La práctica del ayuno intermitente genera debate entre los especialistas en salud y deporte. Algunos defienden que ejercitarse en ayunas fomenta la pérdida de peso, mientras que otros sostienen que consumir alimentos antes de entrenar es esencial para mantener los niveles de energía y el buen funcionamiento muscular. Esta discusión cobra relevancia al considerar cómo la alimentación previa al ejercicio afecta el rendimiento y la salud general.
Alejandra Hintze, médica deportóloga, resalta la importancia de aplicar el ayuno intermitente de manera individualizada. “No todos se beneficiarán del ayuno intermitente”, explica Hintze, comparándolo con una dieta libre de gluten, recomendada solo para celíacos e intolerantes al gluten. Así, el ayuno puede ser útil para algunas personas, pero no para todas.
Por su parte, Joaquín González Saucedo, nutricionista especializado en deporte de alto rendimiento, enfatiza la necesidad de una planificación personalizada con un profesional de salud. “Las normas no funcionan igual para un deportista de élite que para uno amateur”, menciona González, subrayando que las estrategias deben adaptarse a las condiciones físicas y necesidades individuales.
Ventajas y desventajas del ayuno antes del ejercicio
Hintze señala que el ayuno antes de entrenar tiene sus ventajas, pero no para todos los atletas. En deportes de resistencia prolongada como el triatlón, la natación o el maratón, es fundamental contar con reservas de glucosa para mantener el rendimiento. “El organismo podría debilitarse al usar sus propias fuentes de glucosa”, advirtió, lo que afecta negativamente el rendimiento deportivo.
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El ejercicio aeróbico en ayunas se asocia frecuentemente con la pérdida de peso. “Podés correr 21 kilómetros en ayunas, pero el rendimiento no será el mejor”, comentó Hintze, destacando que el déficit calórico afecta el rendimiento comparado con un entrenamiento después de desayunar.
Investigaciones respaldan estas afirmaciones. Un estudio de la Universidad de Nottingham encontró que una caminata después de un ayuno de siete horas puede aumentar la oxidación de grasas, pero también puede reducir el rendimiento. Además, un estudio publicado en la International Journal of Sport Nutrition and Exercise Metabolism sugiere que el ejercicio de resistencia después de una comida ligera mejora la utilización de los lípidos y el rendimiento.
En cuanto al entrenamiento de fuerza, González no aconseja el ayuno si el objetivo es ganar masa muscular, ya que los alimentos son el combustible de los músculos. Recomienda consumir alimentos ricos en grasas saludables, carbohidratos complejos y proteínas antes del entrenamiento y después de este, para recuperar y fortalecer las fibras musculares.
Hintze y González coinciden en que entrenar en ayunas puede no ser ventajoso para todos. Puede disminuir el rendimiento y causar efectos adversos como cefaleas, fatiga y debilidad. Además, la médica Analía Yamaguchi advierte sobre el riesgo de desnutrición con el ayuno prolongado y el entrenamiento intenso.
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Es crucial que quienes practiquen el ayuno intermitente mantengan una dieta equilibrada y no excedan la ingesta calórica después del periodo de ayuno. “El ayuno falla cuando se sobrecompensa la ingesta de comida”, concluye Hintze.
La relación entre ayuno y deporte es compleja y depende de factores individuales y del tipo de ejercicio. Consultar a un profesional de la salud es fundamental para determinar la mejor estrategia alimentaria y de entrenamiento, asegurando así el bienestar y el rendimiento óptimo.
*La redacción de este contenido fue asistida con inteligencia artificial.