La variante EG.5 del SARS-CoV-2, virus causante de la covid-19, está presente en Costa Rica. Esta variante fue considerada “de interés” por la Organización Mundial de la Salud (OMS), por su mayor transmisibilidad y su potencial para evadir anticuerpos generados por vacunas o por una infección previa. No hay evidencia hasta el momento de que sea más agresiva o letal.
El último informe del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa), ente encargado de la vigilancia genómica, reporta 19 casos de esta subvariante descendiente de la variante ómicron. Estos casos tienen un corte hasta la semana 29 (del 16 al 22 de julio), última para la cual hay datos analizados.
Los primeros casos detectados mediante exámenes genéticos se presentaron en la semana 18 (del 30 de abril al 6 de mayo). Los 19 casos mostrados hasta el momento están en la zona sur del país: 10 en Osa, 4 en Corredores, 3 en Golfito, 1 en Puerto Jiménez y 1 en Pérez Zeledón.
Dentro de esos 19 pacientes había 13 mujeres y 6 hombres, con edades entre menos de 1 año y los 75 años.
De acuerdo con información suministrada por el Inciensa, todos los pacientes presentaron síntomas, dentro de los que destacaron dolor de cabeza, fiebre mialgias, odinofagia (dolor que se experimenta al tragar), rinorrea, tos y dolor abdominal. Ninguno de ellos requirió hospitalización.
Las muestras de EG.5, llamada popularmente “Eris” por la prensa internacional, representan el 2,84% de las analizadas entre las semanas 18 y 29. La subvariante más común en este lapso fue la XBB.1.5, con el 78,48% de los análisis realizados. Esta subvariante reportó su presencia en el país en diciembre pasado.
Esto no implica que sean todos los casos hasta el momento. La vigilancia genómica toma un grupo de muestras de las que llegan a los laboratorios tanto públicos como privados y les hace un análisis gen por gen para determinar las variantes y subvariantes que están circulando.
¿Qué es una variante de interés y qué sabemos de esta?
Una variante de interés (VOI, por sus siglas en inglés), es aquella que a nivel genético arroja sospechas de que los virus tienen “habilidades especiales”, pero no hay pruebas fehacientes a nivel epidemiológico ni de salud pública. Sin embargo, las VOI sí pueden estar relacionadas con brotes o mayor transmisión comunitaria en los países donde se encuentran.
La EG.5 se reportó por primera vez el pasado 17 de febrero y comenzó a estudiarse detenidamente (como variante bajo monitoreo, VUM, por sus siglas en inglés) el 19 de junio.
Maria van Kerkhove, jefa técnica de covid-19 de la OMS, señaló este 9 de agosto que, para analizar si se consideraba esta subvariante como una VOI, se tomaron en cuenta tres parámetros: transmisibilidad, severidad y escape inmune. Este último término se refiere a la habilidad de una variante para escapar de la protección conferida por vacunación o una infección previa, burlar a las defensas, y enfermar a las personas.
Lo que se sabe hasta ahora de esta nueva variante no parece indicar que sea ni más grave ni más letal; todo parece señalar lo contrario, pues no se han visto aumentos de internamientos en cuidados intensivos ni de decesos en las zonas donde está presente. Esto también puede deberse a que las personas ahora están más protegidas por vacunas y por infecciones previas.
En otras palabras, se mostró que no hay severidad ni letalidad aumentada, pero sí transmisión aumentada y escape inmune.
Una de las razones por las cuales se declaró VOI es por su crecimiento en las últimas semanas. En la semana 25 del año, que transcurrió del 19 al 25 de junio, esta subvariante correspondía al 7,6% de las variantes registradas. Cuatro semanas después, en la 29, que fue del 17 al 23 de julio, la prevalencia en los registros se había incrementado al 17,4%.
Van Kerkhove señaló que los países donde se han visto mayores reportes de EG.5 también advierten de aumentos en detección de casos. A esto se le une, según el reporte de la OMS, la situación de países como Japón o Corea del Sur, donde también han aumentado las hospitalizaciones. Este aumento no se debe a una mayor severidad, pero no debe perderse de vista que, al haber más casos, los hospitales deben estar preparados para recibir más internamientos, especialmente de personas vulnerables.
“Dada las ventajas que tiene para un mayor crecimiento y sus características de escape inmune, EG.5 puede causar un aumento de incidencia y pasar a ser dominante en algunos países o incluso globalmente”, cita el documento que la OMS emitió el pasado 9 de agosto.
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