El ayote criollo es un invitado frecuente en la mesa de los ticos, pero, por desconocimiento, la mayoría de los comensales desaprovecha las múltiples propiedades nutricionales que el vegetal ofrece.
Dos investigaciones realizadas por las nutricionistas de la Universidad de Costa Rica Xinia Sáenz y Marcela Dumani analizan, respectivamente, los patrones de consumo de ayote entre los costarricenses y el valor nutricional de este vegetal.
“En Costa Rica, la especie más común es
Sin embargo y a pesar de la amplia oferta que podría dar el ayote, los consumidores ticos no identifican bien las variedades existentes y solo preparan el fruto según su grado de maduración, es decir, ayote tierno o sazón, según el estudio “Prácticas de Compras, Selección, Consumo y Conocimientos del ayote”, de Sáenz.
El análisis entrevistó a ticos (de 38 a 57 años) que compran ayote en la feria del agricultor.
“A pesar de que es un vegetal muy versátil para preparar diversos tipos de platillos, las personas se limitan a consumir el fruto y desaprovechan el resto de los componentes de la planta como las flores, los quelites (hojas tiernas) y las semillas. Todos ellos son comestibles y poseen un alto contenido de nutrientes”, declaró Dumani, quien explica que, por ejemplo, las semillas aportan calcio, hierro y magnesio; y las flores, antioxidantes y potasio.
Por otro lado, el ayote de textura más “harinosa” como el sazón, tienen un mayor contenido de carbohidratos. Aquí, según dice Dumani, surge uno de los grandes mitos alrededor del ayote sazón. “Se le ha creado mala fama de que el ayote engorda y de que, por eso, no es recomendable dentro de una dieta para bajar de peso. Pero una porción de ayote sazón contiene la mitad de los carbohidratos de una porción de harina o cereal”, explicó.
Las flores picadas también se pueden añadir al arroz o a los guisos para dar color y sabor. Otros componentes como las semillas se pueden consumir como un bocadillo nutritivo. “Se lavan, se extienden en una bandeja y se dejan tostar en el horno”, recalcó Dumani.