Dentro de los aspectos que más retan a los científicos que estudian el SARS-CoV-2, virus causante de la covid-19, está el descifrar qué variables juegan en su transmisión a otras personas.
Aunque está la tasa R, o tasa de contagio, que habla de a cuántas personas contagiaría, en promedio, un portador del virus, este número es un promedio.
Cada vez, la evidencia científica apunta más a que hay muchísimas personas que no contagian a nadie más, incluso dentro de su círculo familiar.
Mientras que otras, al desconocer que tienen el virus y estar en actividades en las que facilitan su diseminación, se convierten en la razón principal de la propagación de la pandemia.
Aquí entra otro factor conocido como Kappa, o K, que es la cantidad de dispersión que tiene una infección y que podría llevar a un solo evento o una sola persona a ser el origen de más casos.
Uno de los ejemplos más recientes lo tenemos, tal vez, en un evento realizado el pasado 26 de setiembre en el jardín de la Casa Blanca, en Estados Unidos.
Luego de la ceremonia principal, hubo varias reuniones en sitios cerrados. No se usaron mascarillas, aunque sí se les hizo una prueba rápida a los asistentes para descartar la presencia del virus.
Dicho evento, en el que posiblemente solo una persona, o a lo sumo dos, estaban positivas, fue el origen de 36 casos más: 16 en la actividad y 20 que se contagiaron de personas infectadas en la Casa Blanca.
De ellos, se sabe que el 3% ha sido asintómaticos, el 28% ha tenido síntomas leves y el 6% ha requerido un hospital. No se tienen detalles de los síntomas del restante 63%.
Tras la actividad, y antes de dar a conocer su estatus como positivo por el virus, el presidente Donald Trump estuvo en un evento en New Jersey, en un debate y en reuniones.
Este tipo de transmisiones parecen ser más comunes de lo que muchos imaginan.
Dos grupos de investigadores se dedicaron a analizar a fondo los conglomerados en Hong Kong y en India y se le dio seguimiento a los contactos de las personas.
Determinaron que, entre el 20% y el 25% de los portadores del virus eran los responsables de ocho de cada diez casos nuevos.
En otras palabras, la gran mayoría de los contagiados no le transmitirán el virus a nadie, pues las medidas de aislamiento y de cuarentena de contactos surtirían efecto.
Pero la gran mayor parte de los nuevos contagios surgirán de un grupo pequeño de personas que, según el tipo de lugar o la actividad que realizan, pueden transmitir el virus sin siquiera saber que lo portan.
A estas condiciones se les denominan eventos de superdiseminación, en los que el virus llega a una cantidad mucho mayor de personas de las esperadas en condiciones usuales.
“Hablar de un contagio 1 a 1 es engañoso: no es que cada 1.000 casos vayan a contagiar a un caso cada uno. Es que, muy posiblemente en esos 1.000 casos habrá 200 que contagien a 800, y que las restantes 800 personas solo contagien a 200. Muchísimas personas no van a contagiar a nadie más”, explicó Juan José Romero, coordinador de la maestría en epidemiología de la Universidad Nacional (UNA).
Ambos estudios internacionales parten de un riguroso rastreo y análisis de los conglomerados, de ver qué sucedió con los contactos y de un sistema de información en los sistemas de salud que les permitió trazar la ruta que tuvo el virus en los clusteres estudiados.
El estudio de Hong Kong fue publicado el pasado 17 de setiembre en la revista Nature e investigó los casos y los contactos de 137 clústeres. El número de personas en cada conglomerado varió entre los 2 y los 106 casos.
Por su parte, el realizado en dos ciudades de India fue publicado el 30 de setiembre en la revista Science. Este análisis dio seguimiento a 84.695 personas con covid-19 que tuvieron contacto con 575.071 individuos.
En Hong Kong
Los analistas de los casos en el territorio asiático encontraron 51 eventos de superdiseminación que dieron origen a conglomerados.
Se vio que el 19% de las personas fueron el punto de inicio del 80% de los casos.
Las actividades que dispararon los contagios fueron un concierto en un bar (106 casos), una boda (22 casos) y un culto religioso en un templo (19 casos).
Los contagios en casas entre familiares fueron menores y se dieron, principalmente, de los padres hacia sus hijos o a los adultos mayores del hogar.
“Estos resultados deben interpretarse en el contexto de transmisión comunitaria, pero en medio de medidas de distanciamiento físico, cierre de escuelas, teletrabajo, cancelación de eventos masivos y política de uso de mascarillas.
"Si estas políticas no se hubieran dado, se podrían esperar niveles mucho mayores de eventos de superdiseminación”, cita el informe.
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Estudio de India: el más grande de momento
La investigación realizada en dos ciudades al sur de India da aún más importancia a los eventos de superdiseminación.
El reporte recalca que el 71% de los portadores no le transmitieron a nadie más el virus. En cambio, el 8% de las personas produjo el 60% de los casos y un 20% cerca del 80% de los casos.
Dicho estudio indica que la superdiseminación no se debe a individuos que tengan una mayor capacidad de transmitir el virus a más personas, si no más bien de condiciones en las que es más fácil que una persona pueda transmitir.
Entre estas características hay tres de mayor importancia: lugares cerrados y con poca ventilación, una gran cantidad de personas reunidas, y contactos cercanos (sin que mediara distanciamiento físico) que se prolongaron durante más de 15 minutos.
Dentro de los conglomerados analizados está el de 78 personas que viajaron durante seis horas en un tren en el que iban ocho personas infectadas.
Ellos se sentaron en las tres filas más cercanas a estos casos. Trabajadores de la salud visitaron a estas 78 personas en sus casas y los tamizaron: cerca del 80% contrajo el virus.
Por el contrario, quienes estuvieron en contacto con personas positivas en condiciones de menor riesgo (como un salón ventilado a más de dos metros de distancia) se infectaron solo el 1,6% de las veces.
“Los eventos de superdiseminación son más la regla que la excepción al analizar la transmisión de covid-19, no solo en India, seguramente en todos los lugares del mundo afectados por la enfermedad”, indicó en un comunicado de prensa Ramanan Laxminarayan, coordinador de la investigación.
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¿Cómo cuidarnos?
La mejor forma de protegernos del contagio, según Romero, sigue siendo el evitar el contacto con grupos de personas que no forman parte de nuestra burbuja social.
El riesgo es mayor cuando estos se dan entre muchas personas, en lugares cerrados y durante mucho tiempo.
“Imaginémonos un grupo de 100 personas portadoras del virus, cualquiera de esas 100 puede ser uno de esos 20 que sí transmita el virus a 80 personas.
“Si me dan un resultado positivo tengo que cuidarme como si yo fuera a ser uno de esos 20, para no pasarle el virus a nadie más.
"Si pienso que voy a ser unos de los 80 que casi ni transmite capaz que doy inicio a un reguero de casos”, puntualizó el epidemiólogo.
“La distancia es fundamental, no puedo andar rompiendo burbujas sociales. Es tomar esa decisión autónoma de la restricción personal para poner de mi parte”, concluyó.
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