La depresión es una de las condiciones de salud mental y emocional más comunes en el planeta. En el mundo, 280 millones de personas viven con esta condición, aproximadamente el 5% de la población adulta.
Costa Rica no es la excepción. En las primeras 17 semanas del año, que finalizaron el 27 de abril, el Ministerio de Salud reportó 2.867 casos de depresión. Y, hasta el pasado 29 de abril, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) atendió 21.451 episodios depresivos en consulta externa y 4.412 en los servicios de emergencias.
Por eso este será el tema que abordaremos esta semana en Siéntase Pura Vida. Se abordará qué es la depresión, cómo reconocerla, cómo saber si tenemos este trastorno o si alguien cercano lo está viviendo y qué hacer para ayudarnos o ayudar a otra persona.
Lo más importante es recalcar que esta condición puede enfrentarla cualquier persona. Nadie está exento, independientemente de su edad, género, zona de residencia o condición socioeconómica.
Sin embargo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) sí hay factores de predisposición, por ejemplo, personas que han vivido abusos, pérdidas u otros eventos estresantes tienen más probabilidades de sufrir un episodio depresivo.
También hay personas con predisposición a trastornos depresivos por un trasfondo genético.
Asimismo, se ha visto que las mujeres son más propensas a la depresión que los hombres.
A veces es difícil identificar esta condición porque no en todos los individuos se presenta igual, ni con la misma intensidad. Por eso, hay personas que podrían parecer muy felices y anímicos para quienes están a su alrededor, pero como se dice popularmente “la procesión va por dentro”.
“A veces, no vemos a la persona triste sino irritada. En la depresión es muy común el aislamiento: evitar las relaciones con otros, dormir o tener insomnio. Aparecen pensamientos pesimistas. Todo se interpreta como una amenaza o que me va a lastimar”, explicó la psicóloga Jessica MacDonald.
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Reconocer la depresión
¿Cómo saber si se tiene depresión? Antes de continuar, es necesario diferenciar la depresión de la tristeza o de los duelos. Son situaciones muy diferentes.
Es normal sentirse triste ante cualquier pérdida o incluso ante el dolor de alguien muy cercano a nosotros. La tristeza es transitoria y se va desvaneciendo casi por sí sola.
En pérdidas muy fuertes, como la muerte de un ser querido, una ruptura amorosa, un despido laboral o un emprendimiento que debe cerrar, es normal enfrentar duelos que pueden prolongarse por meses.
Entonces, ¿cuándo puede hablarse de depresión? La OMS indica que a la tristeza, llanto y sensación de “vacío” se añaden algunas características. No es necesario presentar todos los síntomas para considerarse deprimido; a veces, más de tres síntomas durante más de un mes son suficientes para sospechar de depresión.
- Falta de placer por las actividades que normalmente se disfrutan.
- Miedo o incertidumbre ante el futuro.
- Dificultades para concentrarse.
- Sentimientos de culpa excesiva.
- Baja autoestima.
- Falta de esperanza en el futuro.
- Pensamientos de muerte o suicidio.
- Alteraciones del sueño.
- Cambios en el apetito o en el peso.
- Sensación de cansancio o de falta de energía.
“En la tristeza uno puede estar triste, pero funcionando relativamente bien. En depresión no”, puntualizó el psiquiatra Óscar Barquero.
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Buscar ayuda
Hay quienes pueden salir de la depresión sin necesidad de ayuda profesional, pero sí es deseable buscar ese apoyo. El Colegio de Profesionales en Psicología de Costa Rica (CPPCR) cuenta con un directorio tanto de profesionales como de centros de atención psicológica en los que usted puede buscar por zona geográfica.
Si no está dentro de sus posibilidades económicas, hay universidades, asociaciones e iglesias de diferentes denominaciones que brindan este servicio de forma gratuita o subvencionada.
También puede ser de ayuda los grupos de apoyo. Si su depresión es fruto de un duelo que se desencadenó de una pérdida, puede buscar grupos de apoyo. Un ejemplo es la Asociación Costarricense de Trastornos Anímicos Recurrentes (Acotar).
Un primer acercamiento con los profesionales en Psicología permitiría ver si es necesaria una referencia a Psiquiatría. No les tenga miedo a los medicamentos, muchas personas los requieren para regular el balance de químicos en su cerebro que pueden estar influyendo en la depresión.
Si está considerando el suicidio llame inmediatamente al 911.
Además, hay cosas que usted puede hacer por usted mismo, la OMS da estas recomendaciones:
- Siga haciendo cosas que solía disfrutar. Por lo menos trate. No es necesario que sea todos los días, comience un día a la vez.
- Mantenga el contacto con sus amigos y familia.
- Haga ejercicio a menudo, aunque solo sea caminar unos minutos.
- Busque horarios regulares para el sueño y alimentación.
- Evite o reduzca el consumo de alcohol. No tome drogas ilícitas. Esto puede empeorar la depresión.
- Hable con alguien de confianza y cuéntele cómo se siente.
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Ayudar a alguien con depresión
Si quien tiene depresión es un familiar o amigo, hay mucho de lo que tenemos a mano que puede ayudar y acompañar a las personas en el proceso. De la misma manera, hay prácticas que debemos evitar para no empeorar la situación.
No juzgue. Esto es lo más importante. Hay cosas por las que tal vez usted no sentiría mayor malestar, pero tal vez para su ser querido sí. Todos somos diferentes y reaccionamos distinto ante distintas situaciones.
Para las personas con depresión, incluso lo bueno que suceda a su alrededor, podría no tener importancia.
No diga “eso no es nada”, “ya ahorita se te va a pasar”, “sos muy fuerte”, “no llorés”, “si salimos a distraernos, vas a sentirte mejor”.
Recuerde su apoyo. No dé por sentado que su familiar o amigo sabe que usted está ahí, dígaselo. Invítelo a estar con usted, pero no lo fuerce.
Escuche. Muchas veces buscamos escucha y no consejo. Si le piden consejo, delo, si no es así, limítese a estar al lado. Escuche sin juzgar. Si la persona no quiere hablar de ese tema, pero sí de otros, hagan eso. Si no quisiera hablar del todo, el hecho de esa compañía, física o virtual puede marcar diferencias.
Pregunte cómo apoyar. No todos quieren o necesitan la misma ayuda. Habrá quienes quieran abrazos, otras más bien no quisieran contacto físico del todo. La ayuda que cada quien necesite varía según la situación. Todos somos únicos. Preguntar nos hace entender mejor.
Respete el proceso. Respete si no quiere decirle o si solo le cuenta una parte, o que tal vez ni la persona misma entienda lo que le pasa. Ofrézcale salir y disfrutar, pero no lo obligue.
Tenga presente actividades que le gustan. Si a su ser querido le gusta el cine o teatro o algún tipo de comida, ofrézcase a acompañarle. Si no quiere salir de casa, busque estar allí para esa persona, pueden ver una película juntos, cocinar o encargar comida.
Busquen ayuda profesional. Si ya lleva meses sintiéndose así, anímelo a buscar ayuda profesional. A veces el episodio depresivo ni siquiera dan fuerza para buscar esa ayuda, usted puede ofrecerse a sacar la cita. Tal vez pueda ser necesario acompañarlo a esa primera cita y esperarlo fuera del consultorio del terapeuta.
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