Aunque comer más sano sí mejora la salud, hay ciertos aspectos que no mejoran luego de varios meses años de una mala alimentación, especialmente los relacionados con las defensas ante enfermedades infecciosas.
Científicos de la Universidad de Leiden, en Escocia, detectaron en un estudio en ratones esta relación. Mejorar la dieta sí mejora la salud cardiovascular de una persona, pero la afectación de los genes en el sistema inmunitario ya sufrió algunos cambios irreversibles.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores dividieron a los ratones en dos grupos y alteraron sus genes para que fueran más propensos a la hipertensión y ateriosclerosis (formación de placas en las arterias que dificulta el paso de la sangre). Un grupo de ratones recibió una dieta normal, y el otro una dieta alta en grasa y colesterol.
Luego de un par de meses, la médula ósea se trasplantó a otro grupo de ratones que tenían su médula ósea destruida. Este grupo tuvo una dieta normal durante varios meses, y luego se midió su salud. Se encontró que no solo tenían mayor propensión a la arteriosclerosis, si no que también su sistema inmunitario era más débil para protegerlo de enfermedades.
El reporte, publicado en la revista Journal fo Leukocyte Biology, indica que aunque no todas los estudios en ratones son aplicables 100% al ser humano, sí pueden dar ideas de cómo funciona nuestro orgamismo.
"Espero que estudio nos ayude a ver la importancia de mantener siempre una buena nutrición", dijo en un comunicado de prensa Erik van Kampen, uno de los inviestigadores.