Los pacientes calificados por los médicos como “no adherentes” (los que incumplen el tratamiento), son referidos a los llamados programas de atención farmacéutica que funcionan en todas las farmacias de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
En esas iniciativas, los diabéticos también son instruidos sobre su padecimiento y, además, conocen la función de cada pastilla y lo que les podría ocurrir si no la toman en las dosis y en los horarios indicados.
Con tal de que cumplan con las recetas, los encargados de estos programas les dosifican los fármacos en paquetitos individuales (cada grupo de pastillas que les corresponde ingerir en cada turno), elaboran cuadros con horarios y hasta les envían mensajes de texto para que recuerden que deben asistir a la farmacia a retirar medicinas.
De acuerdo con Esteban Vega de la O, coordinador nacional de Sistemas Farmacéuticos de la Caja, el año pasado más de 11.000 diabéticos fueron remitidos a estos programas. Allí también reciben a otros pacientes crónicos como hipertensos, asmáticos, con VIH, neumonía o males renales.
“La atención no solo se enfoca en el tratamiento, sino en la importancia de llevar estilos de vida saludables. En los programas de atención se apuesta por garantizar el despacho de medicamentos, incentivar, educar y darle al paciente todas las herramientas que le faciliten un mejor manejo de su condición”, manifestó Vega de la O.
Según él, también adecuan los planes nutricionales y de ejercicios de acuerdo con el nivel de vida de cada paciente, sus estilos de alimentación y horarios de trabajo, entre otros aspectos.
Avances. El médico comentó que se ha visto que una vez que el paciente se suma a los programas de atención farmacéutica, todo cambia para bien.
“Hicimos un estudio entre el 2007 y el 2014 para ver cuál había sido el impacto de la consulta de atención en mejorar indicadores de adherencia al tratamiento. Entonces, logramos determinar que la mayoría de los 459 pacientes analizados, además de ser diabéticos, el 90% era hipertenso, el 38% tenía colesterol alto y el 31% tenía, además, triglicéridos altos”, detalló el especialista.
Todo esto aumenta el riesgo de daño cardiovascular, si la enfermedad de fondo, que es la diabetes, no se controla.
Según Vega, se vio que cuando los pacientes aumentaban su adherencia al tratamiento, el riesgo de descompensación asociada disminuía en un 21%. Incluso, en pacientes con mayor nivel de glucosa en sangre, la disminución fue de hasta un 47%.
“Un paciente crónico, si es comprometido, experimentará una mejor calidad de vida”, aseguró Vega, quien considera que la falta de compromiso en los diabéticos ocurre por la carencia de información sobre el mal que padecen.