La enfermedad causada por el nuevo coronavirus Covid-19 ya burló cierres fronterizos, cruzó países y está en América Latina. Mientras tanto, la ciencia trabaja contrarreloj para encontrar vacunas, tratamientos específicos y posibles procedimientos clínicos.
El principal enemigo es el tiempo. Por las características de este nuevo patógeno se le da trámite expedito a estas pesquisas científicas y se acortarían los lapsos de búsqueda, sin que eso implique que la solución aparecerá en cuestión de días o pocas semanas. En el caso de una vacuna, por ejemplo, las primeras estarían disponibles en unos 17 o 18 meses, dado que deben probarse para cerciorarse de su eficacia (que funcionen para prevenir el virus) como de su seguridad (que sus efectos secundarios no sean mayores al beneficio).
Este tiempo se vuelve crucial para las personas más vulnerables, particularmente de personas mayores de 60 años y personas con factores de riesgo como problemas respiratorios crónicos o hipertensión. Por ello, ya se aprobó el primer fármaco específico para tratar el Covid-19.
Los grupos de investigación se concentran en tres grupos principales: el primero lo conforman quienes estudian a fondo el nuevo virus, desconocido para la ciencia hasta hace poco más de dos meses; ellos recaban la mayor cantidad de información sobre sus características y comportamiento.
Las conclusiones de este grupo son vitales para el segundo y tercer grupo de investigadores: quienes buscan una vacuna u opción preventiva y aquellas que trabajan en un posible tratamiento.
Conocer a fondo al enemigo
En los últimos días, el primer grupo de investigadores ha dado con conclusiones que hace incluso una semana se veían lejanas. Aún se tienen muchísimas preguntas, pero cada vez se tiene más definido cómo se comporta el patógeno y cómo afecta al organismo humano.
¿Cuán grave es Covid-19 y sus síntomas?
Los últimos datos han arrojado estas comparaciones con otros virus. Parece ser más contagioso que la gripe común, pero no tan agresivo como SARS.
FUENTE: OMS, CDC w. s.INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
Los datos confirman que ocho de cada diez personas tienen una infección leve y solo tres de cada cien mueren, pero hay diferencias por edad y sexo.
La enfermedad tiene preferencia por las personas mayores; solo una de cada diez es menor de 30 años. El 53,6% es mayor de 50 años.
Cuanto mayor sea la persona, mayor será el riesgo de muerte. Solo el 2,3% de todos los pacientes con el virus muere. Pero, el porcentaje sube al 8% si se ven las personas entre 70 y 79 años, y al 14,8% si se se toman en cuenta solo a los mayores de 80.
Por sexo, la enfermedad no tiene preferencia a la hora de infectar, la mitad de los pacientes corresponde a hombres y la otra a mujeres, pero cuando se trata de muertes, dos de cada tres de los fallecidos son hombres. Los médicos aún no saben por qué en ellos la enfermedad es más letal, dado que esta diferencia por sexos es independiente de la edad de la persona.
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FUENTE: OMS, OPS, MINISTERIO DE SALUD, CCSS, CDC, MARCELA HERNÁNDEZ, INFECTÓLOGA, CRISTIAN MARÍN, VIRÓLOGO || WILLIAM SANCHEZ, ÉDGAR JIMÉNEZ E IRENE RODRÍGUEZ / LA NACIÓN.
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Síntomas, momentos en los que se dan y el contagio y letalidad en comparación con otros momentos, son parte de los aspectos clave en la búsqueda de vacuna o tratamiento.
La ciencia aún debate diferentes aspectos sobre esta infección de los cuales todavía no se tiene la suficiente información. La primera tiene que ver con su origen: ¿de dónde viene? ¿realmente pasó del murciélago al pangolín y de ahí al ser humano?
La transmisión también deja otras dudas, por ejemplo, ¿durante cuántos días permanece una persona con la posibilidad de contagiar? ¿Puede contagiar antes y un tiempo después de presentar síntomas? ¿Ese contagio es igual de grave que cuando se tienen los síntomas?
Porcentaje de personas graves
FUENTEs: OMS, OPS, MINISTERIO DE SALUD, CCSS, CDC, MARCELA HERNÁNDEZ, INFECTÓLOGA, CRISTIAN MARÍN, VIRÓLOGO w. s. INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
En pos de la vacuna
Siete grupos de científicos en China, Australia, Reino Unido y Estados Unidos están buscando intensivamente la vacuna.
El equipo que va más adelantado es del Instituto de Enfermedades Infecciosas y Alergias de Estados Unidos (NIAD, por sus siglas en inglés) con la empresa biotecnológica Moderna. Este martes un comunicado conjunto se indicó que ya están ultimando los detalles de la versión experimental, llamada mRNA-1273. Los primeros ensayos en seres humanos empezarían en poco más de seis semanas (mediados abril).
La propuesta de este equipo de trabajo consiste en dos dosis.
Si esta fase 1 funciona, se daría un tratamiento expedito para obtener más rápido la vacuna, de todas formas, esta estaría disponible en no menos de 17 o 18 meses.
Moderna, así como la compañía estadounidense Inovio, utilizan una tecnología basada en proteínas específicas de la superficie del virus. Para ello se utilizan secuencias específicas del ADN o el ARN mensajero del virus (mARN). El mARN tiene la información genética que se necesita para elaborar las proteínas y lleva esta información desde el ADN en el núcleo de la célula al citoplasma, lugar donde se elaboran las proteínas.
Este tipo de vacuna genera protección contra el virus, pero como solo contiene una proteína y esta es una parte muy pequeña del patógeno, no causaría una “reacción” como sí sucede con vacunas con virus atenuados o “dormidos”.
Por su parte, la Universidad de Queensland en Australia trabaja con proteínas en la superficie del virus, pero utilizaría una tecnología diferente para llegar a ellas.
“La vacuna haría mímica de estas proteínas para engañar al cuerpo y que este cree defensas reales contra el virus. Ya tenemos la secuencia genética y estamos trabajando en ello”, declaró a la prensa Daniel Watterson, investigador de la Universidad de Queensland.
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Hacia un tratamiento específico
Cinco equipos de investigadores internacionales buscan fármacos dirigidos específicamente para este virus y sus síntomas. De ellos, ya hay uno en uso. La Agencia Nacional de Productos Médicos de China aprobó un antiviral llamado Favilavir. El estudio para llegar a este se hizo en la ciudad chinad de Shenzhen, y mostró eficacia y pocos efectos secundarios leves en 70 pacientes. El número parece pequeño, pero en estas circunstancias se requería un medicamento urgentemente, por lo que China dio una aprobación expedita.
El Gobierno chino también tiene a prueba una droga llamada remdesivir, un antiviral realizado por la farmacéutica estadounidense Gilead, que anteriormente ha patentado medicamentos para VIH.
Este fármaco se administra de forma intravenosa, es experimental y aún no ha sido aprobado para ningún uso.
Se cree que es una sustancia segura, se probó como tratamiento contra el ébola, y, aunque no dio buenos resultados para tratar esta enfermedad, sí mostró generar efectos secundarios leves.
También se investiga una sustancia llamada brilacidina, que ha mostrado propiedades antiinflamatorias y de refuerzo al sistema inmunitario en varios ensayos clínicos.
Otro grupo de científicos estudia leronlimabia, una droga que se ensaya contra el VIH, que podría tener efecto también en este nuevo virus.
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