La llegada de un bebé no solamente cambia la vida de la madre. Los papás también se enfrentan a una montaña rusa de emociones en torno al tema.
Sin embargo, muchas veces lo que ellos experimentan pasa desapercibido. En la mayoría de los casos, la atención se centra en la mamá y el recién nacido, y se ignoran las necesidades del padre.
Lo que sí es un hecho es que la depresión posparto en ellos sí se da. Es más, estudios estadísticos de otras partes del mundo hablan de que entre un 5 y un 10 por ciento de los hombres pueden padecerla. Sin embargo, en ellos esta condición emocional se manifiesta de forma distinta.
En el caso de la madre, aparece pocos días después de dar a luz, está asociada a cambios hormonales y si se identifica con rapidez es más sencillo tratarla.
Con los papás, la depresión suele iniciar varias semanas después del nacimiento, alargarse en el tiempo y ser más silenciosa. La falta de información sobre este tema dificulta el diagnóstico y su solución.
Según Ana María Jurado, doctora en psicología y profesora de la Universidad de Costa Rica (UCR), en los hombres la depresión posparto suele darse por factores muy distintos a los de la mujer.
“Hay muchos elementos que pueden contribuir: el miedo a la paternidad, el cual puede generarse ante las nuevas responsabilidades y el temor a perder la libertad, las preocupaciones financieras por el incremento de gastos, enfrentarse a una responsabilidad mayor, ansiedad ante un nuevo papel, incertidumbre por si será o no un buen padre; incluso, si la pareja experimenta depresión posparto, el hombre sería más proclive a también sentir tristeza”, detalló Jurado.
Pero además, una realidad que empeora la situación es la idea de que los hombres no deben compartir sus temores por ser "el sexo fuerte", y este silencio interfiere en su salud emocional.
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Carlos Monge, de 32 años de edad, conoce bien este tema, porque lo vivió hace dos años cuando nació su hija.
"Como al mes de que la bebé había nacido comencé a sentir una molestia permanente, era como estar todo el día de mal humor. En ese momento pensé que era porque tenía días de no dormir bien, la chiquita se despertaba mucho por las noches. Luego, cuando noté los cambios en nuestra vida de pareja, pensé que aunque amaba a mi hija, lo que estaba viviendo no me gustaba, extrañaba lo de antes", comentó este papá primerizo.
Él tuvo la oportunidad de comentar con su familia que se sentía muy cansado y un primo que había vivido una situación le ayudó a salir de ese trance, aunque reconoció que "no fue nada sencillo".
Evidencia científica
Ya en el 2014 se empezó a hablar del tema de la depresión posparto masculina, y se publicó un estudio de la Universidad de Northwestern Feinberg en Chicago, Estados Unidos, que arrojó hallazgos interesantes en este sentido.
Craig Garfield, autor principal de esta investigación, dijo: “Sabemos mucho sobre las madres y la depresión posparto, pero ahora estamos empezando a conocer la depresión paterna y sus consecuencias”.
Este experto cree que este tipo de depresión puede afectar a uno de cada diez papás y el problema es que, al estar el hombre en esa condición, sus hijos pueden ver perjudicado su desarrollo en los primeros años de vida.
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Por ello, Garfield insiste en que es necesario identificar estos casos y ofrecerles ayuda lo antes posible.
El estudio también concluyó que los padres primerizos tienen más posibilidades de enfrentarse a este tipo de trastornos.
Ante esta realidad, Jurado recomienda buscar ayuda profesional pronta y oportuna: "Alguien que le escuche, que le brinde al papá un espacio seguro donde pueda hablar de sus sentimientos sin ser juzgado. También se recomienda conversarlo con la pareja y tratar de salir de la situación entre ambos".
Señales de alerta
¿Qué tomar en cuenta para saber si un hombre podría estar sufriendo este problema? La psicóloga Jurado ofrece algunas pistas:
- Tener sensación de vacío y sentirse culpable por tenerla
- Estar obsesionado con las finanzas
- Empezar a separarse de la familia y los amigos
- Mostrarse enojado sin causa aparente
- Dormir mal o demasiado
- Perder el interés por cosas que antes le gustaban
- El hombre se percibe sin esperanza, y con pesimismo respecto al futuro
- Existe una preocupación constante pero no se buscan las soluciones
- Por lo general se aísla y está más callado
- Se dan problemas para hacer tareas básicas