Un sancarleño de 9 años se convirtió en el primer niño costarricense en recibir una técnica que remueve tumores en el hígado a través de ondas de calor.
El procedimiento se llama ablación por radiofrecuencia y desde hace más de cinco años se aplica en la Seguridad Social, pero solamente en adultos.
La técnica consiste en introducir una aguja en el hígado, pasando entre las costillas. Esta aguja emite corrientes eléctricas en el rango de ondas de radiofrecuencia sobre la piel del paciente.
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Dichas corrientes generan calor alrededor del electrodo que, cuando se dirigen hacia el tumor, calientan y destruyen las células cancerígenas.
Al mismo tiempo, el calor que genera la energía de radiofrecuencia cierra pequeños vasos sanguíneos y disminuye el riesgo de sangrado. Las células muertas del tumor se reemplazan gradualmente por cicatrices que, con el tiempo, se contraen.
En el caso de este tumor, como la lesión era menor a tres centímetros, se hacía mucho más fácil "quemarla" con radiofrecuencia.
Esperanza
"En los niños estos tumores son tan agresivos que en ocasiones no se pueden operar. A muchos menores se les da quimioterapia y luego se les pone en lista de espera para trasplante. Afortunadamente este no era el caso", explicó Jose Pablo Garbanzo, cirujano que lideró el procedimiento.
Garbanzo ya ha puesto en práctica esta técnica en el Hospital México. De hecho, él llevó el equipo al Hospital Nacional de Niños para realizar dicha cirugía.
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"Este chiquito ya había presentado un cáncer de hígado conocido como hepatoblastoma cuando tenía dos años y se le había removido el hígado derecho. Siete años después surgió una lesión en el hígado izquierdo y sabíamos que era muy posible que fuera maligna", manifestó el especialista.
El procedimiento tuvo una duración aproximada de una hora y el paciente quedó internado durante una noche más en el centro médico.
Al mes se le realizó una tomografía axial computarizada o TAC (examen utilizado para ver si aún tenía algún rastro de lesión en su cuerpo) y se comprobó que el procedimiento había logrado quemar por completo el tumor.
"El Hospital de Niños será ahora la institución que diga si hay más casos en el que se pueda usar esta técnica, pero ya tenemos demostrado que funciona", concluyó Garbanzo.