En Costa Rica ya circula la XBB1.5, subvariante de ómicron catalogada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la más transmisible, hasta el momento, de las variantes del virus SARS-CoV-2, causante de la covid-19.
El Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa), ente que lidera la vigilancia genómica del SARS-CoV-2, comunicó la tarde de este 12 de enero que la subvariante se confirmó en las muestras de tres pacientes.
Se trata de dos hombres y una mujer, quienes iniciaron síntomas entre el 12 y el 21 de diciembre de 2022. Dos de las personas afectadas residen en la provincia de Heredia, una en el cantón central y una en San Rafael; el otro paciente reside en El Guarco, Cartago. Ninguno de ellos reporta viajes al exterior, por lo que es posible que esta subvariante circulara desde antes en el país.
Los síntomas referidos por los pacientes incluyen fiebre, tos, dolor de cabeza y garganta. Esto es consistente con lo visto hasta el momento en otras partes del mundo, donde no hay evidencia de que sea más agresiva o letal que las anteriores.
Lo que sí preocupa es la velocidad con la que se disemina. Esta proliferación es lo que tiene los ojos de científicos sobre esta subvariante. En Estados Unidos, pasó de tener el 4% al 41% de los contagios confirmados en el mes de diciembre. En los estados del noreste, es el causante del 80% de los enfermos reportados a este 10 de enero.
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“Esta es la subvariante más fuerte que se ha detectado hasta la fecha. Esto se debe a las mutaciones que se reportan, estas permiten que el virus se adhiera a las células humanas y se transmitan más rápidamente”, señaló Maria Van Kerkhove, jefa técnica de covid-19 de la OMS, en conferencia de prensa.
Las hospitalizaciones en Estados Unidos han aumentado, especialmente en los estados con mayor presencia de la subvariante. No obstante, no hay evidencia para decir que sea causa-efecto de XBB1.5, por eso la OMS pidió un estudio más detallado.
Costa Rica es el país número 39 en reportar esta subvariante. La mayoría de estas secuencias registradas hasta hoy de XBB1.5 son de Estados Unidos (82,2%), Reino Unido (8,1%) y Dinamarca (2,2%).
En Estados Unidos, algunas personas bautizaron a esta variante como “Kraken”, en honor a la enorme criatura marina de la mitología nórdica. Sin embargo, la OMS no avala dicho nombre.
En nuestro país, esta subvariante todavía no tiene tanta circulación. El Inciensa reportó que para la semana epidemiológica 51 de 2022 (del 18 al 24 de diciembre) aproximadamente el 50 % de las secuencias analizadas pertenecen al linaje BQ.1. En esa misma semana un 18,2 % de las secuencias analizadas fueron clasificadas como XBB y sus sublinajes.
En total, la vigilancia genómica ha detectado 86 recombinantes del “tronco” XBB, de los cuales 71 corresponden al sublinaje XBB.1, 9 al XBB.2, 3 al XBB y 3 al XBB.1.5.
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¿Cómo es esta variante?
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Si todas las subvariantes son, por así decirlo, “hijas”, “nietas” o “bisnietas” de ómicron, esta es una descendiente particular, porque proviene de una recombinación de dos sublinajes anteriores. XB1.5 es “hija” de XBB, una subvariante que se formó con la combinación de otras dos provenientes de la subvariante BA.2. En otras palabras, una variante recombinante, como su nombre lo dice, combina características (es decir, material genético) de otras dos subvariantes anteriores.
Para la Agencia de Seguridad en Salud de Reino Unido, las recombinantes son normales y esperables cuando un virus lleva tiempo en circulación activa y hay muchas variantes circulando al mismo tiempo.
“Una variante recombinante ocurre cuando un individuo se infecta con dos o más variantes al mismo tiempo, y esto resulta en una mezcla de su material genético dentro del cuerpo del paciente. Esto no es inusual, varias formas recombinantes de SARS-CoV-2 se han identificado en el transcurso de la pandemia”, cita un comunicado de la agencia.
De acuerdo con información en CNN, XBB.1.5 tiene otro as bajo la manga que parece contribuir a su crecimiento: una mutación clave en el sitio 486, que le permite unirse más estrechamente al receptor ACE2, la puerta en nuestro organismo que el virus utiliza para entrar en nuestras células.
“La mutación permite claramente que XBB.1.5 se propague mejor”, escribió en un correo electrónico Jesse Bloom, virólogo computacional del Centro Oncológico Fred Hutchinson.
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Formas de protección no han cambiado
La forma de transmisión del virus no ha cambiado, por lo tanto, la forma de cuidarnos sigue siendo la misma. No existe una mascarilla especial que la contenga, basta la misma que hemos usado, tampoco hay un jabón especial para lavarse las manos.
Vacúnese y complete su esquema. Esta es una muy buena herramienta, y ha sido decisiva en la baja del impacto de la enfermedad en el país y en el mundo, pero no es la única.
“Las vacunas que tenemos son increíblemente efectivas para prevenir las hospitalizaciones, la necesidad de cuidados intensivos y las muertes, pero las vacunas por sí solas son insuficientes para acabar con la pandemia. Tenemos las otras herramientas, y debemos usarlas”, expresó Van Kerkhove.
Prefiera sitios abiertos y bien ventilados. Abra puertas y ventanas. Evite en la medida de lo posible espacios pequeños, cerrados y con poca ventilación, si no puede evitarlos y debe estar con más personas, permanezca el menor tiempo posible ahí.
Use la mascarilla. Aunque no es obligatoria, es una medida necesaria. Su uso es especialmente recomendado en sitios cerrados y donde no sea posible guardar la distancia. Asegúrese de que está bien colocada, que cubra nariz, boca y mentón. Que no deje espacios ni se mueva libremente.
Lávese las manos rigurosamente y séquese bien. El alcohol en gel es un plan B para cuando no hay agua y jabón disponibles.
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