Una inyección desarrollada por la farmacéutica AstraZeneca en conjunto con la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos, ofrece esperanzas a las personas que sufren problemas inmunitarios y que, por tanto, cuentan con un sistema de defensa más vulnerable para combatir a la covid-19.
Dicho producto, cuyo compuesto se denomina AZD7442 y se inyecta de forma intramuscular, mostró en ensayos clínicos una eficacia del 83% para prevenir hospitalización y muerte en este grupo. Por ello, se perfila como una opción de complemento a la vacuna o incluso como una estrategia preventiva.
Larisa Ramírez, directora médica de AstraZeneca para América Latina, destacó que se trata de un anticuerpo artificial de larga duración que permitirá reproducir más anticuerpos en el organismo. “Esto se llama inmunización pasiva, es decir, en lugar de darte el antígeno para que produzcás el anticuerpo, te damos el anticuerpo de una vez, para que trabaje directamente”, manifestó.
El nuevo fármaco también redujo en un 88% las complicaciones y muertes en personas que sí se infectaron con el virus y que fueron hospitalizadas. En este otro ensayo clínico, los pacientes recibían el medicamento como parte de su tratamiento durante los primeros días de ingreso al centro médico.
Alrededor del 2% de la población mundial tiene un sistema inmunitario debilitado. Estas personas están divididas en dos grupos principalmente: quienes por su enfermedad o tratamiento médics no tienen un sistema inmunitario que funcione (inmunosuprimidos) o que no lo hace de manera óptima (inmunocomprometidos).
En esta población hay individuos con VIH o sida, receptores de trasplantes de órganos, personas con enfermedades que atacan el sistema inmune, quienes reciben quimioterapia, y las personas con defensas deprimidas por algún tipo de enfermedad o condición.
LEA MÁS: ¿Refuerzos de vacuna contra covid-19? ¿Para quiénes? ¿Cuándo?
¿En qué consiste el producto?
La nueva terapia consiste en la combinación de dos anticuerpos monoclonales (mAb, por sus siglas en inglés). Los mAb son proteínas que el sistema de defensas utiliza para identificar y neutralizar “objetos extraños”, como bacterias o virus.
En el producto de AstraZeneca y la Universidad de Vanderbilt, los anticuerpos son producidos en un laboratorio. Estos se crearon a partir de células B (un tipo de célula de defensa) donadas por pacientes recuperados de covid-19.
Dicha combinación ayuda al sistema inmunitario a potenciarse, a generar más anticuerpos para que, en caso de encontrarse con el SARS-CoV-2, virus causante de la covid-19, puedan identificarlo y atacar.
Este mAb está diseñado para que dure alrededor de un año en el organismo de quien lo utiliza. Otros mAb (aplicados en diferentes tipos de enfermedades) tienen duraciones que van de los tres a los seis meses, principalmente.
A quienes tienen problemas inmunitarios, este fármaco se administra por vía intramuscular en una única dosis de 300 miligramos, compuesta por dos inyectables seguidos uno del otro. A quienes ya se habían infectado se les aplicaba un total de 600 miligramos en dos inyecciones separadas y consecutivas.
Para que este fármaco pueda ser utilizado de forma masiva debe primero ser autorizado por agencias reguladoras calificadas y, posteriormente, por las autoridades de salud de cada país. Aún no hay fecha prevista.
El 5 de octubre de 2021, la compañía anunció que había entregado una solicitud a la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) para autorización de uso de emergencia para AZD7442 para profilaxis de COVID-19.
LEA MÁS: Reporteras de Covid: El ejercicio físico como parte del combate
LEA MÁS: Tasa de contagio de covid-19 se mantiene en niveles bajos por sétima semana consecutiva
Mismo fármaco, fines diferentes
Las personas enfermas podrán recibir el tratamiento en los primeros días con síntomas. Quienes tienen el sistema inmunitario debilitado lo reciben de forma preventiva. La misión principal del producto es ayudar a estas personas a tener un arma más en caso de entrar en contacto con el virus. A este tipo de estrategias se les conoce como profilaxis preexposición (o PrEP, por sus siglas en inglés).
¿Por qué ayudaría a quienes tienen problemas de inmunidad? En estas personas, el sistema de defensas no funciona bien, por lo que suceden dos cosas: por un lado, los riesgos de complicarse y morir si se infectan de covid-19 son mayores, y, por otro, tendrían mayores dificultades para producir anticuerpos mediante vacunas.
La vacuna contra la covid-19 le da al organismo instrucciones para generar anticuerpos contra la proteína S del virus. Esta proteína es la puerta de entrada del SARS-CoV-2 a nuestro cuerpo. No obstante, entre quienes tienen un sistema inmunitario debilitado, la producción de anticuerpos puede ser menor, incluso casi nula en algunos casos específicos.
Larisa Ramírez, directora médica de AstraZeneca para América Latina, señaló que la función del anticuerpo artificial desarrollado por la compañía es similar al de un anticuerpo común: adherirse a las células enfermas, neutralizar y destruir.
¿Y cómo apoya a las personas que sí se infectaron y se internan? La especialista explica que, en estos casos, la ayuda apunta en otra dirección. En este caso, se trata de individuos que ya se infectaron y que tuvieron cierto grado de complicación que los llevó a internarse, pero que se puede trabajar con ellos para reducir las complicaciones y evitar su muerte.
“El tratamiento se da en los primeros días, de tres o cinco días posterior a la hospitalización. Los mejores resultados se vieron en quienes los recibieron en los primeros tres días de ingreso, porque el virus se ha replicado menos, ha invadido menos células y es más fácil atacarlo”, recalcó Ramírez
En cualquiera de los casos, este producto debe ser recetado por un médico y solo puede administrarse en centros de salud.
LEA MÁS: País recibe nuevo lote con 111.000 dosis de Pfizer
LEA MÁS: Vacunación contra covid-19 protege más que infección ‘natural’
Los ensayos clínicos
Para estudiar los efectos del nuevo tratamiento, se realizaron ensayos clínicos separados con pacientes contagiados y personas con problemas inmunitarios. Ambos se encuentran en fase III, la última antes de su aprobación. En esta etapa se busca probar la eficacia y seguridad del medicamento en cantidades mayores de personas.
El estudio con personas con el sistema inmune comprometido se denomina PROVENT. Se llevó a cabo en 87 centros de Estados Unidos, Reino Unido, España, Francia y Bélgica con 5.197 participantes mayores de 18 años. La mayoría tenían su sistema inmune debilitado por alguna condición. A 3.460 de ellos se les dio el compuesto AZD7442 y a los restantes 1.737, un placebo salino.
Al cabo de seis meses, se determinó una eficacia del 83% para reducir complicaciones y muertes por covid-19. El seguimiento a los participantes continuará durante 15 meses.
Por su parte, la investigación con pacientes hospitalizados lleva por nombre TACKLE. De estas personas, 452 recibieron la sustancia AZD7442 y otras 451, un placebo salino. El 90% de los participantes pertenecen a poblaciones de alto riesgo de progresión a covid-19 severo en caso de ser infectados, incluyendo aquellos con comorbilidades.
Allí se vio que quienes recibieron el producto tenían un 88% menos de probabilidades de mayores complicaciones y muerte. A estas personas también se les dará un seguimiento durante 15 meses.
LEA MÁS: Austria vuelve a ordenar un confinamiento total y hace obligatoria la vacunación contra covid-19