La mujer de hoy, si lo desea, no tiene por qué pasar por los dolores de parto que vivieron sus antepasadas. Una de las formas más comunes de evitar esos dolores es utilizar en la labor de parto anestesia epidural.
La epidural es una forma de anestesia regional que proporcionan alivio continuo del dolor en todo el cuerpo por debajo del ombligo (incluidas las paredes vaginales) durante el trabajo de parto y el parto.
La mujer permanece consciente durante el alumbramiento, siente las presiones de las contracciones, pero no el dolor.
No obstante, además de aliviar el dolor de dar a luz, la epidural parece tener un importante efecto colateral: contribuye a que la mujer disminuya el riesgo de desarrollar depresión posparto.
Es normal que una mujer, tras dar a luz, experimente cambios emocionales en los primeros días, que sienta tristeza y nostalgia. No obstante, en algunos casos, la mujer más allá de un poco de tristeza, desarrolla depresión posparto, una enfermedad que se debe a un desbalance de los químicos en el cerebro y debe ser tratada por médicos. Cerca del 13% de las mujeres que dan a luz desarrollan esta enfermedad que se caracteriza por una constante tristeza y llanto, poco deseo de vivir, el sentirse poco útil, tener problemas para dormir, pérdida de apetito y desinterés por su bebé.
Algunos estudios han sugerido que el no pasar los dolores del parto, con la ayuda de la anestesia epidural, puede disminuir el riesgo de presentar la depresión posparto.
Para demostrar si eso en realidad es así, un grupo de investigadores chinos, liderados por Don-Xin Wang del Primer Hospital Universitario de Pekín, reclutó a un grupo de mujeres embarazadas y analizó su evolución tras el parto.
Por elección propia, algunas mujeres dieron a luz con uso de anestesia epidural y otras sin ella. Por cada una de las 107 mujeres del estudio que eligieron la anestesia, los científicos siguieron a otra que decidió llevar a cabo la labor de parto sin ella.
Según el análisis, publicado en la revista Anesthesia & Analgesia , el 14% de las mujeres que recibieron la epidural desarrolló depresión posparto, mientras que la incidencia de la enfermedad fue de un 34,6% de las mujeres que no recibieron la anestesia durante la labor de parto.
Si bien es necesario realizar estudios con mayor cantidad de mujeres para corroborar los resultados del equipo chino, el estudio halla una interesante relación entre el uso de anestesia epidural y el desarrollo de depresión posparto; se trata de un efecto colateral que podría contribuir al bienestar de las nuevas madres y sus hijos.