El Ministerio de Sanidad de España anunció hace unos días que entrará en un proceso de transición en el que dejará de contar cada caso de covid-19 como se ha hecho hasta hoy. Sin embargo, no precisó exactamente cuándo empezará esta transición, en la que se tomarán en cuenta los casos graves y de personas vulnerables. No obstante, sí se indicó que la meta es que, antes de que finalice el primer trimestre de 2023, se tenga una vigilancia de tipo centinela, como la que se lleva con otras enfermedades, como la influenza.
Según reportó el diario El País, la ministra Carolina Darias aseguró que el sistema de transición será “capaz de detectar aumentos de la incidencia en la población general” y permitirá “la detección precoz de nuevas variantes y la medición de la efectividad vacunal”.
¿En qué consiste la vigilancia centinela a la que se llegará en un año? Esta también es utilizada en Costa Rica para el monitoreo de varias enfermedades infecciosas. Consiste en tomar localidades representativas de las distintas partes de un país y que sean estas las que hagan los tamizajes y pruebas diagnósticas de la enfermedad.
De esta forma, se cubre a todos los sectores posibles en cuanto a zonas en los diferentes puntos geográficos, sitios urbanos y rurales, distintos grupos de edad, sexo y personas con diferentes males crónicos. Esta información se reporta una vez por semana o cada dos, y con base en eso se trazan proyecciones de lo que sucede en el resto del territorio.
Mientras tanto, en este período de transición, el Gobierno dejará de dar informes diarios de la situación y es esperable que se le diga a la población que no es necesario hacerse pruebas diagnósticas ante una sospecha de tener el virus y que busquen atención en caso de complicaciones (tal y como sucede con los otros virus respiratorios). Con ello, también cambiarían las recomendaciones de aislamiento de casos positivos.
Sobre esto último, Reino Unido también ha dado un paso. A partir del 1.° de abril, ya no será necesario aislarse tras dar positivo.
Ambas naciones dan como razón las altas tasas de vacunación y una baja en los casos, pero también en la gravedad de la enfermedad, con menos hospitalizaciones y decesos, así como un mejor conocimiento del virus SARS-CoV-2 y del mal que este causa.
Sin embargo, Darias aseguró a El País que, en esta etapa de transición, no solo se vigilarán casos graves, también en zonas que por sus características son más vulnerables a epidemias: como comunidades donde hay mayor hacinamiento, hogares de larga estancia para adultos mayores o personas con discapacidad, centros penitenciarios y en un grupo de personas con problemas inmunitarios.
En Costa Rica, toda persona con síntomas tiene derecho a una prueba diagnóstica en el sector público. En el sector privado, puede realizarse incluso ante sospechas de haber estado con alguien positivo. De momento, no hay directrices en este sentido, y el aislamiento de casos positivos que tienen síntomas es por siete días después a partir del día del primer síntoma.
A pesar de eso, especialistas en epidemiología coinciden en que cada vez son más los costarricenses que si tienen síntomas leves dan por un hecho que tienen el virus y se aíslan por unos días, sin siquiera hacerse una prueba rápida.
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Cautela
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Esta transición anunciada en Europa es vista con buenos ojos en muchos especialistas, pero otros tienen miedo de que, al “gripalizar la pandemia”, también se descuiden a los más vulnerables ante el virus, cuya salud sí podría complicarse en caso de infectarse.
Maria Van Kerkhove, jefa técnica de covid-19 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), recordó que no todos los países están en el mismo punto de la enfermedad y por ello debe tomarse cada decisión con cautela. La pandemia podría estar acercándose a su final, pero todavía seguimos en ella.
“No podemos dejar que este virus se esparza a niveles intensos. No significa confinar a la gente, significa usar herramientas simples para tener protección en varios frentes. Es crítico seguir haciendo pruebas y continuar secuenciando el genoma del virus”, señaló.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS fue más allá en la conferencia de prensa del pasado jueves: “A la OMS le preocupa que varios países estén reduciendo el testeo dramáticamente. Esto inhibe nuestra habilidad de ver dónde está el virus, cómo se esparce y cómo evoluciona. Es parte vital en la atención en la pandemia”.
Para los especialistas de la OMS llegará el momento en el que la vigilancia de covid-19 sí sea como la que se hace con otros virus respiratorios, en los que, cuando buscamos atención médica nos alivian los síntomas, pero solo en casos muy extraordinarios se nos haría un examen para diagnosticar si los síntomas son causados o no por ese virus. No obstante, todavía no nos encontramos en el momento para hacer eso.