Los gemelos Samuel y Ezequiel Núñez Badilla, quienes nacieron unidos por su cabeza y fueron separados hace cuatro meses, volvieron a reunirse en su casa, ubicada en Paraíso de Cartago.
Ezequiel fue dado de alta la tarde de este miércoles, mientras su hermano regresó a su vivienda desde hace cuatro semanas.
Así lo dieron a conocer, la mañana de este viernes, especialistas del Hospital Nacional de Niños (HNN), quienes destacaron que las primeras 48 horas han transcurrido con total normalidad.
"Nos cuenta su mamá que al verse cara a cara, por primera vez, se acariciaron sus caritas y se abrazaron. Era la primera vez en la vida que su posición les permitía hacer esto", destacó Olga Arguedas, directora del HNN.
"Ambos han registrado una notable mejoría. Sabemos que cuando estamos en casa, tenemos la comodidad y comenzamos a sentirnos mejor", añadió.
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Su madre, Evelyn Badilla, comentó que los niños están muy felices.
"Nos llena el corazón verlos juntos, alegres y tener a la familia unida. Estamos ya los cinco en casa, acomondándonos cada vez mejor.
”Muchas gracias a todos los que han apoyado y han estado pendientes de ellos, ahorita estamos muy felices y muy bendecidos", agregó la mamá.
Los menores se reportan bien de salud, sin mayor tratamiento con medicamentos y recuperando peso.
También, muestran señales de recuperación anímica, ya que Samuel sonríe constantemente y Ezequiel tira besos.
"El que Ezequiel ya esté en casa nos da mucha satisfacción porque superamos las expectativas de hospitalización. Habíamos pronosticado un mínimo de seis meses de internamiento, tal vez un año y estuvieron menos de cuatro meses. Esto quiere decir que son niños saludables y que el equipo que ha trabajado con ellos, es de una gran calidad", manifestó Juan Luis Segura, jefe de Neurocirugía del HNN y coordinador de la operación que los separó.
Los menores están listos para continuar con un proceso de rehabilitación que implica fisiatría, terapia ocupacional, terapia de lenguaje, nutrición y apoyo psicoeducativo.
"Ellos continuarán con un seguimiento muy cercano por parte del personal del HNN. Es un equipo multidisciplinario que trabajará muy intensamente en la estimulación del desarrollo psicomotor", detalló la doctora Arguedas.
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Recuperar el desarrollo
El reto que afrontan ahora los gemelos Núñez Badilla es recuperar el desarrollo de niños de dos años y ocho meses, uno que les era imposible por las características de su unión. Ellos no habían podido caminar, ni sentarse ni ver a su alrededor. No tenían consciencia de que eran dos cuerpos separados.
A esto se le unen otros retos que se sumaron después de la separación, ya que durante meses posteriores a la cirugía se alimentaron por medio de sonda y su sistema digestivo se volvió "perezoso" y debe volverse a entrenar.
Por otra parte, al separarse los niños aún no tienen hueso del cráneo y aún debe esperarse un tiempo para poder reconstruirlo, por lo que los cuidados también son necesarios para evitar lesiones.
Los menores van al centro médico entre cada ocho y diez días, momento en el que reciben atención en los diferentes servicios.
En este proceso no solo entran especialistas del HNN, también educadores del Centro de Apoyo de Pedagogía Hospitalaria (CeAPH), del Ministerio de Educación Pública (MEP), conocido popularmente como "la escuelita" del HNN.
"Ellos ya empezaron a ver el mundo de manera diferente, antes estaban solo acostados. Ahora ya tienen otra posición para comer, ya hay diferentes estímulos porque ven mejor a su alrededor y ya pueden mover su cara para ver. Ahora están en un proceso de conocimiento de sí mismos, de su corporeidad", explicó Damaris Barquero, directora del CeAPH.
El CeAPH visitará la casa de los niños para llevar este proceso y lo harán con un enfoque hacia la familia, donde no solo trabajarán con los gemelos, también con sus padres Stallin Núñez y Evelyn Badilla, y su hermano mayor, Jose Francisco, de cinco años.
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"Nosotros los venimos atendiendo desde los tres meses, con estimulación temprana. Estaremos yendo junto con la terapeuta de lenguaje y los acompañaremos en todo momento. Ellos dictarán cada cuánto tiempo iremos, en un inicio la idea es una vez cada 15 días, pero ellos mismos y su desarrollo verán si se hace más seguido o más espaciado", expresó Adriana González, docente que trabaja con la familia Núñez Badilla.
La alimentación es otro de los ejes vitales en esta etapa: "Ellos se fueron a su casa con alimentación con una sondita que va de la nariz al estómago, esto les permite tener todo el aporte calórico que necesitan. Ya, poco a poco, estamos con la alimentación de sólidos por su boquita, pero esto debe hacerse con cuidado para evitar que la comida se vaya a los bronquios", apuntó Roselyn Valerin, jefa de Neurodesarrollo del HNN.
La alimentación se maneja de la mano con la terapia respiratoria.
Cascos para protección
Un elemento clave para la rehabilitación de los menores son cascos que se diseñaron específicamente a la medida de Samuel y Ezequiel. La función principal de este dispositivo es darle soporte al cerebro.
Los cascos fueron diseñados a la medida por terapeutas ocupacionales del HNN. Están compuestos de neopreno (caucho sinténtico que resiste temperaturas muy altas) y una tela especial llamada piel de oveja, para dar suavidad y frescura a la cabeza.
"Son para tener protección. No existe hueso de cráneo, el cerebro está bajo la piel. También estos cascos dan forma a las cabecitas, por eso debían ser hechos a la medida de cada uno, no podíamos irnos con los preformados que están en el mercado", manifestó Róger Vargas, jefe de Fisiatría y Rehabilitación del HNN.
Vargas afirma que los menores toleran bien los cascos –eso fue una condición para obtener la salida del centro médico–. En este momento, los gemelos los utilizan durante media hora cada dos horas, pero la meta es aumentar el tiempo de uso hasta que los utilicen durante todo el día.
Cynthia Mora, jefa de Cirugía Reconstructiva del HNN, agregó que estos cascos son semirígidos para evitar úlceras por contacto.
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A largo plazo
El médico Segura afirmó que los menores aún deben someterse a cirugías para reconstruir sus cráneos, pero es algo que debe esperar, pues aún deben finalizar proceso de cicatrización y avanzar en el neurodesarrollo de los menores.
"Neurocirugía entra a un impasse durante aproximadamente un año para que ya estén listos para la reconstrucción", afirmó el especialista.
Mora complementó: "La piel está madurando bien, pero hay que darle tiempo, pero vamos por buen camino".
Mientras llega ese momento, Samuel y Ezequiel se concentrarán en crecer, en aprender y a disfrutar de que ya pueden verse a los ojos y abrazarse.
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