Desde sus siete años, Adriana aprendió que su páncreas no funciona bien y por eso tiene diabetes tipo 1 y debe inyectarse constantemente.
Jorge, por su parte, supo a los 50 años que, luego de años de malos hábitos, desarrolló diabetes tipo 2. Su páncreas no produce suficiente insulina para mantener los niveles de azúcar normales.
Sofía, a sus 27 años, nunca había tenido este problema, pero al estar embarazada de su primer hijo fue diagnosticada con diabetes gestacional y sabe que afecta la forma en la que sus células utilizan la glucosa.
Este es, hasta el momento, el universo oficial de la diabetes, al menos para el público en general.
¿Pero realmente eso es todo? ¿Existirá una diabetes tipo 3? ¿O tipo 4? ¿Tipo 5? ¿Y si hay una 6? ¿Está el alzhéimer ligado? ¿Qué papel podrían jugar las grasas?
La ciencia aún no tiene la palabra final de una cantidad definitiva de tipos de diabetes, pero sí ha ido aprendiendo que la realidad es mucho más compleja, y tiene la mente abierta para investigar y descubrirlo.
Investigación inicia en ratones
El costarricense Juan Pablo Palavicini es un biotecnólogo y doctor en Neurobiología que, desde su laboratorio en la Universidad de Texas en San Antonio, busca respuestas.
En su caso, los ratones son el arma para ver qué sucede a nivel molecular en algunos casos de diabetes que puedan llevar a un mayor riesgo de alzhéimer y si hay diferencias con otros casos de diabetes.
Sus más recientes hallazgos, ligados a un lípido llamado sulfatida presente en quienes tienen diabetes y alzhéimer, fueron publicados en la revista JCI Insight.
El vínculo entre diabetes y alzhéimer se ha estudiado desde hace años. Sin embargo, hoy algunos autores se cuestionan si los daños al sistema nervioso y cerebral (neuropatía diabética) tendrían origen en diferentes tipos de diabetes.
“Se han dado estudios en los que se ha visto que la diabetes es un factor de riesgo para desarrollar el alzhéimer. Esto a nivel clínico. Sin embargo, a nivel molecular, se desconoce el mecanismo que una a las dos enfermedades. Incluso hay quienes han llamado al alzhéimer como una diabetes tipo 3. Esto no es algo que todos los investigadores en el área del alzhéimer lo apoyen, pero es una teoría que existe”, manifestó el investigador.
Y añade: “Lo que lleva a este postulado es que una de las causas que lleva esto es la inhabilidad del cerebro de procesar el azúcar. Un tipo, digamos, de resistencia a la insulina en el cerebro. Estamos tratando de encontrar los mecanismos que los unen”.
Él estudió los cerebros de ratones con diabetes. Algunos de los roedores tenían características de diabetes tipo 2, otra de la tipo 1 y otra de la tipo 2 relacionada con la obesidad.
“Encontramos que, en los ratones obesos, desde etapas muy tempranas, ya la sulfatida se empezaba a reducir. Comenzaba en los nervios periféricos y eventualmente llegaba al cerebro, en las etapas muy avanzadas”, destacó.
“Era exclusivo de los ratones que eran obesos”, añadió.
La respuesta, entonces, no está necesariamente ligada a altos niveles de azúcar en la sangre (hiperglicemia).
“Encontramos que estos cambios no están asociados con hiperglicemia, sino más bien con altos niveles de lípidos en la sangre y con la obesidad”, recalcó.
“Esto implica que los pacientes que padecen diabetes neuropática, además de controlar sus niveles de azúcar, deben también controlar su peso y el nivel de lípidos en su sangre”, añadió.
Ahora, sus estudios giran en torno a otro tipo de líquidos llamados ceramidas, que cambian de forma rápida en pacientes tanto de diabetes como de alzhéimer. Sin embargo, esto aún está en ciernes.
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¿Cuántos tipos de diabetes hay?
Palavicini es consciente de que los estudios en ratones no son necesariamente aplicables al ser humano.
“El cerebro y metabolismo de los ratones son muy diferentes a los de los humanos. Deberíamos pasar antes, por ejemplo, por estudios en primates no humanos”, recalcó.
