Trabajar desde casa se convirtió en una constante para miles de costarricenses desde marzo del año pasado. Fue una forma de hacerle frente a la pandemia, pues evitaba los desplazamientos y la concentración de personas con poco espacio entre ellas.
Sin embargo, al ser una medida de emergencia, tomó por sorpresa a empresas y trabajadores, y, en muchísimos casos, no hubo posibilidad de implementar planes para realizar este trabajo sin perjudicar la salud.
Hoy, casi 11 meses después, los consultorios médicos reciben cada vez más consultas por dolores de espalda, abuso de analgésicos para calmarlos y, en algunos casos, lesiones más crónicas.
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) indica que, durante todo el 2020, se dieron 95.807 incapacidades por dolores de espalda a 53.741 personas. Esto es, en promedio, 1,78 incapacidades por persona, lo que indica que hay quienes se incapacitaron dos veces o más.
En total, se otorgaron 333.047 días de incapacidad, un promedio de 3,48 días por persona.
Aunque no todas estas pueden relacionarse directamente con el teletrabajo, sin duda, es un factor.
“Los pacientes me dicen: ‘doctor es que en la casa no tengo las condiciones que tenía en la oficina y me duele la espalda y el cuello’. Y no son pocas las personas que me lo dicen”, contó Eduardo Huertas, neurocirujano especialista en cuello y columna.
Los dolores de espalda siempre han sido de los motivos más comunes de incapacidad de los ticos, y se encuentra dentro de las primeras tres causas. Hubo años, como el 2017, en las que fueron la principal razón de incapacidad.
En aquel año hubo más días de incapacidad, con 439.206. Sin embargo, debe tomarse en consideración personas que cayeron en la informalidad y no están cotizando y no pueden incapacitarse. Además, hay individuos que no consultan y otros que sí lo hacen, pero no se incapacitan para no perder dinero.
El especialista indica que esto también responde a que nuestro país no tiene cultura de teletrabajo y esto incluye la gestión de incapacidades.
“Las empresas no dieron condiciones óptimas a los empleados, pero los empleados tampoco se han preocupado mucho por realizarlo de la mejor forma. Hay quienes nada más conectan la computadora en su cama y trabajan desde ahí“, expresó Huertas.
“El teletrabajo es una gran herramienta que permite a las personas tener sus ingresos sin exponerse al contagio de la covid-19, pero son tantos los errores que cometemos, sin saber que los estamos cometiendo, que nuestra columna y nuestro cuello sufren muchísimo. Nosotros ya lo estamos viendo en la consulta”, agregó.
De acuerdo con el especialista, debemos ponerle atención a nuestra salud de la espalda, porque el trabajo desde casa seguirá siendo muy común no solo en el 2021, si no en los años venideros.
“No solo es un asunto del virus y de que todavía no hay inmunidad rebaño y seguimos expuestos, la cultura del trabajo ha cambiado y en el futuro será más común trabajar desde casa”, especificó.
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Errores más frecuentes
De acuerdo con Huertas, hay tres errores frecuentes a la hora de trabajar desde la casa.
El primer fallo está relacionado con no tener un espacio específicamente destinado a trabajar desde el hogar.
“Hay gente que trabaja en la mesa del comedor, o en una mesita baja en la sala o en el cuarto. Esas son mesas que no están diseñadas para el trabajar, necesitamos un escritorio adecuado”, destacó Huertas.
Y añadió: “las computadoras tipo laptop también son una trampa que nos afecta mucho la columna. Se diseñaron para usarse en aeropuertos y para momentos de emergencia. Muchas personas trabajan así en estos momentos. Y eso tiene muchas dificultades, obliga a las personas a mantener su vista baja y los teclados, en general, son muy pequeños y eso pone presión sobre los hombros”.
Para el especialista, todo esto afecta nuestro cuello y las diferentes articulaciones, lo cual, a corto plazo produce dolor, y a largo plazo puede desembocar en lesiones crónicas.
Su recomendación es que la pantalla de la computadora debe estar en alto de manera que la cabeza se mantenga recta y no nos obligue a agacharla y se debe contar con un teclado aparte, de manera que nuestras manos tengan una posición menos forzada.
Otro aspecto es que debe tenerse una silla que esté adecuada y haya sido diseñada para trabajar.
El segundo error está relacionado con el uso del teléfono, tanto de celular como del teléfono fijo. A la hora de hablar o ideal es usar una diadema o un manos libres, si la persona está sola en la casa incluso el altavoz del teléfono puede ayudar.
“El tener que estar apoyando la oreja al cuello lleva a una posición forzada, y si esto se repite varios minutos al día es peor”, destacó.
El otro error está a la hora de leer y de escribir con nuestro teléfono inteligente.
“Debemos sostener nuestro teléfono de manera que podamos leerlo sin tener que agachar nuestra cabeza, a un ángulo de 45 grados, pero es normal que todos agachemos la cabeza a la hora escribir, y eso nos hace daño.”, ejemplificó.
Finalmente, el tercer error es el sedentarismo.
“Nos enviaron a trabajar a la casa y dejamos de hacer ejercicio. Eso daña como nada nuestra columna. Debemos hacer ejercicio todos los días, fortalecer músculos, pero además, levantarnos de nuestra silla constantemente y caminar y estirar”, subrayó Huertas.
“Cada kilo de exceso de grasa son 10 kilos de presión en la columna”, aseguró.
Las consecuencias
Huertas y sus colegas ya comienzan a ver los efectos de quienes no tienen una buena postura al trabajar desde su hogar.
A corto plazo se ven dolores de espalda, contracturas, problemas para dormir bien y abuso de analgésicos o medicamentos que busquen disminuir el dolor.
A mediano y largo plazo se comienzan a ver lesiones como discos dañados, desgaste en las vértebras, articulaciones inflamadas y problemas en los nervios.
A largo plazo, el abuso de medicamentos puede pasar factura.
“Yo ya he tenido pacientes con sangrados y úlceras por tomar analgésicos. Y también puede desarrollarse adicción”, afirmó Huertas.
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En busca de soluciones
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Para el especialista, sí hay muchas cosas que las personas pueden hacer desde sus hogares para mejorar la condición.
La primera es asegurarse de tener una silla adecuada para el trabajo, un escritorio o mesa con una altura adecuada y una computadora colocada de manera que la persona no deba agachar la cabeza para escribir.
La segunda es hacer ejercicio al menos media hora cada día (o sumar 150 minutos semanales distribuidos en al menos tres días).
La tercera es levantarse del escritorio al menos una vez por hora y caminar y estirar. Dos minutos bastan.
La cuarta es que si empieza a experimentar un dolor que no se le va con el paso de los días consulte a un médico antes de autorecetarse analgésicos.
La ayuda de profesionales en terapia física también podrá ayudarle a mejorar su postura, corregir errores y buscar soluciones específicas a cada caso, pues cada persona tiene necesidades diferentes.
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