“No me gusta el agua, no sabe a nada”. “¿Para qué voy a tomar tanto líquido si yo ni ejercicio hago?; es más, ni sudo”. “El tomar tanta agua es solo para deportistas”. “Eso de los ocho vasos de agua, es un mito”.
Cualquiera de estos pretextos para no hidratarse puede pasarle una factura muy alta a su salud.
“No importa si usted es sedentario y pasa todo el día sentado, igual debe mantenerse hidratado. Necesitamos agua siempre, porque transporta los nutrientes hacia las células de cada órgano, mantiene la temperatura, ayuda a la digestión y a remover mejor los desechos; además, los nutrientes se absorben mejor”, mencionó la nutricionista Larisa Páez.
“El líquido lo necesitamos desde que nos levantamos: en ese momento, llevamos muchas horas sin hidratarnos y se requieren líquidos para las funciones básicas”, añadió.
Una de las principales objeciones de la gente es que no le gusta el sabor del agua. Lo cierto es que cualquier líquido contribuye a nuestra hidratación. “No debe tomarse dos litros de agua al día. Un jugo de frutas, la leche y el café pueden ayudarle a mantener su hidratación; no es cierto que solo deba tomar agua”, aseveró Páez.
Detéctela. ¿Cuánto líquido tomar? Según la especialista, cada persona es diferente, pero hay una forma de saber si usted está hidratado: observe su orina.
Si usted está bien hidratado, la orina será clara e inolora, pero si la nota más oscura y con cierto olor, el nivel de hidratación puede estar por debajo del necesario.
“La primera orina del día sí puede ser más oscura por el tiempo que ha pasado sin hidratación. Lo mismo pasará si usted está tomando algún tipo de vitaminas”, recalcó Páez.
Otra señal de deshidratación es que se siente sed: cuando comienza la sed, el organismo ya tiene un desbalance y necesita líquidos. Esto puede hacer a la persona sentir sequedad, dolor de cabeza o mareos. Si la deshidratación no se remedia, podrá tener dificultad para pensar claramente, presión arterial baja, irritabilidad y llanto sin lágrimas.
Frutas hidratantes. No solo los líquidos son aliados de la hidratación. Muchas frutas contienen gran cantidad de agua, lo cual permite a quien las come mantener los adecuados niveles diarios de hidratación. En la lista destacan la sandía, naranja, piña, limón dulce, kiwi y mandarina.
Sin embargo, la nutricionista Marcia Pérez es enfática en que esto no significa que deba dejarse de tomar agua del todo, pues las frutas no brindan toda la hidratación que el cuerpo necesita. Estos alimentos solo deben verse como un complemento.
“Las frutas nos aportan mucha agua, pero no toda la que necesitamos, así que siempre debemos tomar algo de agua. Si no les gusta el agua, pueden recurrir a fresquitos naturales, pero teniendo cuidado con la cantidad de azúcar que les agregan”, advirtió.
De hecho, estudios en nutrición señalan que, normalmente, del 70% al 80% de la hidratación debe provenir de agua o líquidos, y el 20% o 30%, de alimentos.
Pérez agregó que aquellos a quienes no les gusta el agua pueden crear sus propias aguas saborizadas. Para ello, solo deben dejar cáscaras de naranja, limón o trozos de manzana en un pichel con agua.
En los deportistas. Si usted realiza algún tipo de deporte o actividad física, su hidratación debe ser mayor.
La cantidad de líquido ideal varía de persona a persona, pues depende del metabolismo, de cuánto se sude, y del tipo, duración e intensidad del ejercicio.
Aunque también les conviene comer frutas y otros alimentos sólidos, lo más recomendable para los deportistas es el agua y, sobre todo, las bebidas hidratantes especializadas.
“Las bebidas se absorben en los intestinos más rápidamente que las comidas sólidas, como las frutas. Ahora bien, el agua no se considera una bebida completa si se va a hacer mucho ejercicio, porque no reponen los fluidos perdidos, como azúcares y sodio. Por eso, es mejor ingerir bebidas deportivas”, explicó José Moncada, especialista en Fisiología del Deporte.
Las bebidas hidratantes están diseñadas para deportistas, por lo que una persona sedentaria no encontrará en ellas mayores beneficios.
“No es que estas bebidas les vayan a hacer daño a las personas, pero si están tomando algo que no necesitan, van a eliminar todos esos nutrientes en la orina”, continuó Páez.
En el cerebro. Una hidratación adecuada también favorece al cerebro, pues permite una mejor comunicación entre neuronas, así como mayor oxigenación, concentración y estado de alerta.
En una entrevista anterior, el doctor Jaime Fornaguera, especialista del Centro de Investigación en Neurociencias de la Universidad de Costa Rica (UCR), mencionó estudios según los cuales la deshidratación provoca un descenso del 15% en la capacidad de concentración y una disminución del 10% en la memoria de corto plazo.