Sin embargo, estos roedores sí son un primer camino para descubrir cuántos tipos de diabetes hay y su ligamen con el alzhéimer.
Él no es el único que piensa así. Un grupo de investigadores del Centro Universitario de Diabetes de Estocolmo, Suecia y del Instituto de Medicina Molecular en Finlandia investigaron a 14.775 pacientes con diabetes entre los 18 y los 97 años.
Sus resultados los publicaron en la revista The Lancet Diabetes and Endocrinology.
El equipo, liderado por Leif Groop, encontró cinco grupos diferenciados de diabetes, todas con sus diferencias genéticas.
- Grupo 1. Diabetes autoinmune severa (SAID). Comúnmente llamada diabetes tipo 1 y diabetes latente autoimune en adultos (LADA). Se caracteriza por su origen a una edad temprana, control metabólico pobre y una producción de insulina dispar.
- Grupo 2. Diabetes con insuficiencia severa de insulina (SIDD). Tienen secreción de insulina dispar y resistencia a la insulina moderada. En esta agrupación hay mayor incidencia de retinopatía (problemas de la vista que pueden desembocar en ceguera).
- Grupo 3. Diabetes con resistencia a la insulina severa (SIRD). Caracterizada por obesidad y resistencia severa a la insulina. Este grupo presentaba una alta incidencia de daño a los riñones.
- Grupo 4. Diabetes leve relacionada con obesidad (MOD). Incluye pacientes obesos que enferman a una edad relativamente joven.
- Grupo 5. Diabetes leve relacionada con edad (MARD). Es el grupo más grande, agrupa a cerca del 40% de los pacientes, son las personas más viejas.
Según los investigadores, esto podría responder por qué no todas las personas reaccionan igual a los tratamientos.
“Los diagnósticos y clasificaciones actuales de la diabetes son insuficientes para poder prever futuras complicaciones o escogencias de tratamiento”, declaró Groop.
“Los del grupo 3 usualmente se tratan de forma más incorrecta”, añadió.
Precisamente este grupo 3, relacionado con obesidad está ligado con los estudios de Palavicini en ratones.
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En la práctica, ¿cómo se aplican estos conceptos?
Para el endocrinólogo costarricense Jose Manuel Jiménez, quien trabaja en el Hospital de Niños Helen DeVos, en Michigan, Estados Unidos, la realidad es todavía más compleja.
“Podemos hablar de seis grupos principales de diabetes, cada uno con varios subtipos”, explicó.
La Asociación Estadounidense de Diabetes (ADA, por sus siglas en inglés), sí habla de dos tipos en sus comunicados a la población (tres, si se toma en cuenta la gestacional) pero distingue más tipos.
Estas son:
- Tipo 1
- Tipo 2
- Gestacional
- Monogénica: una sola mutación en la vía de la insulina influye en el desarrollo de la enfermedad.
- Exocrina del páncreas: que es secundaria (o consecuencia) a otra enfermedad o daño al páncreas.
- Inducida por un químico o droga: algún tipo de tratamientos médicos muy específicos e invasivos podrían generar condiciones de diabetes.
“Lo que popularmente creemos como diabetes tipo 2 es más complejo de lo que parece”, comentó Jiménez.
Y prosigue: “Hay genes y anticuerpos que pueden estar relacionados. Antes se podía pensar ‘si es delgado, es tipo 1, si es gordito, es tipo 2. Y no, no siempre es así”.
“Conocer muchas veces el origen de estos casos puede llevar a una medicina más personalizada. Si supiéramos cómo funciona en particular podríamos dar un mejor tratamiento”, añadió.
En Costa Rica, se siguen diferenciando los tipos tradicionales de diabetes, pero sí se toman en cuenta mayores especificidades y subgrupos a la hora de realizar algunos diagnósticos e indicar tratamientos a algunas personas.
Sin embargo, es algo que la ciencia sigue estudiando. En unos años podría hablarse de más grupos de diabetes.
“Tal vez en un futuro cambie”, concluyó Jiménez.
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