La enfermera Katherine Solís Cordero tenía claro que quería profundizar en un tema relacionado con el desarrollo de la primera infancia para su tesis de doctorado en la Universidad de São Paulo en Brasil. Primera infancia era un tema que ya había trabajado para su tesis de licenciatura, entonces lo tenía claro. Ese camino la llevó a ser premiada como la mejor tesis de enfermería de todo Brasil.
Este premio es otorgado por la Coordinación de la Formación Personal de Nivel Superior (CAPES, por sus siglas en portugués). Este ente cumple una función similar al Consejo Nacional de Rectores (Conare) en Costa Rica, pero con la diferencia de que acoge a todas las universidades y casas de estudios superiores, tanto públicas como privadas de todo el país.
En su tesis, a través de un estudio científico aleatorio con 129 familias con niños entre los 12 y los 23 meses, Solís probó cómo, a través de la mensajería de WhatsApp se pueden enviar videos para que las familias hagan juegos que involucren el desarrollo de los niños mientras se realizan las actividades domésticas cotidianas, como lavar o acomodar ropa o limpiar la casa. A diferencia de quienes no recibían este tipo de intervenciones, los que sí las tenían mejoraban el desarrollo de lenguaje y la interacción con su cuidadora principal.
“Creo que lo más innovador, por lo que me dieron el premio a mí, es porque la investigación en desarrollo de primera infancia no es un área tradicional de la enfermería. Si yo digo que estoy estudiando heridas o una enfermedad x, a nadie le va a llamar la atención. Esto sí es innovador. Además, para llegar ahí primero tuve que hacer revisiones sistemáticas de lo que ya se hacía e hice ensayo clínico controlado y aleatorio y con publicaciones en revistas de alto impacto”, destacó Solís.
¿En qué consiste el premio? En Brasil, los estudios superiores están divididos en 49 áreas o carreras, y de cada una escogen a la mejor tesis. Para eso cada universidad elige las que considera mejor en cada una de las áreas y las envía a concursar. Este 14 de agosto, Solís recibió la noticia de que en la categoría de Enfermería había recibido el premio a la mejor tesis de todo el país.
“Era feriado, yo tengo desactivadas las alertas del correo electrónico del teléfono y no había visto. En eso, veo que comienzan a llegarme notificaciones de mis amigos y compañeros de Brasil. Ahí fue donde me dijeron. Puedo decir que hasta el día de hoy no me lo creo. Siento que me gané el Mundial de las tesis”, afirmó.
El camino
¿Cómo llegó Solís a este punto? Luego de buscar muchos temas, se le ocurrió que podía hacer algo relacionado con las comunidades de familias en Facebook, grupos donde los papás, mamás y cuidadores se hacen y se responden preguntas. Y que estas familias apoyaran el desarrollo infantil.
Con esa idea escribió sus objetivos de investigación, un resumen y se lo planteó a su orientadora. Al escuchar la idea, ella sonrió y le dijo “usted no va a creer el correo que me llegó”.
En ese correo, dos comunicadoras y una ingeniera industrial que tenían un blog sobre juego infantil, le escribían a la universidad en búsqueda de una investigadora. Este grupo había participado de un concurso de una organización brasileña llamada Núcleo Ciencia por la Primera Infancia. Ellas habían ganado financiamiento para llevar a cabo su proyecto. Dicho proyecto consistía en utilizar el servicio de mensajería WhatsApp para que las familias aprendieran a jugar con sus hijos y estos juegos los ayudaran en su desarrollo.
“Ellas tenían la idea y el dinero, pero no tenían la investigadora. Y yo era una investigadora que no tenía dinero y andaba en busca de una intervención para mi tesis doctoral. Fue el matrimonio perfecto”, recordó.
En el equipo también participaron profesionales en Psicología.
La doctora en Enfermería, quien también tiene una maestría en Salud Pública, detalló que, durante la evolución de su tesis doctoral, vio que este tipo de programas de acompañamiento y entrenamiento paternal contribuyen al mejoramiento de la salud pública.
Retos en medio de la pandemia
Dado que desde el inicio la tesis se planteaba como una intervención remota a través de WhatsApp y el intercambio de videos por teléfono, esto resultó ventajoso cuando llegó la pandemia.
La investigación comenzó antes de la pandemia. Las familias se reclutaron en guarderías de zonas vulnerables de Sao Paulo.
“Cuando se vino la pandemia yo no tuve que atrasar mi trabajo de tesis un solo día. Mi doctorado no se atrasó un solo día”, destacó.
Sin embargo, sí hubo retos. Por ejemplo, en un inicio se visitaba a las familias para recolectar los datos, parte importante de eso era que se requería que se grabara un video de cinco minutos para captar la interacción madre o cuidadora e hijo.
Llegó el momento en el que las visitas ya no eran posibles porque la pandemia los había enviado a las casas. Entonces la metodología se adaptó para hacer esto mediante videollamada.
Las videollamadas no dieron mayores problemas en varios programas de videollamadas que sí permiten grabar la conversación. Simplemente se les pedía a ellas colocar su teléfono de cierta forma para verlas jugar con los menores.
Sin embargo, si las mujeres solo tenían acceso a videollamadas mediante WhatsApp esto no era posible, porque este programa permite grabar video, pero no audio.
Idearon entonces que las investigadoras hacían la videollamada con su tableta y con el teléfono celular grababan la videollamada.
¿Qué sigue? Hay un equipo en Brasil que piensa seguir con el programa para entregar este tipo de intervenciones a las familias vulnerables de otras zonas. Solís considera que el estudio puede hacerse en Costa Rica, y muchas familias podrían beneficiarse, porque la realidad de las poblaciones vulnerables en América Latina no difiere tanto entre un país y otro.
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