El 2023 se perfila para convertirse en el año de mayor incidencia de dengue en la última década. En las primeras 44 semanas del año, Costa Rica registraba 21.396 casos de esta enfermedad y se ubicaba a menos de 2.000 casos de alcanzar la cantidad total contabilizada en el 2016, año con mayor afectación desde el histórico pico del 2013.
Hace siete años se registraron 23.319 casos. Si se toma en consideración que en la semana 40 de este año hubo 1.719 casos, en la 41, 1.598 y en la 42,1.484; la cifra del 2016 podría ser superada en cuestión de dos o tres semanas.
Un hecho que llama la atención de los especialistas es que más de la mitad de los casos notificados durante este año (13.135) se presentaron en las últimas 10 semanas, entre finales de agosto e inicios de noviembre. Esta situación motivó una declaratoria de alerta sanitaria, la cual todavía se mantiene.
El Ministerio de Salud confirmó a La Nación que este año se han reportado cinco pacientes con dengue grave (antes llamado “dengue hemorrágico”), una complicación que se caracteriza por provocar, entre otros síntomas, hemorragias, dificultad respiratoria, inflamación de órganos y vómito; y que puede causar la muerte del enfermo.
En Costa Rica se dan menos casos de dengue grave que en otras naciones. Mientras que en el mundo cerca del 6% de las personas con el virus desarrollan dengue grave, en nuestro país solo 0,02% de los pacientes de este año han presentado estas complicaciones.
Salud también investiga un fallecimiento sospechoso. Adriana Alfaro Nájera, epidemióloga de Vigilancia de la Salud del Ministerio, explicó que en este momento se está tratando de determinar si esa muerte fue consecuencia del dengue, si la enfermedad fue un adyuvante que se sumó a otros factores o si no tuvo nada que ver con el deceso.
En 2020 y 2021 se dio un fallecimiento por dengue en cada año, ambos en adultos mayores. Antes de eso, la última muerte registrada fue en una guanacasteca de 50 años 2013, año que ostenta el récord como el de mayor incidencia nacional (con un total de 49.993 casos) a lo largo de los 30 años desde que la enfermedad reingresó al territorio nacional, en 1993.
Patrón atípico y preocupación
La epidemióloga Adriana Alfaro indicó que este año presenta un patrón atípico, pues los casos de dengue suelen bajar en forma pronunciada en el mes de noviembre. En este momento, confirmó la especialista, el canal endémico, que vigila el comportamiento de la enfermedad, sigue en rojo (alarma), cuando en otros años ya para estas alturas está en verde.
Debido a lo anterior, aunque es probable que la curva comience a bajar, no se espera un descenso dramático y, más bien, podrían seguirse observando puntos altos durante varias semanas. Alfaro comentó a La Nación que, si se compara con 2022, este 2023 está cerca de triplicar el 2022, cuando en las 52 semanas del año tuvo 7.485 casos.
Impacto del dengue en Costa Rica
El dengue ingresó a Costa Rica en 1993, desde entonces este ha sido su comportamiento.
FUENTE: Ministerio de Salud || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
Para Alfaro, sin embargo, la mayor preocupación no es la cantidad de casos registrados sino que haya circulación activa de los cuatro serotipos del virus. Con la introducción del serotipo dengue 4 (DENV-4), la población está ahora más expuesta a un dengue grave en caso de enfermar una segunda vez.
Explicó que durante mucho tiempo circularon solo los serotipos 1 y 2. El 3 comenzó a verse más el año pasado, luego de casos importados desde México. Y el 4 reingresó a finales del año pasado, primero en Turrialba y luego en el resto del país. Sin embargo, este 2023, aumentó la circulación de estos últimos dos.
La viróloga Eugenia Corrales Aguilar, quien lleva más de una década de estudiar este virus, es de la misma opinión: “Que entre el dengue 4 pone una alerta más a que puede ser que haya gente que se complique más”.
Al cierre de edición, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) no había remitido los datos solicitados sobre hospitalizaciones de adultos y adolescentes. En cuanto a menores, el Hospital Nacional de Niños (HNN) confirmó que, a setiembre pasado, había recibido a siete pacientes que necesitaron internamiento.
Cuatro factores construyeron año crítico de dengue
¿A qué se debe este año tan atípico del dengue? La Nación conversó con Alfaro, con Corrales y con el microbiólogo y salubrista público Jorge Vargas, quien desde 1994 trabaja con dengue y las comunidades afectadas.
