Luego de siete horas de cirugía, especialistas de diversas áreas del Hospital Calderón Guardia extrajeron un tumor gigante de 1.729 gramos de peso, de la tiroides de una mujer de 66 años.
Dora Emilia Campos Durán, madre de 14 hijos y vecina de Purral de Goicoechea, padecía de problemas en la tiroides desde los 13 años y había sido vista en varios centros médicos de la seguridad social, pero ella rechazaba el tratamiento por temor a la cirugía.
“Ella ya había estado otras veces en sala de operación y tenía ataques de pánico y decía que no quería operarse. Si un paciente te dice ‘no quiero’, uno no puede amarrarlo ni obligarlo”, explicó Wendy Monge, especialista en Otorrinolaringología que estuvo a cargo del caso.
No obstante, el tamaño y la complejidad de su tumor ya le impedían tragar y respirar con facilidad aún cuando no estuviera haciendo esfuerzos mayores. En ese momento ya se hizo inevitable la extracción de la masa.
Además, la anomalía en su tiroides –glándula encargada del metabolismo del cuerpo– aceleraba cada vez más su metabolismo y –entre otros síntomas– la adelgazaba a gran velocidad.
“Mami estaba pesando 32 kilos, era el peso como de un bebé. Antes de que la operaran no caminaba ni 25 metros porque ya se cansaba muchísimo. Se encerraba. Hoy la veo como nueva, más bien no para en la casa, tiene mucha fuerza”, comentó Sussy Arroyo Campos, hija de Campos.
Cirugía compleja
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Monge señaló que este tipo de situaciones no son comunes porque usualmente los bocios (abultamientos y crecimientos anormales) que presentan las personas con problemas de tiroides muy difícilmente adquieren esas magnitudes.
“Cuando se hizo la biopsia previa salió que se trataba de un tumor benigno, pero cuando son masas tan grandes usualmente hay focos cancerosos. Cuando removimos el tumor y Patología lo analizó se demostró que efectivamente había focos que eran carcinomas, eso ya era tejido maligno”, expresó la especialista.
Dada su complejidad, el procedimiento se llevó a cabo luego de un planeamiento con un equipo de diversos profesionales: anestesiólogos, otorrinolaringólogos y endocrinólogos. Además, se contó con las valoraciones preoperatorias cardiológicas y exámenes de laboratorio específicos.
“Este bocio produce muchísima hormona tiroidea, esto hace que el cuerpo vaya a mil revoluciones, entonces la taquicardia es normal, por eso mismo la tuvo que valorar Cardiología para asegurarnos que estuviera lista para la cirugía”, destacó Monge.
La extirpación requirió una atención especial de anestesiología. Posteriormente, los cirujanos extrajeron el tumor, proceso que demoró siete horas.
Una vez que finalizó el procedimiento, la paciente fue trasladada a Cuidados Intensivos. Cuando salió de dicha unidad comenzó a ser vista por especialistas de Nutrición, Rehabilitación y Foniatría, quienes le dan seguimiento cada vez que es necesario.
Además, como el tumor sí tenía focos malignos, también tuvo seguimiento con Medicina Nuclear, donde se le suministró yodo radiactivo, tratamiento común en los tumores tiroideos.
De acuerdo con los médicos, la paciente se recupera sin ningún problema. En este momento está rehabilitándose para aprender a deglutir nuevamente y pronto se le quitará la traqueostomía (orificio creado quirúrgicamente a través de la parte frontal del cuello y en la tráquea).
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