Costa Rica ya lleva semanas con una baja pronunciada y seguida en casos, hospitalizaciones y muertes por covid-19. La vacunación, de acuerdo con especialistas consultados por La Nación, ha tenido un papel preponderante en esta tendencia.
“De tener apenas las primeras vacunas aplicadas, pasamos a un porcentaje altísimo de primeras dosis y uno bastante considerable de esquemas completos. Esto ha motivado un descenso abrupto en las hospitalizaciones. Sin vacunas, el pico lo mantuvimos y fue una ola muy larga.
“En este momento, el descenso es mucho más acelerado y eso es resultado de la vacunación”, resaltó la epidemióloga, exviceministra de salud y asesora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) Ana Cecilia Morice.
Sin embargo, algunos epidemiólogos hablan sobre una necesidad de aplicación de terceras dosis y de refuerzos. Nuestro país ya comenzó a aplicarlas en los trabajadores de la primera línea de atención a la pandemia. Al 15 de noviembre pasado, 25.792 personas ya se habían inoculado tres veces.
El gobierno anunció que, a partir del año entrante, se inmunizará de nuevo a mayores de 58 años y a personas con problemas inmunitarios. En muchos de ellos, esto no consistiría un refuerzo en sí mismo, sino parte de su protección necesaria para alcanzar la respuesta inmune suficiente.
“Hay que presionar para que comience cuanto antes, la aplicación de la tercera dosis en la población de mayor edad y que tiene factores de riesgo concomitantes. En nuestra opinión, esta es la única posibilidad de evitar la llegada de una cuarta ola, que afectaría preponderantemente a la población que le fue aplicada el esquema completo entre 7 y 10 meses atrás”, manifestó el médico y epidemiólogo Ronald Evans.
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Las autoridades no han dado fechas de cuándo comenzará la inoculación de refuerzos en adultos mayores y personas con problemas inmunitarios. Sin embargo, estas podrían darse más pronto de concretarse una negociación de compra (a precio de costo) de 500.000 dosis a España.
El temor de Evans y de su equipo, conformado por otro médico y un estadístico, es que con el tiempo se reduce la cantidad de anticuerpos que protegen a la persona de tener síntomas de la enfermedad y que cada vez son más las personas con esquema completo que dan positivas al virus.
“Hay que tomar en cuenta lo que sucede en otros países para avizorar lo que podría ocurrir en Costa Rica. Israel y Reino Unido, durante este año, lideraron por bastante tiempo los países con las más altas tasas de vacunaciones en el mundo contra covid-19 y en setiembre y octubre enfrentaron picos muy altos de casos″, recalcó Evans.
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¿Refuerzos ya? ¿para quiénes?
No todas los especialistas son del mismo criterio de Evans. Para la especialista en salud pública Rebeca Hernández, antes de pensar en refuerzos más allá de los contemplados actualmente, se debe poner especial atención a quienes en este momento no tienen una sola dosis.
Información de la CCSS señala que, al pasado 15 de noviembre, 452.662 costarricenses no habían comenzado su esquema y ellos están más expuestos.”
“La cantidad de anticuerpos sí se va degradando con el tiempo, pero hay personas que en este momento no tienen del todo esta protección que les dan las vacunas. La mayor parte de los esfuerzos deben destinarse a esa población”, aseveró.
A esto se le debe unir que, hasta el momento, las vacunas disponibles no han reducido su efectividad contra complicaciones, hospitalizaciones y fallecimientos, lo cual es su objetivo primordial.
Especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) discutieron el tema, el pasado viernes 12 de noviembre, en conferencia de prensa. Para ellos hay una clara excepción: las personas que, por enfermedad o por tratamientos de largo plazo que toman, tienen su sistema inmunitario deprimido y la vacuna no tiene el mismo efecto que en las personas cuyas defensas funcionan bien. En estos casos, una tercera dosis no es un refuerzo, sino parte de su esquema regular.
“Sabemos que hay países que lo están haciendo, incluso en individuos sanos. Todavía no hay evidencia de que esto sea necesario, pero, más allá de esto, la protección contra enfermar de gravedad sigue siendo alta con los esquemas tradicionales”, recalcó Soumya Swaminathan, científica en jefe de la OMS.
“Las personas que necesitan hospitalización y mueren son aquellas que no están vacunadas o tenían comorbilidades. Uno puede enfermarse estando vacunado, pero no la protección contra la gravedad se mantiene, incluso con la variante delta”, añadió.
Para Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, el problema es que algunos países pretenden salir de la pandemia con las vacunas como única medida, y la situación actual ha demostrado que eso no funciona así.
“Las vacunas son un medio. No son cuántas personas se vacunan, sino de quiénes. No tiene sentido dar refuerzos a individuos sanos cuando hay personas en mayor riesgo sin su primera dosis”, aseguró.
Las inequidades son de las principales razones: “los países ricos están colocando seis veces más refuerzos que los países pobres comenzando esquemas”, resumió el jerarca.
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Vacunas no son la única solución
El problema, de acuerdo con los especialistas, consiste en pensar que la vacuna es la tabla de salvación contra la pandemia.
“La vacuna por sí sola no basta. El testeo, las mascarillas bien utilizadas, evitar los lugares con aglomeraciones y el aislar a los casos positivos sigue siendo preponderante. No podemos salir de la pandemia si no le apostamos a todo”, recalcó Maria Van Kerkhove, jefa técnica de covid-19 de la OMS.
Dicho esto, los especialistas de dicha organización no descartan que en un futuro sean necesarios refuerzos para más poblaciones, pero sostienen que en este momento el esquema completo sí protege a la gran mayoría de los individuos saludables.