En este regreso a clases hay una protagonista que por primera vez va a la escuela y colegio con los estudiantes: la mascarilla.
Al ser una parte “novata” del uniforme que los estudiantes utilizan es normal que surjan dudas.
¿Cómo lograr que los niños se mantengan todo el tiempo con este implemento puesto? ¿Cuántas mascarillas deben llevar? ¿Qué características deben tener? ¿Cada cuánto deberían cambiarse? En el caso de quienes usan lentes, ¿cómo evitar que se empañen?
La Nación tomó estas dudas e intentó darles respuesta con ayuda del cirujano pediátrico Roberto Herrera y de la psicopedagoga Paola Alfaro.
“Hay una gran ventaja: este ingreso a clases no encuentra a los niños como novatos en el uso de mascarillas. Ellos llevan meses de entrenamiento en cómo usarlas y seguramente ya lo habrán hecho varias veces al salir de casa, por lo que regresan a las aulas con ese conocimiento. Tal vez ahora deban utilizarlas durante más tiempo, pero ya saben cómo hacerlo”, expresó Alfaro.
Herrera también dijo que estaba convencida de que los menores sabrán hacer un uso correcto. “Mis pacientes usan mejor la mascarilla y son más responsables que sus papás. También debemos confiar en ellos. Si les damos instrucciones claras y les damos el ejemplo, ellos van a saber qué hacer”, aseguró.
Al salir de casa
De acuerdo con los especialistas consultados, es bueno repasar con los menores, al salir de casa, la importancia de utilizar mascarilla cuando estén en la escuela y de hacerle caso a la maestra con respecto a su uso.
“Esto es un reto no solo para el niño, también para los padres y para los educadores, pero estamos para trabajar en conjunto”, resaltó Herrera.
Para Alfaro, es vital que el niño se sienta empoderado a la hora de colocarse este implemento de protección.
“Es normal sentir nosotros el impulso de ponerles la mascarilla o ayudarlos, pero el proceso es personal. Podemos vigilar que se la ponga bien apenas se baje del carro hacia la escuela y si vemos que algo está mal decirles que lo corrijan, pero es a ellos a quienes le corresponde”, puntualizó Alfaro.
¿Cuántas mascarillas deben llevar los menores? Los especialistas señalan que esto depende de la cantidad de horas que vaya a pasar el niño o adolescente fuera del hogar.
En términos generales, si ellos van de tres a cuatro horas no sería necesario un cambio, pero pueden existir características muy específicas de la persona o de las condiciones del día en las que sí se haga necesario un cambio.
El consejo de Herrera es lleven una mascarilla “de repuesto” por si la primera se les humedece. Y en caso de pasar más horas fuera de casa pueden ser dos.
¿Cómo guardarlas? En el caso de los niños pequeños, Herrera no recomienda bolsas con zipper, pues pueden ser difíciles de manipular para los menores. Lo recomendable, entonces, es una caja plástica para las mascarillas limpias y otra en la que guarden su mascarilla en uso al momento de comer, lavarse los dientes o realizar la clase de Educación Física.
Para los adolescentes y niños mayores sí puede ser más fácil el utilizar bolsas con zipper (una para las limpias, otra para la que está en uso). Sin embargo, una caja plástica también es una alternativa.
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¿Qué tipo de mascarilla usar?
Herrera es enfático en que lo mejor son las mascarillas de tela y no las desechables, pues estas filtran mejor las partículas. Eso sí, estas deben tener tres capas para que así la protección tenga el nivel necesario.
No es indispensable utilizar respiradores tipo N95 o KN95, porque su uso está pensado en centros de salud y no en lugares públicos. El Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) no lo recomienda para la población en general.
Si bien es cierto en algunos países de Europa esta protección se aconseja en algunas circunstancias ante la presencia de variantes potencialmente más contagiosas del virus, esta, por ahora, no es la situación en nuestro país por lo que no hacen falta.
Una buena mascarilla de tela con tres capas es suficiente protección. Para mayor seguridad se podrían mandar a hacer a la medida del menor, aunque las tallas estándar les quedan a la mayoría de los niños.
“Mi recomendación es que si hay más de un niño en la familia los diseños de sus mascarillas sean muy diferentes para evitar confusiones. La mascarilla es algo personal y solo yo puedo usar mis mascarillas”, advirtió el especialista.
“Además, es necesario que esta esté limpia, entonces lo ideal es tener colores o diseños diferentes por día de la semana para que no haya confusiones y que por alguna razón se lleven a la escuela una que esté sucia. La mascarilla debe estar siempre limpia”.
¿Cómo saber si esta debe cambiarse?
“Debemos explicarle a los niños que esto debe hacerse cuando sientan que está húmeda, que ellos aprendan a distinguir esa sensación. En los más pequeños eso puede ser muy difícil, entonces los educadores deben estar más pendientes”, dijo Herrera.
Ambos especialistas son enfáticos en que el uso que nosotros como adultos le demos a la mascarilla es un ejemplo para los menores.
“Si nos ven hacer cosas que no son muy higiénicas con la mascarilla, como dejarla puesta en la mesa mientras comemos y luego volvérnosla a poner, ellos lo van a ver como normal”, subrayó Alfaro.
Herrera agregó: “yo he visto adultos que mientras comen se ponen la mascarilla en el muslo, o la guardan en la bolsa del pantalón o de la camisa, o la ponen dentro de la cartera, ahí a la par de la billetera. Nosotros debemos ser conscientes”.
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¿Cómo lavarlas?
Cada vez que la mascarilla se utiliza debe lavarse. De acuerdo con Herrera, estas no deben tener un proceso de lavado diferente del que se tiene con otra ropa delicada, como la ropa interior.
“No hay mayor ciencia, el mismo detergente o jabón. Puede ser más recomendable el agua tibia, pero si no tenemos cómo calentarla, el agua fría también nos ayuda a lavarla”, destacó Herrera.
El especialista recuerda que las mascarillas quirúrgicas son desechables y no deben lavarse para volverse a usar. Si estas se utilizan deben botarse apenas se humedezcan. Para ello, deben depositarse en un basurero con tapa.
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¿Cómo evitar que los lentes se empañen?
Uno de los principales problemas en quienes utilizan anteojos o lentes es que la mascarilla puede empañarlos. En menores que requieren de anteojos para ver la pizarra esto puede resultar un problema.
El consejo de Alfaro es buscar mascarillas (o mandarlas a hacer) con un metal que ayude a asegurar la mascarilla a la nariz para evitar que el aire se escape por ahí. Y, a la hora de colocarlas asegurarlas especialmente en la parte de arriba, para evitar que se muevan y el aire se escape.
FUENTE: Roberto Herrera, cirujano pediátrico. || DISEÑO / LA NACIÓN.
FUENTE: Roberto Herrera, cirujano pediátrico. || DISEÑO / LA NACIÓN.
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