La actividad física puede revertir el envejecimiento del corazón causado por el sedentarismo. Sin embargo, hay un límite de edad para comenzar a ponerse en movimiento.
Un estudio de la Universidad del Suroeste de Texas y del Instituto de Recursos de Salud de Texas, en Estados Unidos, señala que el primer paso debe darse antes de los 60 años y mantenerse de forma constante.
¿Por qué? De acuerdo con el estudio, publicado en la revista médica Circulation, antes de esa edad el músculo cardíaco todavía está lo suficientemente flexible y "maleable", con habilidad para aún modelarse a sí mismo.
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"Cuando el músculo se endurece, aumenta la presión arterial y las cámaras del corazón no se llenan de sangre igual de bien. En la forma más grave, la sangre puede llegar a los pulmones, ahí es donde se produce el daño cardíaco", comentó en un comunicado de prensa Benjamin Levine, coordinador de la investigación.
Estudios anteriores de este grupo han mostrado que el endurecimiento del ventrículo izquierdo del corazón usualmente se ve en personas de edad media que no realizan actividad física y no tienen buena condición. Esto los deja con cámaras duras y pequeñas que no pueden bombear bien la sangre.
La actividad física no solo haría que este importante órgano envejezca más lento, también reduciría los efectos del envejecimiento prematuro.
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Sin embargo, no se trata de un hábito que solo se realice de vez en cuando. De acuerdo con el reporte, para que la elasticidad del corazón se preserve, la actividad física debe realizarse al menos cuatro veces por semana. De dos a tres veces por semana no es suficiente si la persona estuvo sedendaria durante muchos años.
No es mucho tiempo el necesario para llegar a la meta: basta con una sesión de 30 minutos (más un calentamiento previo y unos minutos finales para estirar).
"Yo pienso que la gente debería ver esto como parte de su higiene personal, justo como lavarse los dientes o bañarse", indicó Levine.
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¿Cómo se hizo el estudio?
Levine y su equipo reclutaron a 53 personas entre los 45 y los 64 años y las sometieron a un régimen de dos años de actividad física. A ellos se les dividió en dos grupos: uno tuvo un régimen de ejercicio de medio impacto que iba subiendo conforme iban mejorando las habilidades y condición física de cada grupo, y el otro recibió yoga y ejericios de balance y equilibrio, para así servir de grupo control.
Al finalizar el período de estudio, los que se habían ejercitado mostraron una mejora del 18% en su capacidad de respiración y almacenamiento de oxígeno y más de un 25% de mayor elasticidad del músculo cardíaco. Esto no se observó en el grupo control.
El mensaje de los investigadores es claro: comience a hacer ejercicio cuanto antes, entre más joven esté usted, es mejor, pero nunca es tarde para obtener beneficios. Eso sí, antes de comenzar, siempre es bueno consultar con su médico si hay algún tipo de actividad física que usted no deba realizar para así no comprometer su salud.
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