“Creo que muchos de nosotros conocemos a alguien que ya se ha infectado de covid-19 dos veces en lo que va del año. Una colega mía ya cuenta tres en estos cinco meses”.
Estas palabras de la epidemióloga estadounidense Julliet Pulliman durante una conferencia de prensa en su país pusieron en perspectiva una nueva dinámica que se ve desde que subvariantes más transmisibles de la variante ómicron aparecieron en el mapa, como la BA.4 o BA.5.
“El virus seguirá evolucionando. Probablemente habrá muchas personas que contraigan muchas, muchas reinfecciones a lo largo de sus vidas”, dijo la especialista.
En Costa Rica esto se vio desde inicio de año, pues entre enero y la primera semana de marzo, 16.616 costarricenses se reinfectaron, cifras que contrasta con lo visto entre marzo y noviembre de 2021, cuando hubo 755 reinfecciones. Ahora, estos números podrían ser incluso mayores, porque hay subvariantes que evaden más fácilmente los anticuerpos que nos dejaron las infecciones anteriores y las vacunas.
Esos números, sin embargo, son subregistros, dado que desde el inicio de la pandemia, muchos casos han pasado desapercibidos.
Para el virólogo costarricense Christian Marín Müller, la infecciosidad de las variantes no es la razón por la cual ahora es más común reinfectarse, aunque sí es importante. Es importante porque desde la variante original que surgió en Wuhan hemos tenido variantes que han sido más transmisibles que la anterior: alfa fue más transmisible que la original, delta era todavía más transmisible, ómicron todavía más y las “nuevas versiones” de ómicron son todavía más transmisibles y pueden llegar a más gente.
No obstante, lo realmente clave es que estas variantes “hijas” de ómicron tienen una capacidad que las hace “más escurridizas”: logran evadir o burlar parcialmente nuestro sistema de defensas ya formadas y el virus puede colarse e infectar nuevamente en ocasiones repetidas, pese a que la persona tenga anticuerpos de un contagio reciente o de la vacuna. La buena noticia es que las vacunas nos siguen protegiendo contra las formas graves de la enfermedad y la muerte.
“El virus siempre está cambiando; cada vez que se replica (crea copias de sí mismo) comete errores (mutaciones). Esos errores se van acumulando y de ahí salen las variantes y subvariantes, aparte de que aquellos que burlan los anticuerpos hacen que estas variantes subsistan más y que las personas puedan infectarse incluso en un corto tiempo”, expresó el científico.
En declaraciones a The New York Times, el epidemiólogo Jeffrey Shaman indicó que el SARS-CoV-2 tiende a parecerse más a sus “primos” coronavirus que causan los resfríos comunes y pueden afectar varias veces al año a una misma persona.
La hipótesis de Shaman es que una infección con ómicron produce una respuesta inmunitaria más débil, que parece disminuir rápidamente, en comparación con los contagios de variantes anteriores.
Esto ya había sido apuntado anteriormente por la viróloga Eugenia Corrales Aguilar.
“Con los virus respiratorios la regla es infectarse varias veces, con los rinovirus, con los otros coronavirus, es lo más normal”, puntualizó en ese entonces la especialista, quien enfatizó que esto no quiere decir que esas reinfecciones sean más graves.
Marín advirtió además que nuestro sistema inmunitario no es una máquina perfecta y no siempre logra entrenarse para combatir por completo el virus. Si a esto se le añade que las mutaciones cambian proteínas claves del virus y las hace escapar fácilmente de nuestro cuerpo.
“No es que el virus intente cambiar para evadir el cuerpo. Eso ocurre al azar, pero si ocurre una variante que evade la inmunidad y le va a ganar la carrera a las demás”, explicó.
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Las buenas noticias
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Para Marín, las buenas noticias son dos. Una es que la evasión del virus a nuestras defensas no es total, las vacunas sí bajan ligeramente el riesgo de infección y, de infectarse, la persona tiene más probabilidades de que el virus se replique menos y ser menos transmisor que quienes no están inoculados.
La otra noticia es la realmente importante: los esquemas completos de vacunación siguen protegiendo contra hospitalizaciones y muertes, como lo confirman datos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). La mayoría de las personas que han fallecido con el virus o no estaban vacunadas o no habían completado las tres dosis necesarias.
Lo mismo sucede con los hospitalizados, el riesgo de internarse es varias veces mayor en quienes no tienen una sola dosis cuando se compara con los que tienen al menos una.
En cuanto a las reinfecciones, Corrales había expuesto que infectarse más de una vez no implica que los síntomas sean más fuertes.
“Puede ser que nos reinfectemos muchas veces y no nos demos cuenta. ¿Cuántas veces nos damos cuenta de que hemos tenido equis virus cuando tuvimos ‘moquillos’ o dolor de cabeza?”, aseveró.
“¿De esas (reinfecciones) cuántas fueron leves, cuántas fueron un diagnóstico ‘accidental’ cuando no había síntomas y cuántas se complicaron? Esto es importante y es lo que a todos debería preocuparnos, no saber si hubo x reinfectados, es saber cómo se comportó la enfermedad”, concluyó.
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¿Por qué hay personas que no se han infectado?
Mientras hay personas que desde 2020 ya suman tres e incluso cuatro contagios hay quienes dicen que nunca han tenido el menor síntoma de covid-19. ¿A qué se debe?
Marín recordó que lo primero que debemos pensar es que es muy probable que estos individuos sí se hayan infectado en algún momento pero que no reportaran síntomas, o que estos fueran tan leves que los confundieran con una alergia o resfrío... o que más bien presentaran manifestaciones tan diferentes que no las asociaran con covid-19, como diarrea y vómito.
Pero también hay otros factores que deben tomarse en cuenta. “Mucho tiene que ver con el comportamiento. Tal vez la gente que no se ha enfermado se cuida diferente o tiene un estilo de vida diferente que hace que no haya caído. Ese es uno de los factores más importantes”, afirmó.
También mencionó que hay personas que pueden “soltar” más o menos niveles de virus y algunos casi no infectan.
Hay otros puntos que influyen. No siempre que una persona se expone al virus se infecta, aunque con las nuevas variantes eso cada vez es más común. Sin embargo, hay condiciones en las que el virus es menos transmisible, como en sitios abiertos o en lugares bien ventilados, el tipo de mascarilla que se utiliza y el tiempo que estamos con quien tiene el virus.
También se investiga que tal vez estas personas tuvieron exposiciones anteriores a otros coronavirus que les dieron ciertos niveles de protección cruzada, o hay algo en su sistema inmunitario o en su genética que hace que a la enfermedad le sea más difícil desarrollarse.
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