
La reciente autorización de la eutanasia para Zoraya ter Beek, una mujer de 29 años que padece graves problemas de salud mental, revivió el debate sobre la eutanasia en Países Bajos y su aplicación en casos de trastornos mentales. Este país, pionero en la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido desde 2002, es un referente en esta práctica, lo cual suscita diversas opiniones y controversias.
Ter Beek sufre de Trastorno del Espectro Autista (TEA), depresión crónica, ansiedad, trauma y un trastorno de personalidad no especificado. A pesar de múltiples tratamientos intensivos, incluyendo psicoterapia y más de 30 sesiones de electroconvulsoterapia (ECT), su condición no mejoró. Afirmó que continuaba autolesionándose y sintiéndose suicida, lo que la llevó a solicitar la eutanasia al gobierno, la cual se llevará a cabo en las próximas semanas.
La historia de Ter Beek, difundida por The Free Press y The Guardian, generó una gran repercusión. Tras la evaluación de su psiquiatra, quien indicó que no había más opciones de tratamiento, la mujer tomó la decisión de optar por la eutanasia. Expresó que, al principio del tratamiento tenía esperanzas de mejora, pero esta se desvaneció con el tiempo.
“En terapia, aprendí mucho sobre mí misma y sobre los mecanismos de afrontamiento, pero eso no resolvió los problemas principales. Al inicio del tratamiento, uno empieza esperanzado, pensando que va a mejorar. Sin embargo, cuanto más dura el tratamiento, más se pierde esa esperanza”, reflexionó Ter Beek, quien después de diez años de tratamiento sintió que no le quedaba nada en lo que pudiera confiar.
En la legislación de Países Bajos , la eutanasia está permitida para personas que sufren insuportablemente y sin perspectiva de mejora. Esta decisión debe ser confirmada por un médico y un especialista independiente. En 2012, la ley se amplió para incluir a menores de 12 años con el consentimiento de los padres y, en 2020, a pacientes con demencia grave que solicitaron el procedimiento previamente. En abril de 2023, también se aprobó la eutanasia para niños menores de 12 años en situaciones de sufrimiento insuportable.

A pesar de que el procedimiento solicitado por trastornos mentales es inusual, su incidencia aumentó, pasando de 2 casos en 2010 a 138 en 2023, representando el 1,5% de las 9.068 muertes asistidas en ese año. Ter Beek describió el proceso como “largo y complicado”, señalando que existen pocos médicos dispuestos a participar en la eutanasia de pacientes con sufrimiento mental.
“Sabía que no podría lidiar con la manera en que vivo ahora”, declaró al diario británico, añadiendo que consideró el suicidio pero lo descartó tras la muerte violenta de una compañera de escuela y el impacto que tuvo en su familia.
La publicación de su historia atrajo una oleada de correos electrónicos, especialmente desde Estados Unidos, lo que llevó a Ter Beek a eliminar sus cuentas en redes sociales. Las críticas variaban desde consejos religiosos hasta sugerencias de tratamientos alternativos, pero ella se mantuvo firme en su decisión.
“Entiendo el miedo que algunas personas con discapacidad tienen en relación con la muerte asistida y la preocupación de que las personas sean presionadas a morir. Pero en Países Bajos ya tenemos esta ley desde hace más de 20 años. Existen reglas muy rígidas y es muy seguro”, concluyó Ter Beek.
*La redacción de este contenido fue asistida con inteligencia artificial.