Las pausas, las muletillas, el alargado de las palabras y otros hábitos serían un indicio de una declinación mental, que a su vez desembocaría en alzhéimer, según un estudio.
Se trata de una investigación de la Universidad de Wisconsin-Madison, Estados Unidos, la cual fue analizada este lunes durante la Conferencia Internacional de las Asociaciones de Alzhéimer, que se lleva a cabo entre el 16 y 20 de julio en Londres, Inglaterra.
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La indagación consistió en filmar a los participantes, en dos ocasiones distintas, describiendo cosas. No obstante, las grabaciones se realizaron con dos años de diferencia.
En aquellos con un principio de trastornos cognitivos se notó un deterioro de la forma de expresarse mucho más acentuado que en quienes no presentaban esos síntomas.
"Comprobamos que hay ciertos aspectos del lenguaje que son afectados antes de lo que pensábamos, antes o al mismo tiempo que surgen los problemas de memoria", señaló uno de los impulsores del estudio, Sterling Johnson, de la Universidad de Wisconsin-Madison.
Este fue el análisis de la forma de hablar más grande que se ha hecho con estos fines, y si nuevas pruebas confirman sus resultados, podría ofrecer una forma sencilla y barata de detectar tempranos síntomas de un deterioro mental.
Sin alarmarse
No se asuste. Mucha gente dice "esteeee" y tiene problemas para recordar nombres, sin que eso implique que sufre algún trastorno mental o cognitivo.
"Es algo normal de la edad, cosas que uno puede recordar más tarde y que no van a afectar una conversación", expresó otra participante en el estudio, Kimberly Mueller.
"La diferencia aquí es que ocurre con más frecuencia en un breve período, interfiere con las comunicaciones y se agrava con el tiempo", agregó.
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Unos 47 millones de personas padecen demencia en todo el mundo y el alzhéimer es su manifestación más común.
Las medicinas actuales no pueden impedir el avance o revertirlo, solo pueden aminorar los síntomas.
Los médicos estiman que cuanto antes se detecten los síntomas, más posibilidades habrá de ayudar al paciente, por lo que se hacen esfuerzos para detectarlo lo más temprano posible.
Los trastornos cognitivos moderados causan cambios visibles, aunque sin llegar a interferir con la vida diaria. Y no son un anuncio de la llegada del alzhéimer, aunque algunos –entre un 15% y un 20%– sí lo padecen.
El estudio en cuestión
Para saber si un análisis de la manera de hablar puede detectar los primeros síntomas de problemas cognitivos, los investigadores pidieron a 400 personas sin padecimientos de ese tipo que describiesen una imagen.
Tras probar el mismo ejercicio dos años después, los especialistas no percibieron cambios con respecto a la capacidad para expresarse de esas personas.
Luego hicieron la misma prueba con 264 individuos quienes participaban en un estudio de cincuentones y sesentones del Registry for Alzheimer's Prevention de Wisconsin, la mayoría de los cuales tiene un padre con esta enfermedad y podría correr riesgo de contraer la enfermedad.
De ellos, 64 ya tenían síntomas de un deterioro o estos indicadores surgieron a lo largo de esos dos años. Esto lo comprobaron mediante otros exámenes neurológicos a los que esa muestra fue sometida.
Manifestaciones de riesgo
En la segunda partida de pruebas, se percibió en estas personas con riesgo de padecer demencia, un deterioro más acelerado en la expresión de ideas y en la fluidez con la cual las comunicaban (menor claridad, pausas y uso de muletillas).
Usaban más pronombres como "eso" o "ellos" en lugar de nombres específicos para aludir a cosas o personas. Además, empleaban oraciones más cortas y les tomaba más tiempo expresar lo que querían decir.
"Todos esos son indicios de problemas con todos los datos que procesa el cerebro", señaló Julie Liss, experta en el lenguaje de la Universidad Estatal de Arizona.
Liss participó en un estudio del 2015 que analizó decenas de conferencias de prensa del ex presidente Ronald Reagan y encontró evidencias de cambios en su forma de expresarse más de una década antes de que le diagnosticasen el alzhéimer.
Otro estudio mencionado este lunes la Conferencia Internacional de las Asociaciones de Alzhéimer, señala que la pérdida de la audición puede ser también una manifestación de un deterioro mental.
Esta última medición involucró a 783 personas del mismo proyecto de Wisconsin.
En esta investigación, quienes de entrada revelaron que les habían diagnosticado problemas auditivos, tenían el doble de posibilidades de desarrollar trastornos cognitivos en los próximos cinco años que aquellos a quienes no se les había vaticinado problemas auditivos.
"Los médicos de familia pueden ayudar mucho si saben cómo detectar" los primeros síntomas de deterioro mental, expresó María Carrillo, de la Asociación de Alzhéimer.
Los problemas auditivos, cambios en la forma de hablar y otros síntomas conocidos, como problemas para dormir, podrían justificar una visita a un neurólogo para que haga un examen de demencia, agregó la especialista.