La ola de contagios de covid-19 debido a la variante ómicron probablemente no comprometa la capacidad hospitalaria en nuestro país, sin embargo, si se diera un número “abismal” de casos es posible que si haya problemas con los diagnósticos, pues las pruebas podrían escasear.
En este momento, tanto los laboratorios públicos como los privados tienen las suficientes pruebas como para que, quien tenga la mínima sospecha de tener covid-19, pueda realizársela para confirmar o descartar, lo que, irónicamente, ayudaría a que en un futuro se necesiten menos pruebas.
¿Cómo es esto posible? Christian Pérez, jefe del Laboratorio Clínico del Hospital Nacional de Niños (HNN) explica que, a más casos diagnosticados, se aislaría a más personas con el virus y esto evitaría que contagien a más individuos. Con lo contagiosa que es esta variante, cada caso aislado implica varios menos.
El especialista pidió a quienes tienen síntomas respiratorios aunque sean leves, o que estén acompañados por otros menos comunes, como diarrea o vómito, acudir a realizarse la prueba. La recomendación también aplica a los que hayan tenido contacto cercano con personas que hayan dado positivo.
Pérez indicó que en estos días se han llegado a hacer solo en los laboratorios de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) hasta 9.600 pruebas en un día.
Sin embargo, con el rápido incremento de casos, la capacidad diagnóstica sí se va poniendo bajo estrés. Diferentes asegurados han comentado a La Nación que el tiempo mínimo de espera para los resultados ha pasado de tres a cinco días.
“Nos dijeron que por la presa de toda la gente que se hace la prueba podrían durar cinco días. Eso fue lo que duraron”, comentó Mariana Venegas, vecina de Curridabat, quien recibió la noticia de positivo a mediados de la semana pasada.
A esto se le debe unir la posibilidad de que personal de laboratorio se contagie y deba incapacitarse, lo que diezmaría la capacidad de respuesta.
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Insumos finitos
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Para el especialista, lo ocurrido con otros insumos, como los guantes o equipo de protección médica, que escasearon en un momento de la pandemia, podría eventualmente pasar con las pruebas.
“Los recursos no son inagotables. La amenaza de ómicron está estresando el sistema, no solo en Costa Rica, también en el mundo; todo el planeta está en mayor requerimiento de pruebas. No es tan fácil como pedir de un día para otro 200.000 pruebas más. Lo mejor para no generar presión sobre los servicios es seguirnos cuidando”, recalcó.
Si los casos continúan en aumento y este se da muy rápido, podría visualizarse un escenario en el que haya que racionar las existencias.
“Ahí es donde se diría ¿a quiénes le hacemos prueba? ¿a todo el que tiene gripe o a los que requieren oxígeno? ¿a los hospitalizados? ¿solo a quienes requieren ventilación? ¿a los que fallecieron (para confirmar causa de muerte)? No queremos llegar a esos niveles”, se preguntó Pérez.
El especialista indicó que esto ya se da con otras virosis, como la influenza y otros virus respiratorios. Para el especialista, un ejemplo muy sencillo era el que se daba antes de la pandemia cuando alguien iba a recibir atención por síntomas respiratorios, pues el médico incapacitaba y daba medicamentos, pero no se hacía un examen para ver cuál era el virus específico que tenía el paciente (influenza, parainfluenza, rinovirus, algún otro coronavirus). Estas pruebas solo se destinaban a casos especiales, que presentaban síntomas extraños o complicaciones y requerían de un hospital. Allí sí se les hacía examen a quien lo requería para darle una mejor atención.
No obstante, con covid-19 esto no es así y se le hacen pruebas a todos los sospechosos. La decisión se toma, entre otras razones, porque esta es una enfermedad todavía nueva y a la que se necesita conocer mejor en toda su amplitud, por lo que se le indica prueba a todo sospechoso posible, para así conocer mejor las características del padecimiento.
“Si lo hubiéramos hecho como con los otros virus actuales, que tamizamos solo lo más grave, nos perjudicamos porque no tenemos idea de cuánta gente, en proporción, se nos va a morir”, expresó.
A dos años de la pandemia todavía se necesita tener un mapa lo más completo de la enfermedad y por ello se sigue tamizando a todas las personas. Pero si llegaran a escasear, esto dejará de ser así y se haría en determinados casos, a muchas personas nada más se les recetarían medicamentos y se les pediría descansar y quedarse en casa.
“Aunque no tengamos el diagnóstico el virus va a estar ahí y se va a estar transmitiendo de una persona a otra y cada vez más rápido. Como siempre se va a complicar un pequeño porcentaje de personas, este número también podría ser mayor. Es como un castillo de naipes sobre el que estamos soplando. Un diagnóstico tardío podría incidir sobre más aumento”, dijo.
Las autoridades de la CCSS señalaron que se está trabajando la estrategia de pruebas frente al escenario ómicron.
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Mercado privado
Massimo Manzi, presidente de la Cámara de la Salud, que engloba a los laboratorios privados, confirmó que desde que comenzó el año han tenido un aumento del 50% en la demanda de exámenes de detección del SARS-COV-2, virus causante de esta enfermedad. Por día se están atendiendo hasta 3.000 personas. Esta demanda también incluye a quienes buscan el test porque saldrán del país y no porque tengan sospechas de la enfermedad.
El vocero indicó que en este momento hay reservas suficientes para hacerle frente a esta ola y que se mantienen en constante conversación con los productores. Una de las ventajas es que al ser Costa Rica un país tan pequeño, los pedidos de importación no son tan grandes. Se prevé que se podrían hacer 240.000 pruebas en un mes.
“Esperamos que los niveles vayan aumentando en todo este mes. Lo importante es que dentro del sector privado nos hemos ido preparando, los países donde vienen las pruebas que estamos pidiendo están bajo control. Sí hay aumento en la demanda mundial, pero la producción e importación de kits de prueba también han aumentado”, manifestó.
Manzi agregó que esto también supondría tener una mayor cantidad de personal para atender la demanda, pero ya trabajan en eso para poder hacerle frente a una demanda creciente.
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Salud se mantiene vigilante
Ante consulta de La Nación, el Ministerio de Salud señaló que se mantiene vigilante de la situación para dar apoyo a la CCSS en caso de necesitar más pruebas. De acuerdo con la oficina de prensa, para la semana epidemiológica 1 (primera semana del 2022), la Caja reporta la ejecución en promedio de 5.370 pruebas diarias, de igual forma la institución ha informado que dispone de 700.000 pruebas de covid-19.
“Tomando en cuenta que la demanda de pruebas se puede ver incrementada de forma constante ante la amplia circulación de Ómicron, desde el equipo interinstitucional de Gobierno que atiende la emergencia, se le da seguimiento constante a este y otros insumos necesarios para la atención de la pandemia”, cita la comunicación dada vía correo electrónico.
Las autoridades insisten a la población en la importancia de la vacunación, de utilizar bien la mascarilla y de evitar aglomeraciones para así ayudar en el control de la pandemia.
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Colaboró la periodista Ángela Ávalos