Con la llegada de diciembre, vienen también las fiestas y las cenas en las que se combina la ingesta de licor y el consumo de algunas comidas muy pesadas. Si una persona está bajo algún tratamiento médico, tanto lo que bebe como lo que come puede tener efectos sobre el medicamento y podría alterar la forma en que el cuerpo lo tolera.
Por esta razón, el Colegio de Farmacéuticos y diversos especialistas hacen un llamado a que, si usted debe tomar algún tipo de fármaco, se informe de cómo podrían afectarlo las bebidas alcohólicas y las distintas comidas.
El llamado no solo es para quienes tienen enfermedades crónicas y toman medicamentos desde hace meses o años, sino también para todas las personas que hace poco tuvieron alguna infección o herida y están bajo tratamiento médico durante los días de fin de año.
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"No es solo un asunto de aumento de peso y de tener algunos kilos de más para comenzar el año. Es que esto puede hacer que el medicamento pierda eficacia", aseguró el farmacéutico Larry Ramirez.
"Por ejemplo, en una persona diabética, el peso es importante de mantener para que los medicamentos que toma puedan serle eficaces. Si este diabético, que se pone insulina todas las mañanas, tiene una dieta usual de 2.000 calorías, la dosis va según su peso y comida usual. Pero si en este fin de año hay días que come el doble, el medicamento no le será suficiente para esa dieta y se puede descompensar", añadió.
De acuerdo con el especialista, tampoco se vale decir: "si comí mucho, me tomo dos pastillas", pues esto incluso podría intoxicar al cuerpo.
Su colega Luis Carlos Monge señala también que las comidas de estas épocas tienden a ser más grasosas y que podrían retardar la acción de medicamentos: "o no se aborben o se absorben más lento", indicó.
Otra práctica peligrosa, a juicio de los especialistas, consiste en pasar muchas horas sin comer para "guardar calorías" que puedan consumirse en la noche. Esto afecta al cuerpo aún sin estar bajo tratamiento médico, pero cuando se está con un fármaco, esta costumbre es aún más riesgosa.
"Al tener mucho tiempo de ayuno, nuestro cuerpo comienza a interpretar que no hay comida disponible, y no sabe cuándo volverá a comer, por lo que comienza a almacenar más grasa. Estas grasas se pasan a azúcares para transformarse y dar energía. Pero también surgen otras sustancias que oxidan, y al combinarse con algunos medicamentos, pueden estresar al cuerpo aún más", explicó Monge.
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Ramírez complementa: "No comer en todo el día para después comer un montón es todavía más peligroso cuando hay fármacos de por medio. Hay medicamentos que deben consumirse junto con alimentos, y esto puede complicar cuadros de gastritis y colitis y restarle eficacia al tratamiento".
¿Cómo tomar los medicamentos?
La forma de consumir los medicamentos también es vital, pues podría afectar su efecto en el organismo.
Los especialistas dan lo que califican como un consejo imprescindible: cualquier duda que tenga acerca de cómo consumir un fármaco (si usar comida o no, o qué tipo de alimento ingerir) debe evacuarse con el médico en el momento de la consulta o con el farmacéutico cuando retira o compra su medicamento.
De esta forma, se evitará al máximo que los alimentos tengan un mal efecto en el fármaco y que este no funcione, o que el medicamento afecte la forma en la que los nutrientes del alimento se procesen.
Por otra parte, hay dos aspectos clave: la hora de en la que se ingieren los medicamentos y hacerlo con al menos un vaso completo con agua.
"¿Por qué los medicamentos se toman a una hora específica? Pues porque se necesita mantener una cantidad mínima efectiva de medicamento en el organismo para que este funcione y la persona no se descompense o presente síntomas nuevamente. Por eso hay que respetar los horarios. Si se va a levantarse más tarde, adapte los horarios, pero no se vale saltarse dosis o tomarse dos a la vez", puntualizó Monge.
Tomar cada pastilla con un vaso con agua es necesario también para un procesamiento de los ingredientes activos de los fármacos, pues casi todos están diseñados para disolverse en este líquido y así llegar con sus propiedades al tracto digestivo.
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"Si usted no utiliza agua para tomarse un medicamento no podemos saber si parte de esa pastilla se quedó en el esógafo y eso bajaría la eficacia. O también, podría ser que se le quede pegada y se asfixie", indicó Ramírez.
Ambos especialistas dicen que el agua es ideal para ingerir una pastilla, y piden evitar hacerlo con bebidas cítricas, café y gaseosas.
Otras recomendaciones de los farmacéuticos consultados incluyen el tomar el tratamiento hasta el final, no abandonarlo si se siente mejor. Además, si usted va a salir de vacaciones, lleve sus tratamientos y manténgalos a la temperatura y la humedad que el empaque sugiere.
Asimismo, si tiene alguna duda sobre cómo tomarlos o almacenarlos, revise bien el prospecto de cada fármaco, llame a su médico o acuda a una farmacia y pida hablar con el regente.
Combinar fármacos con licor es riesgoso
Otro invitado común en las fiestas navideñas son las bebidas alcohólicas. Si usted se encuentra bajo tratamiento médico, la recomendación de ambos especialistas es que se abstenga del todo del licor, pues algunos tipos muy específicos de fármacos no pueden combinarse con alcohol, y en otros casos, baja la acción de estos.
Además, la combinación podría aumentar los efectos de licor o el estar embriagado podría provocar el olvido de la siguiente dosis.
"La mayoría de los medicamentos y el licor tienen un metabolismo hepático, es decir, el hígado los metaboliza. Entonces, como los medicamentos utilizan la misma vía que el alcohol, puede que estos no se metabolicen bien porque entran a competir. Entonces esto puede causar más efectos secundarios, o que el medicamento no cumpla toda la función necesaria", aseveró Ramírez.
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Monge añade: "En esta época, las comidas tienden a ser más grasosas y eso ejerce acción directa sobre el hígado; si le sumamos el licor y las medicinas, el metabolismo se complica".
De acuerdo con los especialistas, hay medicamentos en los que la combinación con licor es aún peor. Los antifúngicos (fármacos contra los hongos) son los de interacción más fuerte y no toleran su combinación en ninguna medida con ningún tipo de bebida alcohólica.
Otros fármacos, como los antibióticos o los medicamentos hormonales (por ejemplo, estrógenos u hormonas tiroideas) también generan una reacción que, aunque no tan fuerte, podría afectar.
"Un medicamento muy popular como la tafil, si usted la combina con alcohol le va a dar más sueño y podría provocar un accidente si decide manejar después de la fiesta y se queda dormido", apuntó Monge.
Ramírez es de la misma opinión: "Las pastillas para dormir son de mucho riesgo con licor, y también los relajantes musculares, que de por sí dan sueño".
Ambos especialistas son enfáticos en una cosa: si usted sufre cualquier tipo de infección, no espere para comenzar el tratamiento indicado, porque la acción de la bacteria podría progresar y hacerse peor.
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"Si usted tiene una infección y el viernes en la mañana el doctor le receta un tratamiento y le dice 'comience ya', hágale caso, no sea de los que dicen, 'hoy en la noche tengo una fiesta y quiero tomar, y el sábado y domingo también, mejor lo comienzo lunes'. Hacer eso puede ocasionar que la infección empeore y usted vaya a necesitar un medicamento todavía más fuerte", subrayó Ramírez.
En términos generales, los especialistas piden no combinar ningún tipo de medicamento con ningún tipo de licor, pero, si quiere hacerlo, consulte antes con un médico o farmacéutico.
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