar este padecimiento con la guía de Angie Elizondo Padilla, audióloga especialista en vértigo y mareo.
Lo primero que debe tenerse claro, explicó Elizondo, es que el vértigo, mareo, desequilibrio o inestabilidad no son enfermedades en sí mismas, si no síntomas.
“Es un síntoma de que algo está fallando en alguna estructura”, puntualizó.
La especialista apuntó que el vértigo en sí es un trastorno del equilibrio y puede tener varias causas. Por eso, en la consulta se busca llegar a dicho origen para establecer el tratamiento.
“Muchísimos pacientes tienen 10 años, 15 años, 20 años de padecer de vértigo y nunca les han encontrado una causa. Por eso es necesario encontrarla”, manifestó la profesional, quien es especialista en el área vestibular, el sistema de nuestro cuerpo que se encarga del equilibrio y la percepción de nuestro alrededor.
Según la Sociedad Española de Otorrinolaringología, el 80% de la población ha sufrido algún episodio de vértigo en su vida. Sin embargo, cerca de un 15% lo viven de manera más frecuente en diferentes niveles.
¿Qué sucede durante una crisis de vértigo?
Como se dijo anteriormente, el vértigo va más allá de un mareo, incluso de uno fuerte. Va acompañado de esa sensación de que los objetos o las paredes giran a nuestro alrededor. Como se dice popularmente “todo nos da vueltas”, algo que no necesariamente pasa en un simple mareo. De hecho, la palabra vértigo procede del término latino vertere, que significa dar vueltas.
Otros síntomas que se presentan, dependiendo de quien los vive, son zumbido de oídos, sensación de perder el equilibrio y que se está a punto de caer, dolores fuertes de cabeza y náuseas. Inclusive, en los casos más graves, puede darse visión doble, vómitos, debilidad de las extremidades y dificultad para enfocar correctamente la vista.
La experta explicó que hay tres diferentes tipos de vértigo:
Vértigo agudo. El que se da una vez. “Una primera crisis fortísima”, señaló Elizondo. Pero esto no necesariamente quiere decir que vaya a ser recurrente.
Vértigo episódico. El paciente tiene “picos”. A veces tiene una crisis fuerte, otras menos fuertes y otras no tiene del todo.
Vértigo crónico. Tiene crisis de vez en cuando, muchas veces aisladas. La mayoría del tiempo está bien.
“Hay pacientes en los que estos mecanismos del cerebro no funcionan de la forma correcta. Y en estas personas las crisis pueden desencadenarse en cualquier momento”, especificó.
Según la Clínica Mayo hay dos tipos de vértigo: el central y el periférico.
Vértigo central. La sensación de rotación se percibe con menor claridad y su duración puede oscilar desde unos días hasta meses o años. Puede estar provocado por una enfermedad cerebrovascular, algún tipo de migraña, enfermedades como la esclerosis múltiple o la epilepsia, infecciones o traumatismos o la presencia de tumores en algunas áreas del cerebro.
Vértigo periférico. El 85% de los casos son de este tipo. Se debe a una alteración en las estructuras del oído interno que controlan el equilibrio (sistema vestibular) o en el nervio que conecta a este con el cerebro (nervio vestibular). Se distingue por un inicio brusco y sus síntomas suelen ser intensos; además, se exacerban con el movimiento de la cabeza o el cambio de postura. Puede durar desde segundos hasta horas.
¿Qué sucede en nuestro organismo cuando hay vértigo? Elizondo explicó que el sistema de control del equilibrio del cuerpo es el que maneja la estabilidad y cuando este no funciona bien es cuando puede darse el vértigo. Pero, en la fisiología del equilibrio intervienen tres sistemas:
Sistema vestibular. Son “sensores” en nuestro oído que captan los movimientos, giros y cambios de velocidad. Esos “sensores” mandan señales a nuestro cerebro para mantener el equilibrio.
Sistema visual. Da información de la distancia de los objetos y la velocidad a la que se mueven las personas o vehículos que están alrededor.
Sistema de propiocepción. Son “sensores” en nuestros miembros inferiores, tobillos, plantas de los pies y los músculos de las piernas que mandan información para actuar, movernos y evitar caídas.
Si alguno de los tres sistemas falla hay confusión en el cerebro. Esto hace que haya mecanismos de protección para evitar perder el equilibrio y provocar caídas, como sentirnos más débiles. Estos fallos también provocan náuseas y vómitos, ya que hay una conexión entre los sensores y el cerebro.
¿Qué hacer durante una crisis de vértigo?
Elizondo lo resumió en una palabra: reposo. Ante cada crisis lo que se requiere es reposo.
Esto se debe a que los mecanismos de alerta se activan y entonces el individuo no puede ver bien, ni saber si lo que está alrededor realmente gira. Entonces, si va caminando, lo más conveniente es buscar dónde sentarse o apoyarse en una pared. Estar en reposo.
También es aconsejable ver hacia un punto fijo para reducir la intensidad.
No cierre los ojos, porque si los cierra el cerebro no tendrá la información del sistema visual. Si los tiene abiertos en un punto fijo, el cerebro tendrá la información e interpretará que una puerta no puede estar girando, por ejemplo, y da conciencia espacial.
“El cerebro depende de la información que le llega. Si usted tiene los ojos cerrados, el cerebro no tiene esa información y va a trabajar con lo que tiene, por lo que los síntomas pueden ser más intensos”, detalló Elizondo.
¿Cuándo buscar ayuda profesional?
Los profesionales, según comentó Elizondo, se enfocarán en dos aspectos: cada cuánto se presentan estos mareos y los otros síntomas que los acompañan o en qué circunstancias se dan.
“Nos basamos en cuál es la causa, cuánto tiempo tiene y qué lo está detonando”, especificó.
No es lo mismo, mareos o vértigo constantes que aquellos que una persona sufre cuando estuvo en una atracción de un parque de diversiones, o a una altura muy empinada, o cuando se lleva tiempo sin comer, o después de un viaje en barco o lancha, que tienen una causa puntual e identificable y que no intervienen en la vida diaria.
En situaciones puntuales el vértigo se corregirá solo, pero cuando ya este se vuelve limitante para la calidad de vida y desarrollar las tareas usuales es cuando se debe buscar ayuda. El especialista verá la causa y con base en ella se tendrá el tratamiento.
Otra razón para buscar ayuda es cuando en un episodio puntual ya dura cuatro horas o más, en este caso debe ir a un servicio de Emergencias.
“Esto no tiene forma de prevención, la ventaja es que sí tiene cura si se descubre bien la causa y si la tratamos”, subrayó la especialista.
Siéntase Pura Vida y no espere para buscar ayuda si su problema ya superó estas características.
Siéntase Pura Vida: Estos otros temas pueden interesarle
¿Cómo desinflamar el estómago? Sepa cuándo es momento de visitar a un médico
¿Qué hago con esta tos? No todo se resuelve con un jarabe
¿Cómo bajar la fiebre y cuándo acudir a un médico?
¿Cómo prevenir la diabetes?
¿Cómo quitar la cistitis? Sepa por qué acudir al médico
¿Cómo quitar el estreñimiento?
¿Por qué nos dan ganas de vomitar? Algunas veces es señal de algo más