“El cáncer está rodeado de tantos mitos que la gente le tiene miedo. Por dicha, a mí en el hospital San Juan de Dios me hablaron de Proyecto Daniel.
”La primera actividad a la que fui fue una fiesta. De hecho, fui a la fiesta y luego me interné, pero ahí mismo conocí a grandes amigos que viven lo mismo que yo y me apoyan”.
Así, Keicy Agüero, de 15 años, narra por qué le ayuda tanto compartir con otros adolescentes que tienen su misma enfermedad.
Ella participó, junto con otros 105 jóvenes, en la tercera edición de Conectando Sonrisas , un evento que llevó charlas con especialistas, sobrevivientes de cáncer y una fiesta para celebrar a la vida.
La actividad se realizó este sábado en el Hotel Crown Plaza y fue organizado por Proyecto Daniel, agrupación que busca mejorar las condiciones de jóvenes con cáncer.
“Una vez que entraste en el mundo del cáncer tu vida cambia. Para los muchachos, y para sus papás surgen muchas preguntas: ¿El tumor va a regresar? ¿Cómo va a ser la vida? Por eso abrimos un espacio para que ellos puedan preguntar”, explicó Ligia Bobadilla, directora de Proyecto Daniel.
Durante la actividad, la psicóloga venezolana Josymar Chacín brindó charlas sobre los sueños de los muchachos y cómo estos pueden irse desarrollando.
También llamó la atención de que los papás no deben concentrarse solo en la situación de su hijo enfermo y dejar todo lo demás de lado.
“No solo es decirle a los muchachos que persigan sus sueños. Muchos padres se vuelcan por completo en ellos y se olvidan de sus otros hijos o de los proyectos personales que tienen, pero esa tampoco es la idea.
”Ellos como padres también tienen derecho a tener sueños, proyectos y espacios para ellos”, manifestó Chacín.
Apoyo. Sofía Güeemez supo hace cinco años, a sus 16, que tenía un osteosarcoma (cáncer en el hueso) y después sufrió la amputación de su pierna. Ella señala que el apoyo de Proyecto Daniel ha sido vital para su recuperación.
“Ha sido una bendición y un alivio. Los compañeros son ángeles que entienden lo que vivo y saben cómo darme apoyo”, dijo.
Güeemez contó que el cáncer se convirtió en una oportunidad para ella, pues durante las sesiones de quimioterapia se puso a hacer manualidades y ahora se dedica a confeccionar y vender tarjetas de todo tipo.
“Es ver que hay vida más allá de solo una enfermedad”, indicó.
Por su parte, Elmer Gamboa, de 18 años, quien hace un año fue diagnosticado con el mismo tipo de tumor que Sofía, agrega: “Todos nos damos fuerza, el cáncer nos identifica, ellos a uno le inyectan ese tener fe”.