Ulises Jiménez va cuatro veces por semana al Hospital San Juan de Dios, pero no exactamente para cita médica. ¡Va a hacer ejercicio! Bicicleta estacionaria, caminadora, ejercicios de fuerza muscular, de flexibilidad y de estiramiento son parte de su “entrenamiento”, en un “gimnasio” muy especial, diseñado para pacientes como él.
Después de un infarto hace tres meses y de la colocación de stents (pequeños dispositivos en forma de tubo o resorte que permiten el paso de la sangre en sus arterias), el tratamiento de este hombre no solo incluye cumplir con los medicamentos recetados. A este vecino de río Conejo, en Corralillo de Cartago, también le recomendaron ejercitarse.
“Me he sentido muy bien. El ejercicio sí ayuda muchísimo a que uno se sienta mejor y con más fuerzas. Aquí me ayudan mucho”, destacó Jiménez, de 63 años, mientras utilizaba la bicicleta.
A su lado, Edwin Molina, de 60 años, también ponía a trabajar su corazón en esas máquinas.
“A mí me dieron como ocho infartos. Eso fue muy fuerte. Me dijeron que si no comenzaba a moverme, no seguiría vivo, o tal vez sí, pero sintiéndome muy mal. Desde que vengo aquí me siento mejor”, señaló el hombre.
Ellos son parte del Programa de Rehabilitación Cardiopulmonar y Oncológica que tiene el Hospital San Juan de Dios para las personas con problemas cardíacos y sobrevivientes de infartos, de enfermedades pulmonares y algunas personas con cáncer.
El programa como tal está por cumplir su primer año de existencia, y su objetivo es tomar en cuenta no solo el recetar el ejercicio, si no ver las opciones que tienen, a nivel de su hogar y de su comunidad para mejorar su condición y calidad de vida.
Cada uno asiste a este lugar, varias veces a la semana y durante una hora, en promedio. El equipo comienza a recibir pacientes desde las 6 a. m. en grupos de seis personas y lo hace hasta las 2 p. m.
El programa tiene una duración de 36 sesiones y después de eso, la idea es que las personas continúen ejercitándose en sus casas, ya con los conocimientos básicos de cómo hacerlo de manera correcta.
Todos los pacientes son referidos por cardiólogos, neumólogos, internistas, oncólogos que consideran que una vez que estén en remisión de su patología deben comenzar con el ejercicio y se les den pautas para tener una mejor calidad de vida.
“Les damos educación para la calidad del sueño, para el manejo del enojo, el carácter y el estrés, de hasta cómo cuidar sus dientes”, indicó Severita Carrillo, coordinadora del programa, quien es médico fisiatra y máster en movimiento humano.
Y añadió: “no tenemos todos los profesionales que quisiéramos trabajando aquí, pero ya contamos con el apoyo de personas que están paso a paso con las personas aquí y los guían en cómo hacer cada ejercicio”.
Entender lo que pasó para recetar mejor
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Lo primero que se hace en el programa es una cita de revisión a profundidad, en la que se toma en cuenta todo el panorama de vida de la persona.
“Debemos descubrir primero dónde se rompió el hilo para que desarrollara el problema. Vemos qué actividad física hace, qué come, cómo duerme, si se revisa los dientes, porque todo eso influye", puntualizó Carrillo.
Y posteriormente se ve cómo vive el paciente para ver cómo se le receta el ejercicio que se le enviará para hacer en casa.
“Yo no voy a mandar a alguien a salir a caminar por el barrio si no se si hay un despeñadero, o si viven en un lugar inseguro o si no tienen ni aceras para caminar. Tenemos que adaptarnos a dónde la gente vive”, aseveró la especialista.
Presentación González Reynosa, quien lleva más de un mes en el programa, aseguró que está muy satisfecho con el servicio.
“Ellos se preocupan mucho por mí, se aseguran de que yo haga bien las cosas y van a ritmo”, manifestó.
De acuerdo con Carrillo el que durante estas 36 sesiones los pacientes tengan este entrenamiento no solo mejora su corazón y lo fortalece, también los prepara para que cuando ya lo finalicen puedan tener herramientas para poder hacer ejercicio por su cuenta y sigan moviéndose durante todo el día.
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