La llegada del dengue tipo 4 a Costa Rica después de 22 años de ausencia pone a trabajar a las autoridades y especialistas de salud costarricenses. Los síntomas de la enfermedad causada por este subtipo viral y la gravedad en una primera infección no son diferentes de las causadas por los otros tres serotipos, pero sí hay nuevos riesgos.
“No tenemos población que haya padecido de esta enfermedad en más de dos décadas. Si se instaura la circulación sería preocupante, porque no hay defensas que reconozcan este serotipo ”, comentó Catalina Ramírez, epidemióloga de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) durante una transmisión en la red social Facebook.
El dengue deja una inmunidad que protege contra el virus del mismo subtipo, pero no de los demás. Una persona que enferma con uno de ellos tiene la posibilidad de enfermarse tres veces más con los otros serotipos.
“Cada vez que nos enfrentamos con un tipo diferente aumentan mucho las probabilidades de tener un brote de mayores magnitudes y de que cada paciente pueda desarrollar un dengue grave”, aseguró la especialista.
De acuerdo con Ramírez, cada vez que volvemos a exponernos a otro serotipo del dengue distinto al que nos enfermó la primera vez las defensas actúan con mayor intensidad, lo que podría intensificar los síntomas y desencadenar un dengue grave (anteriormente llamado “dengue hemorrágico”).
El dengue 4 o DENV-4 es más común en otros países de la región, por ejemplo, es habitual en el norte de Nicaragua, afirmó Ramírez.
Hasta el momento, el Ministerio de Salud ha confirmado casos de este tipo en Turrialba (Cartago), Mora y Hatillo (San José). Estos pacientes han sido confirmados a través de un análisis genómico (que revisa gen por gen) que realiza el Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa). Este estudio se le realiza a un bajo porcentaje de las muestras, por lo que los especialistas estiman que la prevalencia es mayor.
“En este momento, el subtipo se ha encontrado en lugares donde ya hay brotes, y se mezcla con los otros subtipos, esto hace que se haga más difícil de controlar el brote”, dijo la epidemióloga.
Según datos de la CCSS, cerca del 2,5% de los infectados con dengue muere. Las personas con salud vulnerable y los adultos mayores están más propensos a fallecer. De hecho, las dos personas que perecieron en hospitales en los últimos dos años han sido adultos mayores: una mujer en el 2020 y un hombre, en 2021.
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Situación nacional
Este 17 de setiembre, el Ministerio de Salud declaró alerta sanitaria preventiva en el sur de San José, el Caribe y el cantón de Turrialba. La tendencia del dengue en las últimas semanas está en aumento; en la última semana, se reportaron 4.434 casos.
Nuestro país ha convivido con esta enfermedad desde 1993, pero en los últimos años se ha visto en más zonas del país y durante más meses del año, lo que complica la atención.
“Los serotipos 1 y 2 son preponderantes, principalmente el 1. Cuando se introduce o reintroduce un nuevo serotipo, como vemos ahora, nuestra preocupación es que se generen brotes mayores”, manifestó Ramírez.
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La enfermedad
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El dengue es un virus transmitido por los zancudos Aedes aegypti y Aedes albopictus. Las hembras depositan huevos en el agua. Hay criaderos caseros dentro de los que están recipientes, floreros, macetas y llantas. Pero no son los únicos. Es común que la lluvia forme lagunas o pantanos que son aptos para que el mosquito deje sus huevecillos. Estos cuerpos de agua permanecen por meses.
A diferencia de la covid-19, el dengue no se pasa de persona a persona. Por ello, entender su mecanismo de transmisión es vital para poder prevenir la enfermedad.
Para sobrevivir y poner sus huevecillos, la hembra del Aedes aegypti se alimenta de sangre humana. Si pica a una persona infectada con uno de estos virus, el insecto se volverá portador de este hasta su muerte.
Incluso, en el caso del dengue, se ha visto que transmite el virus a su descendencia, situación que aún no se ha comprobado para las otras enfermedades.
Una vez que la hembra se contagia, las personas a las que pique corren el riesgo de enfermarse. Quien se infecta padece dolores corporales fuertes y fiebre. El problema se da si la persona enferma por segunda o tercera vez. Esto podría desencadenar el llamado dengue grave, en el que se puede sufrir hemorragias, dificultad respiratoria, inflamación de órganos y vómito; incluso, puede causar la muerte.
Los adultos mayores y personas con más enfermedades de fondo son especialmente vulnerables al dengue.
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