Estudios confirman la presencia en Costa Rica de otra variante del coronavirus de interés para la ciencia.
Aunque en nuestro país se detectó desde mediados de año y fue vista por primera vez en Colombia en enero pasado, no fue hasta esta semana que la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó oficialmente acerca de ella.
La nueva variante de interés (VOI, por sus siglas en inglés) fue bautizada con el nombre de “mu”, en alusión a la duodécima letra del alfabeto griego.
También se ha registrado en Ecuador de manera frecuente, mientras que en otros países del continente se ha hallado de manera esporádica.
Por el momento, no hay pruebas que sugieran que esta variante, cuyo nombre científico es B.1.621, sea más agresiva, más letal o más transmisible que otras, explicó Jairo Méndez Rico, asesor de enfermedades virales de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
¿Por qué entonces se considera VOI y la ciencia la estudia más de cerca que a otras variantes? Porque tiene características particulares que podrían convertirla en preocupante.
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¿Qué son las VOI ?
Lo más común en un virus es mutar, es decir, cambiar su genética. Esto lo hace constantemente. La gran mayoría de las mutaciones no afectan ni para bien ni para mal al virus.
Sin embargo, de vez en cuando surgen algunas transformaciones genéticas que podrían darle ventajas al patógeno para hacerse más transmisible y así permanecer más tiempo en el ambiente, o ser más agresivo o más letal.
Hay dos tipos de variantes que los científicos siguen más de cerca. El grupo principal son las llamadas variantes de preocupación (VOC, por sus siglas en inglés), en las que hay pruebas de que el patógeno podría alterar la enfermedad en la persona. Alfa, beta, gamma y delta son algunos ejemplos, todos detectados en el país.
En cambio en las VOI, como explica Méndez Rico, las sospechas de que los virus tengan “habilidades especiales” se observan solo a nivel genético. Un ejemplo de VOI es la lambda, que se reportó en Costa Rica a inicios de agosto.
“Recordemos que dentro de las VOI están aquellos virus de los cuales se sospecha solo con base en la información genética que tienen el potencial. Es decir, no se cuenta con evidencia de una mayor transmisión, agresividad o letalidad o la evidencia aún es muy leve”, afirmó el especialista.
“Esto está basado únicamente en los hallazgos del genoma, de ciertas mutaciones que se han visto en otras variantes y que pueden sugerir mayor transmisión o escape de la respuesta inmune”, añadió.
Es por eso que en los países con mayor presencia de estas variantes se les pida seguirlas más de cerca.
Méndez insistió que mu no genera ningún cambio en cuidados ni presenta una mayor amenaza o riesgo particular, pero debe estudiarse.
Una VOI podría convertirse en una VOC si se reúne evidencia suficiente que la declare de mayor preocupación, o bien puede evidenciarse lo contrario y la variante dejaría de vigilarse.
En este momento hay cinco VOI: eta, iota, kappa, lambda y mu.
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Mu en detalle
De acuerdo con la OMS, al 29 de agosto mu está presente en 39 países. Colombia sigue siendo el principal hospedero, el 39% de los genomas de este país corresponden a esta variante.
Esta semana, en su informe semanal, la OMS explicó las razones por las cuales mu ahora es una VOI.
“La variante mu tiene una constelación de mutaciones que tienen propiedades potenciales de escape inmune”, cita el documento.
El escape inmune o escape inmunitario se da cuando el patógeno logra burlar (en parte o en su totalidad) los anticuerpos ya producidos por nuestro organismo, ya sea después de la vacuna o después de la infección natural. Esto aumentaría eventualmente el riesgo de infecciones aún con el esquema completo o de reinfecciones.
“Datos preliminares presentados al Grupo de Trabajo de Evolución Viral muestran una reducción de la capacidad de neutralización del virus tanto en los vacunados como en las personas recuperadas, similar al visto en la variante beta”, indica el sitio de la OMS.
Sin embargo, esto no quiere decir que las vacunas no funcionen del todo con un escape inmunitario, dado que es muy difícil que un virus escape a toda la respuesta inmune.
“Esto aún debe ser confirmado por estudios mayores”, enfatiza el reporte de la OMS.
Maria Van Kerkhove, jefe técnica de la OMS para covid-19 dijo a la prensa: “el monitoreo de las variantes está en desarrollo constante. Esto es crítico para entender la evolución del virus, en atacar la covid-19 y en trazar estrategias, por eso debe irse un paso adelante”.
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En Costa Rica
Al 25 de agosto, el estudio del genoma del virus en nuestro país había reportado 26 casos de esta variante.
Según información suministrada por el Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa), institución que coordina el análisis genómico, para finales de julio se habían registrado los primeros 16 casos.
De momento, estos representan solo una fracción mínima de las entre 260 y 400 muestras analizadas semanalmente.
La vigilancia genómica no ha encontrado aún síntomas diferentes o mayor agresividad o letalidad en quienes han presentado esta variante.
El Inciensa y los laboratorios de la Universidad de Costa Rica (UCR) y el Hospital Nacional de Niños (HNN) seguirán de cerca la evolución de esta variante en el país.
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¿Qué hacer?
Méndez Rico es enfático en que hay medidas que han demostrado ser eficaces para minimizar el contagio con cualquier variante:
- La vacunación con el esquema completo.
- El uso de la mascarilla, de forma que nos quede bien fija en la cara y no se nos mueva y deje descubierta la nariz por momentos.
- El lavado de manos.
- El evitar aglomeraciones y espacios cerrados con poca ventilación.
“Más que preocupados debemos estar vigilantes y cuidarnos como hasta ahora”, concluyó el especialista.
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