Una de las preguntas más comunes cuando se habla de la velocidad con la que se obtuvo la vacuna contra la covid-19 es cómo esto se alcanzó tan rápido si casi cuatro décadas después no se tiene una contra el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), causante del sida.
¿Cuál es la diferencia? Precisamente esa fue una de las preguntas respondidas la semana pasada por Anthony Fauci, médico inmunólogo director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (NIAID, por sus siglas en inglés). Fauci trabaja en la investigación de VIH desde 1984 y en las políticas de salud de covid-19 desde el inicio de la enfermedad.
El especialista conversó con periodistas de todo el mundo en un seminario previo al Congreso de Ciencia de Prevención del VIH (HIVR4P).
¿Por qué estas diferencias tan dramáticas de conseguir vacuna en solo unos meses versus no tenerla después de casi cuatro décadas de intentos? Para Fauci, hay un aspecto trascendental: la forma en que el organismo humano y el sistema inmunitario reaccionan ante esos virus es muy diferente.
“Las probabilidades de desarrollar una vacuna exitosa dependen virtualmente de la habilidad del cuerpo de responder a una infección natural de una forma que elimine el virus y te dé inmunidad a largo plazo después de eliminar al virus”, expuso el especialista.
“Como tristemente sabemos, ese no es el caso con VIH. No existe una eliminación natural del virus”, añadió.
En cambio, la situación con covid-19 es muy diferente, pues las personas que se recuperan sí logran eliminar el virus del todo y quedan con inmunidad durante algún tiempo.
“Con covid, a la gran mayoría de las personas les va bien. Se infectan, eliminan el virus y luego tienen inmunidad por un tiempo variable, que va de muchos meses a un par de años”, recalcó Fauci.
“Yo predije, en un inicio, que tendríamos una vacuna existosa. No lo dije porque estuviera demasiado confiado, simplemente lo sabía, porque la historia nos dice que si el cuerpo tiene una buena respuesta, podremos inducir al cuerpo a responder”, añadió.
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Virus ‘complicado’
Las complejidades del VIH hacen que este virus de transmisión humana sea un desafío para quienes buscan vacunas, curas y tratamientos.
Por un lado está el asunto de que el cuerpo no lo elimina del todo. Por ello, los científicos a cargo de buscar una vacuna de VIH no pueden buscarla “en los mismos lugares” donde se busca cualquier otro tipo de vacuna para cualquier otro tipo de virus.
A esto se le añade otra variable que lo complica: el VIH afecta directamente el sistema inmunitario, por lo que rutas convencionales hacia una vacuna, como buscar potenciar el sistema inmunitario para combatir una posible infección, no funcionan de la misma forma.
Y hay algo que va más allá, y radica en su capacidad de replicarse (es decir, crear copias de sí mismo) y mutar.
Comprendamos cómo funciona este virus de transmisión sexual. Este microorganismo requiere un organismo humano para subsistir y replicarse.
Con ese fin, el material genético del virus se inyecta en las células inmunitarias y las destruye. En otras palabras, poco a poco “coloniza” las diferentes células de las defensas del cuerpo.
Pero, en su lucha por mantenerse en el organismo, cambia constantemente.
Según explicó en una entrevista anterior, Myron Cohen, investigador de la Universidad de Carolina del Norte, cada vez que el virus se replica, muta.
Al principio, el sistema inmunitario logra combatir el virus, pero conforme el VIH avanza y se replica, ya el organismo no logra defenderse, porque está luchando contra otro virus muy diferente al inicial.
Esto también hace muy difícil el obtener una vacuna, pues el virus cambia tanto que una vacuna creada hoy podría no funcionar en poco tiempo.