El uso del tabaco ha sido por años asociado al cáncer de pulmón. La relación es evidente; el 87% de las muertes por este tipo de cáncer se deben al fumado.
Sin embargo, aunque es la consecuencia más común, este tumor no es el único daño causado por este hábito. Datos recopilados en estudios científicos y estadísticas de salud indican que el fumado es la causa de muerte evitable más común en el mundo.
Por año, mueren seis millones de personas en el orbe debido al tabaquismo, y entre 2000 y 2010, hubo 50 millones de decesos por esta causa, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por ejemplo, el riesgo de desarrollar cáncer de boca, laringe o lengua y morir por ello se duplica entre los fumadores.
Por otra parte, el Atlas Mundial del Tabaco 2012 de la Asociación Estadounidense de Cardiología señala que el 6% de las muertes en Costa Rica son consecuencia del tabaquismo.
“Está el efecto adictivo. Se empieza a fumar en la adolescencia y es difícil dejarlo después”, aseveró el epidemiólogo Roy Wong, quien en el 2011 lideró un estudio de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) sobre el tema.
“Por otro lado, es algo irreversible para su salud. Si se fuma por muchos años, es muy posible tener daños irreparables”, añadió.
Otras repercusiones. El fumado no siempre causa la muerte, pero en muchísimos casos hay una pérdida en la calidad de vida.
Sus más de 4.800 sustancias tóxicas –según la OMS– hacen que el cigarrillo afecte todo el cuerpo.
Un estudio sobre enfermedad cardíaca en Costa Rica publicado en 2011 estableció que quienes fuman 15 cigarrillos al día (cifra cercana al promedio en el país), triplican el riesgo de un infarto.
Además, los males respiratorios son más comunes entre los fumadores; su riesgo sube en un 30%, según la Sociedad Estadounidense de Neumología.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una de las más comunes y dañinas.
Luis Ugalde, jefe de neumología del Hospital México, detalló que el 80% de las personas que padecen de EPOC, la desarrollan al fumar, y el 15% de los fumadores sufrirán en algún momento de este mal.
“Al fumar disminuyen las defensas naturales del pulmón. El humo debilita el moco que lo recubre y lo hace vulnerable”, explicó Ugalde.
Este vicio también daña la salud bucodental, pues afecta encías, dientes, labios, lengua y garganta.
“La gente nota las manchas, pero ese es solo el efecto más visible. También están el cáncer de labios, garganta y amígdalas, son tumores muy agresivos”, subrayó el odontólogo Bernal Soto.
Además, un estudio del King’s College de Londres señala que el fumado después de los 50 años deteriora la memoria, el aprendizaje y el razonamiento del cerebro.
El reporte en la revista Age and Ageing señaló que fumar en estas edades “pudre” el cerebro y, por ello, sus funciones se deterioran.
“Por todo lo que se daña la salud, la mejor decisión que puede tomarse es no fumar”, enfatizó Ugalde.