Los especialistas consideran que, aunque esta enfermedad transmitida por los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus es cíclica, y que en algunos años presenta más casos que en otros, también hay cuatro factores que se unieron para que este año la incidencia fuera mayor.
- Cambio climático.
- Episodios de lluvia extrema en cuestión de pocas horas.
- Racionamientos de agua que llevaron a la gente a almacenar más líquido.
- La circulación del serotipo Dengue 4, o DENV-4, que estuvo ausente del país durante más de 20 años.
Cambio climático. En cuanto al primer aspecto, Vargas comentó que a mayor calor, la transmisión del virus es más eficiente. Históricamente, la mayoría de los casos se registran en zonas bajas y más cálidas; eso sigue manteniéndose así.
Alfaro indicó que hay lugares en donde todavía el Aedes aegypti no puede llegar; además, las larvas no podrían desarrollarse y convertirse en un zancudo adulto. “No vas a encontrar dengue nunca en el cerro Chirripó”, resumió. Sin embargo, las temperaturas y la humedad sí favorecen que haya un incremento en la población de mosquitos.
Para Corrales, el cambio climático puede verse a una escala más global, por ejemplo, la enfermedad se está viendo en zonas de Estados Unidos donde antes no se veía.
Lluvias y racionamiento. Con cada aguacero aumentan las probabilidades de que se acumule agua en los patios. Vargas advirtió de que cuando hay lluvias, hay charcos, y cuando hay charcos, puede haber criaderos.
Por otra parte, los racionamientos que se han tenido que aplicar debido al faltante de agua hacen necesario que la población almacene líquido. Corrales fue enfática en señalar que, para evitar la formación de criaderos, es necesario tapar cada pichel, balde o palangana que se guarde.
Dengue 4. Este serotipo se detectó por primera vez en setiembre de 2022, pero este año su circulación se extendió a todo el país. De los casos diagnosticados durante el 2023, se ha analizado la genética de 2.078 muestras; de estas, 740 eran de dengue 4, lo que representa un 35,61% del total.
Los cantones con más presencia de este serotipo son Talamanca, Limón, Siquirres, ubicados en la provincia de Limón, y Paquera, en Puntarenas. Otros lugares con presencia importante son Guácimo (Limón), Carrillo (Guanacaste) y Quepos (Puntarenas). Sin embargo, este serotipo se ha visto en todo el país.
Por otra parte, todavía no se ha determinado el serotipo que tenían las cinco personas afectadas este año con dengue grave. Corrales consideró que una razón que ha permitido reducir este tipo de casos en Costa Rica es la disponibilidad de servicios de salud y la atención en todas las zonas del país.
¿Qué hacer?
Hay dos medidas fundamentales que pueden seguir los ciudadanos para frenar la enfermedad. La primera está relacionada con la prevención, la segunda con la detección temprana.
En cuanto a prevención, la “receta” tal vez ya la hemos escuchado mucho, pero sigue siendo la que es más adecuada. “Lo más doloroso es que el dengue es 100% prevenible”, aseveró Alfaro.
Eliminar criaderos es la clave, y por criadero debe entenderse todo recipiente, por más pequeño que sea, que pueda almacenar agua limpia. Jorge Vargas dijo que incluso la mayoría de los criaderos los ha visto en charcos pequeños.
“El vector es muy hábil para dejar huevecillos en espacios muy pequeños. Las tacitas o platitos que ponemos debajo de las macetas deberíamos lavarlas una vez por semana con buena esponja para quitar los huevecillos”, recomendó el microbiólogo.
La viróloga Eugenia Corrales enfatizó que las personas no deben enfocarse únicamente en su hogar; también deben hacerlo en su sitio de trabajo.
“Hemos visto que hay personas que no hacen nada y dicen que están a la espera de que los del Ministerio lleguen a revisar. No es así, debemos actuar sin esperar a que el Ministerio llegue”, recomendó la epidemióloga Adriana Alfaro.
También es importante estar pendiente de síntomas y señales de alarma. Los síntomas iniciales pueden ser muy similares a los de otras enfermedades, pero si la persona tiene dolor abdominal fuerte, vómitos y le sangran las encías al lavarse los dientes es necesario acudir cuanto antes a un centro de salud.
“Es responsabilidad nuestra. No es el Ministerio, no es la CCSS, somos todos nosotros. Es una enfermedad muy social que tenemos que combatir todos”, destacó Alfaro.
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