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Estar embarazada y presentar diabetes al mismo tiempo, es cada vez más común en Costa Rica, donde estos casos se triplicaron en los últimos 18 años.
De acuerdo con datos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), mientras que en 1997 (año a partir del cual se dieron registros) la cifra de egresos por esta complicación fue de 531 embarazadas, el año pasado la enfermedad se presentó en 1.626 embarazos atendidos en los 25 centros hospitalarios de la red nacional. Los hospitales San Juan de Dios y San Vicente de Paúl, en Heredia, encabezaron esta lista.
El grupo de edad donde se presentó el 95% de los casos fue entre los 20 y 44 años, donde se encuentra la mayoría de mujeres en edad reproductiva.
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Los datos sobre la incidencia de este mal y su aumento, no se separan de los índices generales de diabetes en el país y en el mundo. Estos, además, se asocian a un incremento en la obesidad y al sedentarismo entre la población.
Según la Federación Internacional de Diabetes, para el año pasado se estimó que uno de cada siete nacimientos en el mundo es afectado por la diabetes gestacional. En Centroamérica, la prevalencia de este padecimiento es del 11,9% de los embarazos.
Gabriela Muñoz, endocrinóloga y coordinadora de la Red Sur de Atención en Diabetes Mellitus del Hospital San Juan de Dios, indicó que algunos de los factores que podrían ser detonantes para desarrollar esta intolerancia a los azúcares incluyen la obesidad, embarazos en mujeres de más de 30 años, antecedentes de haber tenido niños que pesaron más de cuatro kilos o embarazos fallidos en los que los bebés murieron al nacer o nacieron muertos.
Diagnóstico y secuelas
El diagnóstico de la diabetes gestacional generalmente se realiza a partir de la semana 24 de embarazo. Para esto se practica un examen ordinario de glicemia y si este sale alterado se aplica lo que se conoce como "la curva", que es una prueba con carga de glucosa (la mujer debe tomar glucosa concentrada y se le mide en distintos momentos a lo largo de tres horas).
Según la especialista, las pacientes que son diagnosticadas pueden llevar un embarazo normal si reciben tratamiento. En algunos casos se requiere aplicar insulina, pero siempre será prioridad realizar ejercicio y llevar una nutrición balanceada.
Padecer diabetes en el embarazo y no controlarla de manera adecuada puede traer severas consecuencias. Estas pueden ser desde la pérdida del feto hasta el riesgo de padecer a futuro diabetes tipo 2 (el tipo de diabetes más común en el mundo), tanto para la madre como para el niño.
Silvia Induni, por ejemplo, experimentó los alcances de enfermedad durante su primer embarazo. En su caso la alteración le fue detectada en las primeras semanas y la complicación terminó provocándole que perdiera a su bebé de 13 semanas de gestación.
Induni recordó que el primer signo fue una subida de azúcar en la que alcazó un nivel de glucosa en sangre de más de 476 mg/dl, lo cual era sumamente alto.
Esto le provocó un internamiento y posteriormente debió seguir tratamiento con insulina, hasta que se produjo la pérdida.
"Fue muy traumatizante porque bebé falleció y quedó en la pancita durante tres semanas hasta que se dio el aborto espontáneo", recordó Induni, quien es vecina de San José.
Según dijo, el factor de riesgo que ella presentaba era la herencia familiar, pues su mamá y abuelo paterno son diabéticos.
La mujer contó que en su último embarazo debió llevar un control estricto nutricional y ahora tiene un niño de año y medio.
Al igual que en la mayoría de los casos Induni contó que actualmente sigue en control en el servicio de Endocrinología. Lo anterior porque corre el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
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Más complicaciones
Además de la pérdida fetal, las mujeres que padecen diabetes gestacional se exponen a otras complicaciones.
De acuerdo con la endocrinóloga Muñoz, los bebés cuyas madres tuvieron diabetes durante el embarazo (diabetes gestacional) podrían nacer con sobrepeso y presentar un tamaño mayor a lo normal, lo cual dificultaría el parto.
Estos bebés también podrían sufrir hipoglucemias (bajos niveles de azúcar en sangre) durante los primeros días de vida, pues al recibir altas concentraciones de azúcar mientras están en el vientre materno, al nacer, están en riesgo de una descompensación.
De acuerdo con el estudio HAPO (la investigación más grande sobre diabetes gestacional que se ha realizado en el mundo con 23.000 mujeres), los grados "más leves" de hiperglicemia (niveles altos de azúcar en sangre) en un estado de gestación avanzada están asociados con un aumento en el sobrepeso fetal, el parto por cesárea y la hipoglucemia clínica neonatal.
Según dicho análisis, publicado por la Federación Internacional de Diabetes, las probabilidades de tener un bebé mayor de lo normal eran hasta seis veces más altas.
Además señala que un recién nacido que se haya visto afectado por la diabetes gestacional de su madre, al haber producido insulina extra durante la gestación, podría tener muy bajos niveles de glucosa y por ende correr riesgo de problemas respiratorios.
Prevención
De acuerdo con Muñoz, la principal medida para evitar la diabetes gestacional es planificar el embarazo. Es decir realizar los controles previos y seguir las recomendaciones médicas antes de quedar embarazada, a esto se le suma el llevar un estilo de vida saludable y un control nutricional adecuado.
La diabetes gestacional termina con el embarazo. No obstante, quienes la tuvieron, deben mantener un control de por vida, para evitar el riesgo de padecer diabetes tipo 2.