En la Semana Santa, el pescado cobra protagonismo en la alimentación de muchas familias. Su vínculo con las costumbres religiosas y culinarias lo convierte en una elección frecuente durante estos días. No obstante, si no se manipula ni selecciona correctamente, su consumo puede convertirse en un riesgo para la salud.
La Universidad Estatal a Distancia (UNED) alertó que no todos los pescados que se ofrecen en el mercado están en condiciones óptimas para su consumo.
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El tecnólogo en Alimentos Edgar Gutiérrez Font, especialista de esa casa de estudios, detalló los principales indicadores que permiten distinguir un producto fresco de uno deteriorado.
Estos son los aspectos que deben revisarse antes de comprar pescado
Uno de los elementos más evidentes se encuentra en los ojos. Cuando están abultados, con pupilas negras y brillantes, el pescado mantiene su frescura. Si se observan hundidos o con una apariencia blanquecina, lo más recomendable es no adquirirlo.
Otro aspecto que revela el estado del producto es su piel. Esta debe conservar un color intenso y firmeza al tacto. Si luce opaca, se siente blanda o se desprende fácilmente, se trata de una señal clara de deterioro.
Las escamas también deben estar bien adheridas al cuerpo, ya que si se desprenden con facilidad, indican que el producto ha comenzado a descomponerse.
Las agallas representan otro indicador de frescura. Estas deben mostrar un color rojo o rosado y un aspecto limpio y brillante. Tonos amarillentos o grises son signo de que el pescado ya no es seguro.
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El olor resulta decisivo. Un pescado en buen estado huele a mar. Si desprende un aroma fuerte, desagradable o similar al amoníaco, probablemente ya inició un proceso de descomposición.
Finalmente, se debe examinar el abdomen. Un vientre hinchado puede estar asociado con la acumulación de gases bacterianos, lo que sugiere putrefacción interna.
Cómo manipular y conservar el pescado para evitar intoxicaciones
La UNED advirtió que, debido a su alta perecibilidad, el pescado debe consumirse lo antes posible. Si no se va a preparar de inmediato, debe almacenarse en refrigeración o congelación. Además, no se recomienda congelar de nuevo un producto ya descongelado, ya que pierde textura y frescura.
Gutiérrez Font aconsejó hacer la compra únicamente en establecimientos confiables, que mantengan los productos en refrigeración adecuada o sobre hielo limpio. En ningún caso deben presentar olor desagradable, agallas descoloridas ni piel blanda.
En los hogares, es esencial mantener buenas prácticas de higiene. Cuando se preparan productos de origen animal crudos, como el pescado o el pollo, deben utilizarse tablas y cuchillos distintos a los que se emplean con vegetales.
De hecho, la sugerencia es usar tablas de colores diferentes para evitar la contaminación cruzada: rojo para carnes, azul para mariscos y verde para vegetales.
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Recomendaciones si va a consumir pescado en espacios abiertos
Durante esta época, también es común comer pescado en ferias, playas o puestos ambulantes. La UNED recordó que, en estos entornos, es vital asegurarse de que el lugar cuente con condiciones básicas de higiene, como acceso a lavamanos, y que el alimento esté correctamente cocinado y almacenado.
En caso de detectar cualquier irregularidad en el aspecto o el olor del pescado, lo más prudente es no consumirlo. Una decisión oportuna puede evitar una intoxicación alimentaria.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La información fue investigada y seleccionada por un periodista y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.