Entre un 10% y un 20% de las personas con covid-19 sufren síntomas por más de ocho semanas, condición que se conoce como covid-19 prolongada, covid-19 persistente, síndrome poscovid, o por su nombre en inglés long covid (o “covid larga”).
Algunos de los síntomas son fatiga, debilidad, falta de concentración, problemas de memoria, dificultad para respirar, tos persistente y dolor de cabeza.
Sin embargo, los síntomas no son los mismos para todos; no se dan en la misma intensidad y no todos se viven de forma ininterrumpida; hay quienes tienen días de “descanso”. También hay diferencias entre adultos y niños.
No obstante, la gran mayoría de pacientes tienen algo en común: sufren para tener un diagnóstico y para que alguien les crea que sus problemas de salud son secuelas de la enfermedad. La razón es que no existe un examen para determinarlo ni tratamiento específico; los médicos tratan a cada persona según los síntomas que presente.
¿Qué esperanzas hay para los pacientes de covid prolongada? La mañana de este 9 de marzo, especialistas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se refirieron al tema en conferencia de prensa.
De acuerdo con Sylvain Aldhighieri, gerente de incidente de covid-19 de la OPS, existe un proceso de diagnóstico que está en etapa de desarrollo, pero ya hay proveedores que están implementando pruebas específicas, según las afecciones clínicas.
En cuanto a los tratamientos, aseguró que hay terapias que han sido eficaces para un conjunto de las afecciones. La OPS comenzó un análisis que se mantiene activo, donde se incluyen las evidencias que van surgiendo sobre esta manifestación de la enfermedad y los efectos de los tratamientos.
“También estamos con los países para usar y ampliar una plataforma de vigilancia clínica donde se incluya la información de los pacientes. Estos datos se analizan y respaldan informes sobre características de los pacientes, los tratamientos y los resultados clínicos”, especificó.
Además, hay muchos medicamentos nuevos que se han utilizado en algunas personas y que se están probando en ensayos clínicos para determinar seguridad (que los efectos secundarios sean menores que los beneficios) y la eficacia (que sirvan para su propósito). En este momento hay 33 ensayos clínicos.
“Muchos países están investigando para comprender el tema. Se necesita más estudio, y una agenda de investigación integral para entender la condición, los síntomas, las formas de diagnosticarla y las formas de tratarla”, dijo Aldhighieri.
Hace falta más tiempo para tener una batería amplia de estudios con sus resultados, pero ya se está en camino.
Vacunación es clave
Para Aldhiguieri, puede haber millones de personas que experimentaron esta condición o la están experimentando, pero que por la falta de diagnóstico no todos se registren.
A esto también se le debe añadir que estos pacientes pueden volverse a infectar y que no se saben las consecuencias de una segunda, tercera o cuarta infección. Por esta razón, la OPS recalcó la importancia de vacunarse, porque reduce el riesgo de síntomas a mediano y largo plazo.
“Yo no me atrevería a decir que la covid prolongada será un mayor problema de salud pública que la propia pandemia, porque la pandemia todavía no ha terminado. La clave para prevenir este síndrome es seguir vacunándonos, porque es lo que va a prevenir ese síndrome poscovid. Si no nos vacunamos el riesgo es mucho mayor”, advirtió Marcos Espinal, subdirector de la OPS.
Un estudio realizado en Italia examinó la prevalencia de covid prolongada en cualquiera de sus manifestaciones, según las dosis de vacunas. La conclusión general es que a mayor cantidad de dosis, menor es el riesgo de síntomas prolongados.
En dicha investigación, el 41,8% de los no vacunados experimentaron esos síntomas, así como el 30% de quienes tenían una dosis; el 17,4% de quienes tenían dos dosis y el 16% de quienes tenían tres. Las cuartas dosis todavía no se aplicaban cuando se hicieron las pesquisas.