La pandemia de covid-19 influyó en el incremento de la mortalidad materna en 2020 y 2021. Sin embargo, las medidas sanitarias y la vacunación de las gestantes habrían ayudado a que los números bajaran de nuevo a partir de 2022. Así concluye el Ministerio de Salud en un reporte dentro del Boletín Epidemiológico, que se difundió este 12 de agosto.
La mortalidad materna se refiere al fallecimiento de una mujer durante el embarazo, parto o dentro de los 42 días posteriores a la finalización del embarazo. Esta se mide en tazas por cada 10.000 nacimientos.
De acuerdo con los datos analizados por Salud, en 2018 vinieron al mundo 68.449 bebés y hubo 11 muertes maternas, lo que da una razón de mortalidad de 1,61 decesos por cada 10.000 nacimientos, la más baja en los últimos 10 años. En 2019, la tasa fue de 2,02, muy similar a las que se habían dado anteriormente. Pero para 2020, esta subió a 3,44 y en 2021 fue de 4,05, el doble de la vista en 2019.
“Para el periodo 2021, fallecieron 22 mujeres durante el embarazo, parto o posparto, lo que da como resultado una razón de mortalidad materna de 4,05, es decir, la tasa en 2021 duplica la tasa registrada en 2019 la cual era de 2,02″, cita el reporte.
Esto ya había sido confirmado por un informe anterior del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), según el cual un 40,9% de los fallecimientos (9 mujeres) estuvo directamente relacionado con complicaciones causadas por la covid-19.
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), en ese momento, atribuyó el aumento a dos factores principales: el ajuste de los servicios para dar prioridad a la atención de la covid-19, y a que muchas embarazadas se quedaron en casa y dejaron de asistir al control prenatal.
Posteriormente, los números volvieron a descender a partir de 2022 y se mantuvieron en declive, al reportar 1,5 en ese año y 0,8 en 2023.
Para Salud, hay una explicación, también ligada a la covid-19 o más bien a la estrategia contra ella.
“Una vez instauradas las medidas sanitarias respectivas y la obligatoriedad de la aplicación de la vacuna contra covid-19 en las mujeres gestantes (a partir de junio de 2021), la razón de mortalidad materna se redujo significativamente, presentándose en el año 2022 un total de 8 defunciones maternas”, añade el documento.
Sin embargo, los autores advierten que como el número de nacimientos desciende año con año, este indicador se vuelve más sensible y cada muerte materna tiene un peso mayor.
¿Qué mujeres tienen una muerte materna?
El Ministerio de Salud analizó más a fondo los cuatro decesos de las mujeres de 2023. Todas tenían entre 35 y 39 años. Dos vivían en Limón, una en Puntarenas y la última en San José. El documento señala que dos decesos se dieron en la región Huetar Caribe y dos en la región Brunca, lo que lleva a pensar que la muerte en Puntarenas se dio en la zona sur y la josefina en Pérez Zeledón.
Una de ellas tenía cáncer metastásico, las otras tres presentaron hemorragias antes, durante o inmediatamente después del parto.
“En relación con las causas de muerte registradas tenemos que todos los fallecimientos se dan por shock de tipo séptico, hipovolémico y distributivo”, afirma el boletín.
El shock séptico o choque séptico se da cuando el organismo produce una respuesta exagerada para proteger al cuerpo de un patógeno. Las sustancias químicas segregadas por las defensas desencadenan una inflamación generalizada. Esto produce coágulos y fugas en los vasos sanguíneos. Como resultado, se priva a los órganos de oxígeno y nutrientes, y por lo tanto, se dañan.
El shock séptico también puede ser hipovolémico. Este se da cuando hay problemas por mucha contracción del corazón, las venas colapsan y ocurre un aneurisma en la aorta.
Finalmente, también puede ser un distributivo: el corazón se contraerá mucho y podrá presentar problemas de venas y arterias.
Medidas para reducir la mortalidad materna
El boletín menciona estrategias para que la mortalidad materna sea menor, dado que el riesgo aumenta por inequidades sociales y falta de acceso a los servicios de salud.
- Implementar políticas para mejorar las oportunidades de empleo para las mujeres, particularmente aquellas que están desempleadas o subempleadas.
- Proveer apoyo financiero y programas de protección social para asegurar que todas las mujeres tengan acceso a servicios de salud esenciales.
- Desarrollar intervenciones específicas para apoyar a las mujeres migrantes, incluyendo servicios de traducción y prácticas de atención médica culturalmente sensibles.
- Asegurar protecciones legales y programas de inclusión social para reducir la discriminación y las barreras en el acceso a la atención para las migrantes.
- Invertir en infraestructura de salud en áreas rurales y remotas.
- Fortalecer los sistemas de atención primaria para proporcionar atención prenatal y posnatal integral.
- Aumentar el financiamiento para los servicios de salud materna.
- Capacitar al personal de salud en prácticas de atención materna respetuosa para eliminar la violencia obstétrica.
- Promover la concienciación y la aplicación de los derechos de las mujeres durante el parto.
- Mejorar la calidad de la atención desde una perspectiva intercultural.