¿Siente que está olvidando tareas pendientes o cosas que hizo recientemente, más de la cuenta? ¿Tiene miedo de estar enfrentando algún tipo de deterioro cognitivo?
Para ayudar a las personas a saber cuándo es el momento de preocuparse y cuándo se trata de olvidos normales, la Clínica de la Memoria y el Envejecimiento Cerebral del Hospital San Juan de Dios preparó un “top ten” de las señales que deben tomarse en cuenta para saber si usted o un familiar debe acudir a uno de estos servicios.
1- Cambios en la memoria que dificultan la vida cotidiana
Una cosa es olvidar dónde dejó las llaves, especialmente si eso pasa porque justo en el momento que las dejó estaba sonando su teléfono y usted tuvo que atender la llamada y su mente “cambió de prioridad” para contestar. Esto es “normal”.
Ahora bien, ya podemos decir que estamos en etapas tempranas de un deterioro cognitivo, cuando nos resulta frecuente olvidar información recién aprendida y esto antes no sucedía. También es una señal olvidar fechas o eventos importantes; o si la persona pide la misma información de forma repetitiva.
2- Dificultad para planificar sus tareas o para resolver problemas
Algunas personas que comienzan a tener problemas, experimentan cambios en su habilidad de desarrollar y mantener un plan o a la hora de trabajar con números.
Además, pueden tener dificultades en seguir, por ejemplo, alguna receta de cocina ya muy conocida o manejar los pagos de las cuentas mensuales.
3- Dificultad para desempeñar tareas habituales en casa, en el trabajo o durante el tiempo libre
Se les hace difícil completar tareas cotidianas que antes solo les tomaban unos minutos.
En otras ocasiones pueden tener dificultades para llegar a un lugar conocido.
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4- Desorientación de tiempo o lugar
Se les olvidan las fechas y el paso del tiempo. También podrían perder la noción de qué día es.
Asimismo, es posible que, en ocasiones, se les olvide dónde están y cómo llegaron allí.
5- Dificultad para comprender imágenes visuales y para saber cómo relacionar objetos.
Pueden tener dificultad en leer, juzgar distancias y determinar color o contraste. Esto, por ejemplo, puede causar problemas para conducir un vehículo.
6- Problemas para utilizar palabras
Llegan a tener problemas en seguir o participar de una conversación. Es posible, también, que paren en medio de conversar sin idea de cómo seguir o que repitan mucho lo que dicen.
Puede ser que luchen por encontrar las palabras correctas o el vocabulario apropiado o que llamen cosas por un nombre incorrecto (como llamar un “lápiz” un “palito para escribir”).
Esto puede darse tanto en lenguaje oral como escrito.
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7- Colocación de objetos fuera de lugar
Colocan cosas fuera de lugar. Se les puede perder objetos sin poder recordar dónde encontrarlos.
8- Disminución o falta de ‘buen juicio’
Las personas pueden experimentar cambios en el juicio o a la hora de tomar decisiones. Por ejemplo, es posible que regalen grandes cantidades de dinero a las personas que no conocen. También pueden prestar menos atención al aseo personal.
9- Pérdida de iniciativa al participar en actividades sociales
Muchas personas empiezan a perder la iniciativa para realizar actividades sociales, proyectos en el trabajo o deportes, aún cuando antes disfrutaban mucho de estas cosas.
Es posible que tengan dificultad en entender los hechos recientes de su equipo favorito (como saber si ganó el último partido, cuando antes siempre llevaba hasta el pulso de quién anotaba cada punto) o en cómo ejercer su pasatiempo favorito (por ejemplo, se le olvida cómo hacer una puntada de bordado complicada que antes lograba sin el menor problema).
10- Cambios en el humor y la personalidad
Pueden llegar a ser personas confundidas, deprimidas, temerosas o ansiosas.
Se pueden enojar fácilmente en casa, en el trabajo, con amigos o en lugares donde están fuera de su ambiente.
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¿Qué hacer en caso de tener las señales?
Si usted logra ver varias de estos síntomas o cambios en usted o en alguien cercano, no debe alarmarse. Recuerde que existen especialistas que trabajan cada caso según las condiciones específicas de cada persona y de la evolución del deterioro cognitivo.
En Costa Rica, varios hospitales como el Nacional de Geriatría o el San Juan de Dios tienen una clínica de este tipo. También hay esfuerzos en zonas más alejadas del Valle Central, como Liberia y Limón.
Para tener más información de estos lugares y ver el tipo de atención que las personas requieren, primero deben acudir a la clínica que les corresponde como asegurados para una valoración médica.
También hay iniciativas privadas en clínicas y centros de adultos mayores en donde la población puede encontrar estas facilidades.
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