Tener una dieta poco saludable en la mediana edad puede aumentar el riesgo de desarrollar demencia y Alzhéimer más tarde en la vida y tiene un efecto negativo en varios aspectos mentales; mientras que una alimentación saludable puede actuar en sentido inverso, asegura un estudio de la Universidad del Este de Finlandia.
Los investigadores vieron que quienes tenían una dieta que incluía hortalizas, frutas, verduras y pescado tenían un riesgo casi 90% más bajo de demencia y mejor memoria y funcionamiento cognitivo global.
Además, aquellos que tomaban de tres a cinco tazas de café al día tenían un riesgo menor de demencia en comparación con los que consumían menos de esa cantidad.
En cambio, el consumo de grasas saturadas –presentes en salchichas, dulces, productos lácteos y otros alimentos menos sanos--- y de bebidas azucaradas se asoció con un peor funcionamiento cognitivo global y con un aumento en el riesgo de demencia y de desarrollar Alzhéimer.
“Estudios previos sobre la alimentación y la demencia se han centrado principalmente en el impacto de los componentes dietéticos individuales; pero la dieta de nadie se basa en un solo alimento. Por eso, tiene más sentido mirar todo el patrón de comidas en conjunto, pues puede haber interacciones entre los distintos nutrientes que se consumen", dijo la investigadora Marjo Eskelinen en un comunicado.
Para realizar este estudio, los investigadores entrevistaron entre 1972 y1987 a 2.000 personas de entre 39 años y 64 años sobre sus hábitos alimenticios.
En 1998 volvieron a entrevistar a 1.449 personas (73% de la muestra original) para estudiar su salud mental y desempeño cognitivo.