El Ministerio de Salud firmó, la tarde de este lunes, una alerta sanitaria por malaria, como medida preventiva para frenar la transmisión de este mal dentro del territorio nacional.
La decisión se debe al aumento de casos vistos durante el año y a que hay brotes considerables de la enfermedad tanto en Nicaragua como en Panamá.
En lo que va de este 2018, Costa Rica registra 21 casos, todos importados (la persona se enfermó en el extranjero, pero aquí desarrolló los síntomas).
De acuerdo con Daniel Salas, director de la Dirección de Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud, entre enero y mayo de este año, se registraron los primeros 11 pacientes, pero en cuestión de una semana se dieron diez casos nuevos, lo que motivó a redoblar esfuerzos.
La mayoría de estos casos se ven en la zona norte, principalmente en Santa Rosa de Pocosol, Los Chiles y Pital.
Según Salas, los casos nuevos provienen de varias naciones, dentro de las que destacan Nicaragua, y zonas de Suramérica y de África.
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"Nuestro país está preparado para un adecuado tratamiento y diagnóstico. La alerta busca ser más agresivos con la detección temprana, para así evitar que se propaguen los casos", enfatizó Giselle Amador, ministra de Salud.
Salas complementó: "No queremos cadenas de transmisión y los casos importados aumentan el riesgo de estas cadenas".
Costa Rica ha vivido diferentes momentos que complican la meta inicial de erradicar la malaria para 2020. Entre el 2013 y el 2015 el país no reportó casos autóctonos (es decir, casos de contagio en el propio país), pero en el 2016 y el 2017 sí registraron afectados.
Por ejemplo, el año pasado se dieron 12 casos autóctonos y cinco importados.
La buena noticia es que desde el 2009 no se registran fallecimientos por culpa de esta enfermedad dentro del territorio costarricense.
La erradicación de la malaria también se ha dificultado por un factor externo. Desde el año pasado Nicaragua registra un brote de esta enfermedad que supera los 10.000 casos. La cercanía territorial y el alto flujo migratorio complican el panorama, y esto también motiva a la declaración de la alerta.
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¿En qué consiste la alerta sanitaria?
Esta alerta busca reforzar otra que se hizo en setiembre anterior, momento en que se dio un pico de la epidemia en Nicaragua.
La alerta no es para todo el país, si no para zonas declaradas "maláricas", donde el mosquito anófeles –transmisor de la enfermedad– puede atacar. Estas áreas son las que se ubican por debajo de los 600 metros sobre el nivel del mar.
La alerta rige para todos estos sectores del país, independientemente de si han presentado casos sospechosos o no.
Dentro de las medidas se incluye que todos los Ebáis deben contar con la prueba diagnóstica. Esta prueba se denomina "gota gruesa" y consiste en extraerle sangre al paciente, colocarla en un portaobjetos de laboratorio, extenderla y observar si hay copias del parásito.
Además, toda persona con fiebre sin causa aparente debe ser sometida a este examen.
Uno de los puntos más importantes consiste en hacer búsquedas activas.
"No vamos a esperar a que los casos nos lleguen a una clínica o Ebáis. Los vamos a ir a buscar. Vamos a ir a las fincas, a las zonas de más riesgo y vamos a ver si hay pacientes con posibles síntomas para hacerles el examen diagnóstico", explicó Salas.
La detección temprana es vital para contener la enfermedad, por ello, lo ideal es hacerlo en las primeras 24 horas (o de lo contrario en las primeras 48).
Otra medida es acortar el tratamiento que se le da a los pacientes, sobre todo si tienen un domicilio inestable o problemas para cumplir con la toma de los medicamentos. Entonces, se les dará la misma dosis pero en menos días.
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¿Qué es la malaria y cómo se erradica?
La malaria o paludismo es una enfermedad tropical causada por el parásito Plasmodium. Es transmitida por el mosquito anófeles. En Costa Rica la cepa Plasmodium vivax es la principal, pero también se han detectado casos de Plasmodium falciparum, una cepa más agresiva y que actúa más rápido.
El parásito ingresa en el hígado y migra a la sangre, donde infecta los glóbulos rojos. Puede causar fiebres muy altas, escalofríos y anemia. Los primeros síntomas surgen de forma repentina.
En los casos más graves, destruye células sanguíneas y daña circulación, hígado y riñones y con esto provoca la muerte.
En este momento no hay vacuna contra este mal; hay varias en fase experimental, pero ninguna reúne la eficacia necesaria para pasar las evaluaciones.
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La OMS hace una diferencia entre la eliminación de una enfermedad y la erradicación. El primer concepto se da cuando no hay transmisión de casos locales en el país, aunque sí se presenten casos importados y el mosquito transmisor se mantenga circulando.
Por su parte, la erradicación se da cuando se logra una reducción permanente a cero casos.
La certificación oficial "libre de malaria" es un paso más. Tiene lugar en el momento en que la cadena de transmisión autóctona se interrumpe durante al menos tres años, y además, el país demuestra la capacidad para evitar el restablecimiento de la transmisión.
Desde 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a Costa Rica como una de las 21 naciones del mundo con expectativas para erradicar esta enfermedad en el 2020 (grupo de países llamados E-2020).
"Nosotros creemos que Costa Rica sí logrará esta meta, es un país con muy pocos casos y que mantiene medidas de vigilancia para la erradicación", destacó Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Análisis de Salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Uruguay logró esta certificación y le será entregada esta semana durante el II Foro Mundial de la Malaria, que se celebra en nuestro país.
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