Los papás de ahora parecen estar más involucrados en la vida de sus hijos que los de hace unos años. Y esto no solo se refiere a labores de crianza, sino que la cercanía y participación perdura hasta la vida adulta de sus retoños.
El involucramiento ocurre en diferentes niveles: ya sea el hecho de estar presentes en alguna actividad importante para los menores (por ejemplo, un acto cívico o un partido de fútbol) o bien, estar más pendientes de sus problemas y necesidades. También el tener mayor contacto físico con ellos.
Así lo señala una investigación de la Universidad Brigham Young en Estados Unidos cuyos resultados fueron publicados recientemente en la revista Journal of Marriage and Family. El reporte tomó en cuenta a 1.294 papás con hijos cuyas edades iban desde recién nacidos hasta los 24 años.
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"Encontramos que los papás de hoy pasan más tiempo, dan mayor atención y proporcionan más caricias a sus hijos que nunca antes. La masculinidad cambió o está en proceso de cambio. La mayoría de ellos se ven con un rol tan definitivo en la vida de sus hijos como su madre. Aunque aún queda una minoría que se ven solamente con rol de proveedores y de personas que ejercen la disciplina, este grupo es cada vez menor", indicó en un comunicado de prensa Kevin Shafer, coautor del estudio.
Dentro de las conclusiones se vio que los padres de niños pequeños pasan varias horas con ellos al menos tres veces por semana (incluso quienes no viven con sus hijos). Además, quienes tienen hijos adolescentes o adultos dijeron que conocían a sus amigos y estaban al tanto de cómo les iba en sus estudios y de los problemas que enfrentaban.
Sin importar la edad de sus descendientes, los padres indicaron que sus hijos los buscan para hablar de sus problemas y de cosas que consideran importantes.
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En Costa Rica
Aunque nuestro país no fue tomado en cuenta en el estudio, el psicólogo costarricense Erick Quesada, quien trabaja temas de masculinidad, indica que sí hay cambios en la forma en la que los hombres costarricenses ejercen su paternidad y ahora, en muchos casos, es más cercana y activa.
Esto comenzó con el ingreso de las mujeres a la vida laboral, con lo que los hombres tuvieron que dejar los roles de "proveedor y mano disciplinaria" para ayudar con todas las labores domésticas, y eso incluye la crianza de los hijos.
"Por lo que hemos visto, ellos reportan el disfrute de esas labores como levantar, bañar a los niños cuando están pequeños y ayudarles con las tareas o darles de comer", destacó el especialista.
Quesada va más allá. Según él, hay beneficios para toda la familia, pero el aporte en la salud emocional del hombre es evidente.
"Nos conectamos con ellos (los hijos) y con nosotros mismos de una manera que antes ni sospechábamos. Nos permite desarrollar inteligencia emocional y nos deja ejercer sentimientos que no disfrutábamos por el machismo, como la ternura, la tristeza, la sensibilidad. También nos permite tener una mayor empatía", aseveró el psicólogo.
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La Nación consultó a los padres a través de redes sociales y les preguntó cómo interactúan ellos con sus hijos. Se recibieron respuestas de papás que ejercen su rol desde circunstancias muy variadas.
Por ejemplo, Alberto Vazu indicó que es padre soltero de dos niñas y con ellas adquirió un compromiso hasta la muerte.
"Nadie creía que sería capaz de salir adelante sin el apoyo de una figura materna, incluso algunos de mis familiares me recomendaron darle mis hijas al PANI. Pero fue ese consejo lo que me permitió luchar contra corriente, esas duras palabras me proporcionaron la fuerza que necesitaba, esa que impidiera que yo bajara mis brazos y me rindiera. Hoy día mis hijas son chiquitas plenas, felices y con una sonrisa dibujada en sus labios permanentemente", destacó.
José Fernando Méndez, señaló que es padre divorciado y dijo que su prioridad número uno es su hija, con quien comparte cuatro veces por semana.
"Estoy involucrado en los estudios primarios de mi hija y estoy orgulloso cuando ella me abraza y me dice: '¡Papito saque una buena nota!', y sabes que te quedaste estudiando con ella y ¡valió la pena!
"El viernes pasado acompañé a mi hija a su segunda confesión (...) y cuando se levantó de donde el sacerdote me ve, corre y me abraza. Sentí una plenitud de que nada me falta. Te cambia la forma de ver la vida", enfatizó Méndez.
También, Anna Kouznetsov tomó la palabra, pues apuntó que el papá de su hija no lo diría, pero él sí merece el crédito por su rol de paternidad, el cual ejerce en combinación con su trabajo de 60 horas semanales.
"El papá de mi hija es el que se ha encargado de todo (desde que regresé a trabajar). Le da el ejemplo de cómo debe de ser su pareja. Se encarga de la limpieza de la casa, la lleva al súper a comprar el diario y siempre lleva a la casa todo de manera organizada, según lo que va a cocinar. Siempre anda buscando lazos y prencitas porque cuando le toca llevarla al kínder siempre la lleva peinadita y que todo su outfit combine, aparte de que cuando le toca llevarla, le manda su merienda perfecta. Cada segundo que él tiene libre está destinado a hacerla la niña más feliz del mundo", concluyó la mujer.
De acuerdo con el estudio estadounidense, la opinión del psicólogo tico y los comentarios de los papás consultados, este tipo de paternidad activa beneficia a los hombres, a sus parejas o madres de los menores, a los hijos y hasta a los abuelos, quienes pueden ejercer mejor su rol cuando hay un padre presente.
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