Este sábado 19 de diciembre, declaraciones de las autoridades del Reino Unido llevaron a la preocupación internacional: el primer ministro británico Boris Johnson anunciaba medidas más restrictivas para fin de año motivadas por la “aparición” de una nueva variante del SARS-CoV-2, virus causante de la covid-19.
Esta variante se conoce como VUI-202012/01, un acrónimo para decir que es la primera en investigación en diciembre del 2020. Ella tiene 26 mutaciones (cambios en su genética). De ellas, 17 son las que más se estudian.
Aunque dicha cepa no es más letal ni más agresiva, sí se propagaría de forma más fácil entre las personas.
¿Cómo se sabe esto? La situación comenzó a verse cuando, debido a análisis genómicos (de toda la genética del virus) se vio esta variante. Esta se halló por primera vez en setiembre. Cuando se detectó, el 26% de las muestras analizadas en Londres eran portadoras de esta variante. Ahora en diciembre, son más del 62% y esto lleva a pensar que sería hasta un 70% más contagiosa.
Esto motivó a que otros países del continente europeo cerraran sus vuelos hacia el Reino Unido.
A esto se le une que en Sudáfrica también se reportan variantes posiblemente más contagiosas del virus.
¿Qué significa esto? ¿Cuánto ha cambiado el virus? ¿Debería preocuparnos? ¿Esto haría menos eficaza las vacunas?
Para responder estas preguntas, La Nación leyó las publicaciones científicas sobre estas variantes virales en Reino Unido y Sudáfrica, analizó lo dicho por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por quienes están estudiando el tema en Gran Bretaña y conversó con la viróloga costarricense Eugenia Corrales Aguilar, quien ha estudiado de cerca el virus.
“Hay un tipo de SARS-COV-2 que tiene varias mutaciones y se ve que está siendo dominante en Reino Unido”, explicó Corrales Aguilar.
Mutación clave
Lo más usual en un virus es cambiar su genética o mutar. Al replicarse (producir copias de sí mismo) se producen “errores” que hacen que esa copia no sea idéntica, sino que tenga cambios en su genética.
“Es como hacer una fotocopia, de una fotocopia, de una fotocopia, de una fotocopia... si ves cada hoja fotocopiada tal vez entre una y otra no vayás a ver cambios, pero sí son diferentes, cuanto más distante este una copia de otra, menos van a parecerse”, explicó en una entrevista anterior el virólogo costarricense Christian Marín Müller.
La preocupación de los especialistas con esta variante en Reino Unido, no son todas las mutaciones, si no una específica llamada N501Y. Dicho cambio está relacionado con la forma en la que el virus ingresa a las células.
Hay una proteína clave que se llama Spike (o S) en inglés, o espiga o espícula en español. Esta proteína está en la superficie del virus y es la encargada de darle su forma de corona.
La Spike es la llave para entrar a las células, pero esa llave solo puede ingresar por cierto candado. Ese candado es un receptor celular, una proteína en la superficie de la células humanas.
En el caso del SARS-CoV-2 el receptor o “candado” que tiene la bocallave exacta para que la proteína S ingrese se llama ACE2.
La mutación N501Y está ubicada precisamente en una porción de la proteína S y los especialistas estiman que este cambio podría facilitar su “acople” con la ACE2 y por eso ser más transmisible.
“De esa mutación lo que le está preocupando a la gente es que, cuando modelaron matemáticamente, en una computadora, cómo queda la estructura de la proteína espícula ya después de esos cambios, con un modelo matemático de predicciones, eso parece ser que podría aumentar la afinidad al receptor y por eso puede ser que sea más transmisible”, expresó Corrales Aguilar.
La OMS comunicó la noche de este sábado que están en comunicación constante con las autoridades británicas.
“Los estudios británicos continúan en desarrollo, los especialistas brindarán los resultados conforme se vayan dando”, destacó la OMS.
We’re in close contact with UK 🇬🇧 officials on the new #COVID19 virus variant. They’ll continue to share info & results of their analysis & ongoing studies. We’ll update Member States & public as we learn more about the characteristics of this virus variant & any implications.
— World Health Organization (WHO) (@WHO) December 19, 2020
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“Debemos esperar a ver resultados... ver si tomamos este virus en laboratorio y ver si se replica este virus. Lo que sí es particular en esta variante es que hay muchos cambios genéticos. Si partimos del hecho que el coronavirus está mutando de 2 a 3 veces por meses, esto sí tuvo una mutación acelerada. Esa cantidad de cambios se esperarían en un año, y no se dio así”, dice Corrales.
“Ahí es donde todos los estudios de virología molecular y de evolución dicen ‘hay que ponerle atención, porque está mutando muy rápidamente’. Lo que hay que ver es si alguna de estas mutaciones va a tener peso o no. No es un virus tan estable, como el del sarampión”, añadió.
En cuanto a la variante del virus en Sudáfrica, esta tiene la misma mutación en la proteína S, pero llegaron a ella por caminos diferentes. Es decir, una sucesión de cambios genéticos diferentes a los vistos en Reino Unido la llevó a la mutación N501Y.
No solo es el virus: los otros factores que entran en juego
Cuando se habla de la transmisión de un virus, no solo el patógeno es clave en la dinámica. Es una triada compuesta por el virus en sí mismo y sus características; por la persona, su estado de salud y sus dinámicas de comportamiento, y por el ambiente: no es lo mismo la transmisión en un sitio abierto a en un sitio cerrado con poca ventilación.
“Si las personas relajan las medidas, si salen más, si se reúnen con otras, si hay menos vigilancia del uso de mascarillas, la transmisión va a ser mayor. El ser humano es el vehículo de contagio y de su comportamiento depende mucho. Ahora podemos estar viendo lo sucedido en los primeros días de diciembre en estas zonas de Gran Bretaña“, apuntó Corrales Aguilar
“Esta variante también está en Glasgow, y ahí más bien van bajando los casos, el componente humano y su comportamiento también nos dice mucho”, añadió.
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¿Qué hace falta por saber?
Para Corrales Aguilar, aún falta estudiar factores para ver cuán determinante es este cambio: ¿afectará la efectividad de las vacunas? ¿afectará las pruebas diagnósticas?
Estas preguntas son clave porque, por ejemplo, la gran mayoría de las vacunas apuntan a atacar la proteína espícula, por lo que cambios mayores en ella sí podrían poner eventualmente en jaque lo que estamos estudiando.
Sin embargo, de momento no hay evidencia que apunte a que debamos temer por esto. Los cambios solo se observan en una porción de la proteína espiga y no en toda ella.
“Las vacunas producen anticuerpos contra muchas regiones de la spike, por lo que un solo cambio no hará a la vacuna menos eficaz“, aclaró a la prensa Sharon Peacock, directora del análisis genómico del virus en Gran Bretaña.
Con el tiempo, conforme más mutaciones ocurran, la vacuna podría necesitar cambios. Esto pasa, por ejemplo, con la influenza estacional, que muta con mucha frecuencia y por eso las vacunas se ajustan cada año y debemos vacunarnos cada 12 meses. Una ventaja es que el SARS-CoV-2 no muta tan rápido como la influenza.
“Tal vez dentro de tres años nos vacunemos con una vacuna distinta, no sabemos cuánto vaya a cambiar en el tiempo, pero por ahora, no”, destacó Corrales Aguilar.
Peacock concluye: “con esta variante no hay evidencia de que pueda hacer a la vacuna menos eficaz, pero si vemos que esta falla o si se producen reinfecciones debemos tratarlo de alta prioridad”.
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