El envejecimiento de la población de Costa Rica muestra un paso mucho más acelerado al que se había previsto hace una década, según revela una reciente actualización realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) sobre la cantidad de adultos mayores que hay en el territorio nacional.
En el 2013, el INEC proyectó que el país tendría 501.153 personas de la tercera edad para el 2022 y que este grupo representaría el 9,8% de los habitantes. Sin embargo, la última Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), realizada por el mismo instituto, revela que el año pasado había 710.417 mayores de 65 años, quienes representaban el 13,63% de los pobladores.
La realidad superó a la estimación por 209.264 personas y por 4 puntos porcentuales. Esta es una de las conclusiones del primer informe presentado por el Programa Observatorio del Envejecimiento, una iniciativa del Centro de Investigación Observatorio del Desarrollo de la Universidad de Costa Rica (CIOdD - UCR) y de la Cátedra Envejecimiento y Sociedad de la Facultad de Medicina.
Solo en los últimos ocho años, entre 2015 y 2022, los adultos mayores pasaron de constituir el 9,09% de la población costarricense a ser el 13,63%.
¿Las razones? El informe enumera dos: la caída en la fecundidad, que bajó a 1,3 hijos por cada mujer y, por otro lado, una alta esperanza de vida que permite a las personas vivir más años. Lo anterior lleva a que cada vez haya menos población menor de 30 años y comience a crecer la mayor de 50 años.
Las estimaciones del INEC indican que en 2040 las poblaciones mayores de 65 años y las menores de 15 igualarían en cantidad; el reporte advierte de que esto incluso podría darse antes, aunque no estima una fecha específica. No obstante, los datos actuales sí muestran una desaceleración en el crecimiento de quienes tienen entre 0 y 29 años.
A esto se le debe añadir otro fenómeno: 109.884 personas adultas mayores viven solas, de las cuales 13.349 (un 12,15%) corresponden a personas con edad de 85 años y más.
“Es necesario conocer las realidades en que viven estas personas, si cuentan con redes familiares o de apoyo o si pertenecen a algún programa del Estado que les brinde atención y cuidados”, señala el reporte.
Fenómeno desigual
El envejecimiento no es igual en todo el país y esta situación impacta, de momento, principalmente a las áreas urbanas. Las dos terceras partes de este grupo etario viven hoy en centros urbanos, mientras que en la zona rural la proporción de mayores de 65 años bajó de 36,6% a un 24,7% en el periodo comprendido entre 2000 y 2021.
Sin embargo, en las zonas rurales el fenómeno de adultos mayores que viven solos o con otro adulto mayor es más frecuente, y la pobreza puede ser mayor, advierten los investigadores.
Pese a lo desigual del crecimiento, sí se perciben impactos en todas las regiones: “En el año 2015, los cantones considerados como jóvenes, con menos del 7% de personas adultas mayores, representaban el 45,12%, mientras que para el año 2020 esa clasificación pasó a ser de 13,41%”.
Covid-19 y sus secuelas en la población
El informe también pone el dedo sobre lo sucedido con la pandemia de covid-19. Entre 2020 y 2022, el 58% de las personas que fallecieron por complicaciones relacionadas con la enfermedad eran mayores de 65 años.
A esto se le unen las secuelas que la enfermedad dejó en muchos de los sobrevivientes, pues en muchos de ellos generaron más debilidad y la exacerbación de otras condiciones crónicas, lo cual aumenta los niveles de discapacidad y de dependencia.
Se espera que la baja en la esperanza de vida provocada en el país por esta enfermedad entre 2020 y 2021 pueda regresar a sus niveles normales para 2023, gracias a las vacunas y tratamientos.
Los retos
Este no es el primer informe en advertir que la población está aletargando su ritmo de crecimiento y que esto traería consigo un mayor envejecimiento de la población costarricense.
“Debemos ir hacia un nuevo rostro del envejecimiento. Tenemos que hacer un esfuerzo como cultura, como país, como sociedad, como familia, como instituciones públicas y privadas, y no hacer de esto un negocio, como pasa desgraciadamente en muchas partes de la sociedad.
“Aquí tenemos que promover la inclusión, que las personas mayores estén formando parte y que no las ninguneen”, manifestó Fernando Morales, geriatra, decano de la Facultad de Medicina de la UCR y exdirector del Hospital Nacional de Geriatría.
Anteriormente, el demógrafo Luis Rosero había proyectado que la población de Costa Rica dejaría de crecer antes del 2045, es decir en apenas 22 años, cuando alcanzaría su mayor pico para luego comenzar a bajar en forma paulatina.
Rosero señaló que la cifra máxima de habitantes llegará a unos 5,7 millones. Las proyecciones del Censo 2011 decían que llegaríamos a los seis millones en 2046. Ahora. las nuevas proyecciones estiman que esos seis millones no se alcanzarían y que los números de población bajarían cada vez más.