Cuando se enteró de la iniciativa, Isabelita Quesada se encargó de entusiasmar a sus vecinos del barrio conocido como “Chalo González”, pues no tiene nombre oficial. Ahí se apuntaron todos sin dudar, hasta le enseñaban su carné de vacunación como prueba de que no mentían.
Fue así como esta calle se llenó de las banderas blancas “por la vida”, símbolo de la campaña conjunta de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Ministerio de Salud y la Municipalidad de San Carlos en favor de la vacunación contra la covid-19, en la que también empresas privadas y organizaciones comunales. Con la bandera blanca hicieron la paz con la vacuna y con la vida.
“Es la forma de decir que estamos orgullosos de estar vacunados, y que tenemos un compromiso de cuidarnos y de cuidar a los demás”, manifestó Esmeralda Pacheco, trabajadora social de la Dirección de la Región Huetar Norte de la CCSS y una de las gestoras.
Pacheco encontró buena acogida en mucha gente, entre ellas su compañera de colegio Isabelita Quesada, quien movió a toda su comunidad.
“Yo me enteré y le dije a Esmeralda ‘en mi barrio hay 20 casas, alísteme 20 banderas que ya paso por ellas’. Lo puse en el chat de vecinos y les dije ‘entrego bandera solo al que en serio esté vacunado’. Todos más bien estaban entusiasmados con la idea, con decirle que yo me atrasé y me reclamaron que me estaban esperando”, recordó.
Para esta emprendedora, la vacuna es la mejor herramienta, aunque confiesa que al inicio sí estaba temerosa y con dudas, las que fueron aclarándose al hablar con profesionales de salud.
“Yo era de las consumidoras miedosas, que no compran hasta que el otro compre. El empujón me lo pegó una prima, porque sabía que yo tenía miedo. Me dijo: ‘Isa, aquí está su cita’. Tener miedo es lo más normal. Si usted tiene miedo, se informa. Y aquí en San Carlos, me quito el sombrero con la CCSS y el Ministerio. Te visitan y te aclaran todas las dudas”, expresó.
Quesada perdió su negocio con la pandemia. Luego de 30 años de funcionamiento tuvo que cerrar y despedir a colaboradores que llevaban más de 15 años con ella, pero asegura que agradece no haber perdido a ningún familiar y tenerlos a todos con salud.
“Ahí está mi papá de 81 años, con dos vacunas. Ahí están vecinos con enfermedades crónicas y ya vacunados”, recalcó.
Por la acción de Pachecho y el apoyo de vecinos como Isabelita, es que cada vez hay más banderas blancas en Ciudad Quesada y otros distritos de San Carlos. Hay casas, comercios, hoteles y empresas en lucha “por la vida”. También hay carros que llevan el lema en calcomanías.
Esta es su forma de decir que al menos el 80% de las personas que viven, trabajan o se movilizan ahí están vacunados contra la covid-19.
De acuerdo con Walter Hernández, vocero de la Municipalidad de San Carlos, esta idea nació al pensar en el programa Bandera Azul Ecológica: “Si muchos establecimientos están orgullosos de su compromiso con el ambiente, también muchos lo estarían de su compromiso con la vacunación y con la salud”.
Así también contrarrestan la campaña de los grupos antivacunas y buscan motivar a quienes no se han protegido a aclarar sus temores y no demorar más su inoculación.
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Acallar a los antivacunas
Los grupos antivacunas son una minoría, sin embargo, Hernández es enfático en que hacen mucho ruido y ese ruido es mayoritario en la zona norte. “Tuve la experiencia de estar llamando gente en la plazoleta para que se vacunara y los antivacunas estaban en la acera del frente gritando que yo estaba matando a la gente. No me iba a poner a discutirles, porque en lo que les discuto se me van 5, 6 o 7 personas”, manifestó.
Sin embargo afirmó que hablar con uno de ellos lo hizo convencerse de que se vacunara.
La llegada de la bandera sanitaria caldeó los ánimos de algunas personas de estos grupos, quienes les han dado acusaciones que van desde que discriminan hasta compararlos con el nazismo.
“No discrimina a quienes no se quieren vacunar. Banderas y stickers para decir ‘aquí estamos vacunados’. A nadie se le exige poner la bandera o calcomanía, la gente lo hace por gusto. Y a nadie se le ha negado servicios por no estar vacunado”, subrayó Hernández.
Isabelita Quesada también vivió lo mismo.
“Esmeralda (Pacheco) me tomó una foto en la que yo estaba muy feliz con la bandera y la puso en redes. Yo la vi, me gustó y la compartí en las mías. Me dijeron de todo, se me tiraron al cuerpo. Me dijeron nazi, uno me dijo que solo me faltaba ponerle la esvástica a mi casa”, destacó la mujer.
Los entrevistados son del criterio de que la mayoría de los no vacunados no son antivacunas, más bien son personas con dudas y temores que, al escuchar los mensajes de los antivacunas se resisten, y esto debe contrarrestarse con buena información.
A esto se le une también el que, pese a la efectividad de la vacuna de AstraZeneca, los rumores infundados hacen que algunas personas la rechacen. “Yo que viví la experiencia de estar en puntos de vacunación la gente decía, ‘si no es Pfizer no me vacuno’, cuando está demostrado que AstraZeneca es una vacuna muy buena. Los que ahora deciden vacunarse le tienen miedo a AstraZeneca”, aseveró Hernández.
Por esta razón, la CCSS y el Ministerio de Salud realizan campañas informativas para explicarle a las personas las bondades de este fármaco y así tener a más personas protegidas.
Mientras tanto, las primeras mil banderas que se enviaron a confeccionar ya se repartieron. Agrupaciones se están uniendo para hacer las suyas. Por ejemplo, la cámara de piñeros mandó a hacer para sus agremiados y se las entregará a quienes demuestren tener el 80% de sus trabajadores ya inoculados. Y Pacheco dice que ya otras comunidades quieren emularlos.
“Nos ha llamado gente de San José, de Alajuela, de Pérez Zeledón, de las zonas francas y nos dicen que quieren participar. Nosotros les comentamos que lo nuestro es una iniciativa solo para San Carlos, pero los motivamos a hacerla también en su comunidad y a guiarlos en lo que necesiten”, concluyó.
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